5. Hasta pronto hermano.

Ver a mi hermano mayor rapado no era una de las cosas más bonitas que podías ver, me gustaba más su melena con rizos rebeldes, pero ese cambio extremo era necesario, en la noche se tendría que ir de nuestro lado, para entrar a formar parte de la marina del país.

Nadie estaba contento, pero fingíamos sonrisas, para no hacerlo sentir tan miserable al dejarnos solos, con la diferencia de que él no se alejaba porque quería, más bien lo hacía, era para darnos un futuro mejor a todos, y ser una carga menos para mamá.

La hora de la despedida llego más rápido de lo que pensé, y ya en esas circunstancias nadie pudo más, y todos terminamos llorando al momento de abrazarlo y despedirnos de él, fue doloroso verlo partir, saber que ya no estaría aquí en casa para hacernos reír con sus malos chistes o anécdotas vividas, ya no despertaría con su enmarañada melena y nos mostraría su deslumbrante sonrisa, ya no estaría para mi hermanito ni para mí para decirnos – todo va a estar bien enanos, se los prometo, todo va a mejorar.

Antes de marcharse nos abrazó a cada uno, al momento de llegar a mí me dijo – pórtate bien y cuida a tu mamita y ñañito, yo siempre estaré para ti, todo va a mejorar, y nunca olvides que tú eres la luz de mis ojos, te quiero mucho enana- se despidió con un beso en mi frente y se subió al autobús que lo conduciría a su nuevo destino, y antes de que el bus arrancara, abrió la ventana de su asiento y nos dijo – esto lo hago por ustedes no lo olviden, los quiero mucho.

Al momento de llegar a casa no hubo palabras ni nada, solo el silencio, y la tristeza que nos generaba la partida de mi hermano a todos, cada uno se fue a dormir, ya en mi cuarto, no pude más que abrazar mi almohada y llorar en silencio.

Ya nada era bueno o feliz a nuestro alrededor, todo era tristeza, soledad, y una incertidumbre enorme, de no saber que podía depararnos el destino para hacernos más miserables y despedazar nuestros corazones sin piedad.