Agápe

CAPITULO 11

Anormal

Mía

- ¡Por fin terminamos!

- Si, lo que significa que ya tienes que contarme lo que esta pasando.

¿Pero y es que no olvida? Llevamos 4 horas limpiando y organizando todo, y no se le olvida a la hija de su madre esa.

- Si, si, si, lo se... Pero primero nos daremos una ducha. Entra tu primero.

- ¿Oh si...para que escapes? No linda, eso no pasará.

- ¿Enserio me creerias capaz de hacer algo así? - digo, formando una O con mi boca en forma de ofensa.

- De eso y más.

- Bueno, entro yo entonces.

Luego de una hora ambas estamos bañadas, limpias, frescas y comodas, ya que son las 7 de la noche decidimos ordenar una pizza, para iniciar nuestra conversación.

Comienzo contándole desde el día en que lo conocí, aquella vez que viajamos al pasado, y todo lo que ha pasado entre nosotros y que ella debería saber.

Una hora después término de contarle, con todo y detalles.

- Wou, si no te conociera bien, diría que estas loca, pero contando con que últimamente han pasado cosas sin explicación, como los relámpagos, la lluvia de meteoros, y el cambio de gravedad, no suena tan loco.

- ¿Cambio de gravedad?

- Si, el día que desapareciste, comenzaron a verse rayos, relámpagos, y todo, y en un abrir y cerrar de ojos, no había gravedad, todo estaba flotando, los carros, las personas, hasta los cafés y el agua. Incluso apareció en las noticias.

- Seguro ya estaba inconciente...

- ¿Y esos golpes no te dolieron?

- Ahora que lo pienso no...

- Wouu. Y que más? Sigue... ¿ que hiciste con él ayer?

Y ahí recuerdo porque fue que quise volver al Departamento.

- La verdad... Quería quedarme allá, me daba miedo que el psicópata ese volviera.

- ¿Y por que volviste?

- Pues... Entre a un laberinto...y ahí, volví a ver la muerte de Jeys como si fuera la primera vez, sentí el mismo dolor, y creo que peor.

- Mía...- dice, para luego abrazarme, y en ese abrazo, no puedo evitar volver a llorar.

- No puedo... Esto duele demaciado- digo entre sollozos, casi sin poder respirar. - lo ví otra vez, ví como se desangraba, sin yo poder hacer nada, ví su mirada triste mientras yo me alejaba, ¿ como pude hacer eso? ¿ como puede irme y dejarlo morir solo? Debi morir con él, debi morir yo en lugar de él- digo, cada vez llorando más fuerte. - una vez mas, siento que una parte de mi se va con él. - y así, sigo recordando, ahogada entre lágrimas, la muerte de mi mejor amigo Jeys, hasta quedar dormida.

Al día siguiente, me levanto a las 1 de la tarde, parece que si estaba cansada.

Me baño, me cambio y me hago un moño alto.

- Buenos días naca.- dice Diana lanzándose sobre mi. - recuerda que vamos por los vestidos de nuestra graduación.

- Ook, hiciste algo de comer?

- Si, hice lasaña.

Me sirvo mi lasaña y comienzo a comer.

- ¡Mía! - grita Diana desde la Sala

- Dime

- ¿Estas bolsas son tuyas?

- ¿Que bolsas?- me levanto, y llegó a donde se encuentra.

- Estas- dice, apuntando hacia abajo.

Esas bolsas son las mismas que Ariel había dejado en la cama, antes de yo entrar al laberinto. Pero ¿ que hacen aquí?

- Ah, esas, ya que no tenía ropa en la casa de Ariel, el me compró algunas.

- Omo!

- ¿!Que?! ¿Omo? - se ríe

- Es OMG en coreano- dice riendo

- Parece que Kim- Jung- su te ha enseñado algo. - le digo, lo cual la hace sonroja.

Recojo las bolsas de la puerta y las llevo adentro, que raro y no paso a molestar.

Unos minutos después salimos en busca de nuestros vestidos de graduación.

Pasamos por un sin número de tiendas, pero ninguno me llama la atención.

Después de toda una tarde de tienda en tienda, decidimos cruzar la calle para ir por un helado, cruzamos, pedimos, y disfrutamos nuestros helados, Diana de vainilla y yo de chocolate, completamente polos opuestos.

Luego decidimos ir a casa.

- Y...¿como van las cosas con Kim?- le pregunto.

- Pues no había hablado con el desde que desapareciste, acordamos vernos esta noche.

- Invitalo a comer ramen a ver que dice. - le digo riendo, y ella me sigue el juego. 
Unos minutos después llegamos a casa, y Diana comienza a prepararse para su cita con Kim.

Unos minutos después se escucha el timbre de la puerta, por lo que voy a abrirla, cuando abro la puerta veo que es Kim, por lo que lo dijo pasar.

- ¿Mía no? Dice con una sonrisa.

- Si- le digo de igual manera.- toma asiento Kim, Diana saldrá en un momento.

Agradece y se sienta

- ¿Te ofrezco algo de beber?

- Agua por favor- asiento con la cabeza y unos segundos después, le llevó su agua.

- Y mía... ¿No tienes novio?

- No

- Si quieres te presento a alguien.

Me río por lo que acaba de decir- no tranquilo, estoy bien.

Unos minutos después Diana sale, se despide y se van.

Decido pasar un rato usando mi cel, pero antes voy a buscar una Copa de vino, busco la botella, la Copa y me sirvo, dejo la Copa a un lado para guardar la botella, pero sin querer hago que esta se caiga y se rompa.

- Mierda.

Trato de recojer los vidrios rotos con las manos, lo cual fue estúpido, ya que ya estoy cortada, me levanto para buscar una toallita y parar la sangre, pero cuando voy a cubrir la herida ya no esta, veo la sangre en el suelo, miro mi mano y no hay sangre, no hay una herida.

Ni siquiera me he tomado una Copa y ya estoy viendo cosas raras.

Término de limpiar y me voy al balcón.

Y aún tengo curiosidad por lo que pasó, por lo cual no he dejado de mirar mi mano, de seguro el estúpido de Ariel me hizo algo, eso no sería raro con todo lo que ha pasado.

Uso mi cel hasta que veo que dan las 10 de la noche y decido irme a dormir.

-Tendremos que esconder el zafiro azul, todos quieren tenerlo después de saber lo que hace, fue un error haberlo hecho. -dice un hombre, y cabe destacar que es hermoso, muy parecido a Ariel.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.