El documento que la certificaba como psicóloga colgaba de la pared de su consultorio, mientras la pluma se movía rápido en su mano, dejando ver aquel precioso anillo de compromiso de diamantes. Habían pasado ya ocho largos años, donde Afrodita realmente había logrado cumplir su sueño, y ahora los pacientes a quienes atendía la adoraban.
— ¿La boda está cerca no? — Pregunto una de sus pacientes más frecuentes quien después de superar un gran problema hora solo la visitaba para charlar.
— Solo faltan dos días... — Respondió ella emocionada tocando y mirando el anillo una y otra vez.
No solo ella había cumplido con sus deseos, Logan también lo había hecho, ambos habían terminado sus respectivas carreras, mientras ella mantenía su consultorio, el pelinegro se hacía cargo de la empresa de su padre, y si ese amor tan cálido y puro que habían descubierto hacía ocho años el día de su baile de graduación seguía intacto tal y como la primera vez, tanto que ahora ya hasta se iban a casar.
Después de esa charla con una de sus ahora mejores amigas, la rubia se dispuso a ir a casa para terminar de preparar los últimos detalles, pero, en la puerta se encontraba quien menos había pensado, a quien en ocho años jamás había vuelto a ver.
— Tanto tiempo — Dijo la rubia.
— ¿Cómo estás? — Era Noah, el cual con una sonrisa saludaba a Afrodita.
— ¿Bien y tú? — Desde aquella noche, ellos jamás se volvieron a ver, y eso había sido lo mejor.
— He sabido que te casaras — Dijo él con una gran sonrisa, sin duda ese hombre no dejaba de ser Noah.
— Así es — Respondió.
— Me alegra... — He hizo una pausa — Afrodita... a pesar de que ya han pasado tantos años y me costó mucho aceptar esto, pero, te debo una disculpa, no supe aceptar lo que sentía por miedo a mi reputación en el instituto y te herí con eso — Volvió a decir con culpa.
— No hay nada que perdonar, si no lo hubieras hecho no estaría por casarme con el amor de mi vida y tú no estarías acompañado de aquella hermosura — Dijo la rubia mientras ambos veían a una pequeña pelirroja de no más de tres años mirando por la ventana de su consultorio.
— Tienes razón, ellas lo son todo para mi — Hablo nuevamente él, cargando a la niña entre sus brazos — Que tengas una feliz boda — Dijo el alejándose mientras se acercaba a la mujer pelirroja que del otro lado de la calle los esperaba a ellos, a su esposo y su pequeña hija, por lo visto Noah también había logrado formar una amorosa familia.
..................................
Logan estaba nervioso, el gran día había llegado, por fin Afrodita Collins sería su esposa, la única mujer de su vida, a quien siempre amaría con él alma. Sus mejores amigos le decían palabras de aliento mientras frente al altar él esperaba por la mujer con que uniría su vida para siempre, esa rubia de grandes ojos azules que lo volvía loco siempre que podía.
La marcha nupcial comenzó a sonar, anunciando que la novia estaba entrando, y tal como sabía esa mujer en cada ocasión que la veía se volvía todavía más hermosa, el vestido blanco la hacía ver radiante, era una diosa ante sus ojos, una que pronto desposaría y nada lo haría más feliz que eso.
, llamarla “su” esposa.
Debía decir que para su gusto el padre había tardado demasiado, el ya no podía con la emoción de poder ahora presentarla como su esposa, después de ocho largos años en los que solo eran novios, donde no podía presumir que tenía a una mujer maravillosa como su compañera de vida. La recepción llena de flores de distintos colores y aplausos por parte de los invitados recibió a los recién casados, donde las risas no se hicieron esperar, las lágrimas y los recuerdos de todo lo que los había llevado hacía ese día.
Ambos fueron invitados a la pista, para su primer baile como marido y mujer, a este punto Logan seguía temblando.
— Ahora puedo decir que la rubia Afrodita es mi esposa — Dijo él bailando, mientras entre sus cuerpos no había distancia que los separara.
— Y tú que eres mi esposo — Afirmo ella.
— Te amo Afrodita, jamás me cansare de decirlo, realmente ahora me doy cuenta de que habría sido un tonto si te hubiera dejado con Noah — Dijo el pelinegro rendo,
— Cariño... Eso hiciste ... — Respondió ella cortando a la risa de su esposo — Pero yo no estaba dispuesta a dejarte ir, eras mío y yo tuya, tal como ahora — Aseguro ella dejando que la música los guiara olvidándose de todos los demás.
— Y me alegra que así haya sido — Confirmo Logan — ¿Así que, esposa mía, está preparada para lo mejor de tu vida? — Pregunto él acercando su rostro al de ella.
— Siempre y cuando sea contigo esposo mío — Respondió ella besándolo tal y como la primera vez, como aquella noche en que su propio cuento de hadas había comenzado.
El primer amor no es el más fuerte e inolvidable, al menos para Afrodita, así que los sentimientos de Noah jamás habrían llegado al corazón de la rubia como lo había hecho Logan, ya que quizá ahora debamos decir, que, tal vez en realidad cierto pelinegro fue su primer amor, así como el último y este triunfaría a pesar de todo, pero, eso era algo que le tocaba descubrir a Logan por sí solo.
Fin...
#13659 en Novela romántica
#8044 en Otros
#2433 en Relatos cortos
romance juvenil, trianguloamoroso, amor verdadero juvenil y secreto
Editado: 04.06.2023