Agápe

CAPITULO 19


Es Erick... 
 


- Deberías hablar con Ariel... Quizás sepa algo... Te enviaré su número. No entiendo como es que eres su novia y ni siquiera tienes su número.

- Ni siquiera sabia que tenía uno.

- Bueno, te dejo. Todo estará bien- le digo, mientras le doy un abrazo. - por cierto, me gustan tus ojos.

Mía

Cuando Diana sale de la habitación, me tiro en la cama nuevamente, pensando en todas las posibilidades de porque me esta pasando esto, recordando que no ha sido la primera vez, no le había dado importancia, pero también fue extraño cuando me corte y la herida sano en ese mismo instante, luego lo de leer los pensamientos, y ahora mis ojos.

Salgo de mis pensamientos cuando mi cel suena indicando que me ha llegado un mensaje.

Lo busco y veo el mensaje, que es de Diana, pues me acaba de enviar el número de Ariel. Pero aún sigo enojada con él, por lo tanto, no le escribo.

Unos segundos después, entra una llamada de mi madre. Y contesto.

- Hola mamá.

- Hola mi amor. Te llamo para avisarte que tu padre y yo saldremos mañana, te dejaremos las llaves bajo una maceta bien?

- Esta bien mamá. ¿Como esta papá?

- Esta bién, podrás hablar con el mañana.

- Bueno.

- Cariño... - escucho la voz preocupada de mamá.

- ¿Que pasa?

- Ya consigue un novio hija ¿quieres?

Y antes de que pueda decir algo me cuelga. ¿Enserio mamá?

Ya son las 10 de la noche, me levanto de la cama para ir al baño y prepararme para dormir.

Mientras me doy una ducha, no puedo evitar pensar en todo lo que ha pasado.

Voy a matar a Ariel.

Ariel

- Ariel- me llama Pacific, tengo horas aqui, vine a preguntar sobre lo que ví, pero aún no le he dicho nada.- ¿Ya habla quieres?

- ¿Que hable que?

- Por favor... Ambos somos dioses, por lo tanto también escucho los pensamientos. - Dice- ¿Que fue lo que viste? - pregunta.

- Ví a los dioses formando el Zafiro.

- ¿Como así?

- Fue como un recuerdo... Como si lo hubiera vivido...fue realmente extraño, pero en ese momento no estuve ahí. - toma asiento a mi lado y habla.

- Concuerdo contigo, es extraño... - dice- De acuerdo a lo que se, en la creación del zafiro solo estuvieron sus creadores, por lo tanto, solo ellos pueden tener recuerdo a respecto a eso.

- Eso es lo que pienso - digo.

- ¿Que hacías en el momento en el que tuviste la visión?

Y valla que es incómodo, recuerdo los besos que dejaba en el cuerpo de Mía, fue en ese momento en el que tuve esa visión.

- Oh vaya amigo, no pierdes el tiempo- ríe Pacific.

- !No leas mis pensamientos!

- Sabes que no podemos evitarlo. - me uno a su risa.

- Una cosa más... - digo- Mía ahora puede leer los pensamientos, y nose como sucedió eso.

- ¿Una humana puede leer los pensamientos? - dice extrañado.

- Si, se que suena raro, pero así es- y procedo a contar todos lo que paso en el almuerzo de hoy. Unos minutos después término.

- Wou... No sabía que un humano podía desarrollar algo así.

- Eso es lo extraño, hemos observado a los humanos por siglos, y nunca se vio algo así, ¿crees que tenga que ver algo conmigo?

- Quizás... Tampoco había visto una relación entre una humana y un dios, por lo tanto, esto esta fuera de mi conocimiento.

- ¿Entonces para que sirves Pacific? - río.

- ¿Enserio quieres saber? - me mira con una sonrisa de lado.

- Na, m m, no quiero saber.- le digo.

Haciendo que ambos explotemos de la risa.

- Trae a tu noviesita para conocerla un día.

- Que gracioso, sabes que los humanos no pueden entrar aqui.- le digo. - Ya me voy, nos vemos la próxima. - y desaparezco.

Llego a la casa, me baño y me tiro en la cama.

Mía

Salgo de la ducha, me pongo mi pijama, pongo la alarma para mañana y comienzo a preparar mi maleta.

Cuando tengo todo listo, me acuesto y de inmediato caigo como un tronco.

 

                                               * * * 
 

Comienzo a despertarme por un extraño sonido, pareciera que estuvieran golpeando la ventana, o un vidrio. 
 

Abro mis ojos lentamente, no tanto unos pequeños destellos blancos, paso mis manos por mis ojos. 
 

Cuando me doy cuenta de lo que esta pasando mi corazón se acelera por el susto que he recibido. 
 

¿Que pasa? El corazón no ha bajado la intensidad, ni siquiera puedo decir palabra alguna. 
 

- Ay! Te desperté princesa- dice el extraño frente a mi- No era mi intención, solo venía a comprobar algo, pero Ariel fue astuto al ponerte un escudo. 
 

No soy capaz de visualizar su rostro, pero su voz... Su voz me es conocida. 
 

De repente veo que su puño se aproxima a mi, por lo que me cubro con mis manos. Pero el golpe no llega. Quito mis manos, para ver que pasa, esperando que halla sido Ariel llegando a mi auxilió. Pero no, no es el, el personaje frente a mi tira otro golpe y me doy cuenta de que hay algo que le impide pegarme, y eso era el causante de los destellos y el sonido que me despertó. 
Sigue tirando golpe tras golpe, sin conseguir atravesar lo que sea que sea eso, y por primera vez le doy gracias a Ariel. 
 

- Okey... - dice mientras da un suspiro y se sienta en una silla frente a mi espejo.- Te explicaré por que estoy aquí princesa. -pero aún no puedo ver su rostro. 
 

Me acomodo en el espaldar de mi cama, asegurando que el "escudo" no desaparezca, porque de lo contrario... Estoy frita. 
 

- La segunda vez que pudimos encontrarnos... Sucedió algo... ¿Como te lo explicó...? - hace silencio por un momento y continúa. - Estoy muriendo, lo que significa que cada vez estoy más débil, pero ayer, día de tu hermosa graduación, sucedió algo que me fortaleció, incluso, tu novio y yo tuvimos una conversación muy divertida después de la fiesta, cuando fue a buscar tu lindo ramito de flores- dice, mientras toca las flores que están a su lado. - Pero eso no duro mucho- dice poniéndose de pie nuevamente frente a mi- así que... Vine a averiguar si fue el tacto contigo lo que me fortaleció, pero lamentablemente el caso, esto- hace un ligero toque con sus nudillos- no me deja comprobarlo. 
 




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