Agápe

CAPÍTULO 22


Por fin!!!

-El señor Williams y yo venimos a ayudarle señora Williams - dice Ariel, mientras entra con mi padre a la cocina.

- Alto ahí niño-dice mi padre-acabas de avanzar dos pasos, no quieras retroceder 5 metiendome a la boca del lobo contigo. -Ariel ríe por sus palabras.

-No le gusta la cocina, pero tampoco sale de ella. - dice mamá, en forma de burla. Por lo que tanto Ariel como yo, reímos.

-Y aún así... -habla mi padre- sigo siendo tan apuesto como hace 35 años- dice, abrazando a mi madre de espalda y dándole un beso en la mejilla.

-Oh si claro- dice mamá riendo.

Preparamos algo ligero para almorzar y nos sentamos en la mesa.

- La comida esta muy buena señora Williams-dice Ariel con una sonrisa.

-Gracias Ariel-le responde con una sonrisa-y llamame Mirian.

- A mi puedes llamarme Señor Williams- dice mi padre de forma seria. Y de pronto rie- Es broma hijo- me llamo Christopher, pero puedes llamarme Chris- dice mi padre con una sonrisa.

-Lo tendré en cuenta señor y señora Williams- Responde.

Terminamos de comer y Ariel y yo nos encargamos de los platos.

10 minutos después nos encontramos en la Sala de estar charlando con mis padres, que al parecer ya hay un agrado mutuo entre estos 3.

Me pregunto donde quedó el interrogatorio que comienza con la pregunta: ¿ Que intenciones tienes con mi hija? Después de todo soy su única hija.

Una hora después mamá habla.

- Tu padre y yo iremos a buscar a tus hermanos al aeropuerto, su vuelo llega a las 5 así que no iremos. Cuando vuelva haremos la sena.

- Oh, pero a mi... Que soy su su puesta princesa y única hija no me vais a buscar al aeropuerto y tengo yo que coger un taxi eh.

Mi padre se levanta del sofá riendo.

-No te enojes princesa-dice, para luego tomar mi rostro y darme un beso en la frente.

Unos minutos después se van.

Ariel y yo subimos las maletas al segundo piso, le asigno una habitación y yo en otra.

Bajamos nuevamente a la Sala, me tiro en el sofá y Ariel se acuesta, apoyando su cabeza en mis piernas, por lo que comienzo a jugar y a acariciar su cabello.

-Ariel...

-Mmm?

- ¿Cuantos años tienes? - enserio nunca se me había ocurrido preguntarle, nuestras conversaciones siempre eran como peleas.

- ¿Para que quieres saber?

- Solo Quiero asegurarme de que no eres un viejo con cara de niño. - le digo riendo.

-Pues lamento decepcionarte nena.

-¿No me dirás?

- Noup...

Me levanto del sofá, hago palomitas y pongo rápidos y furiosos 9 que es mi zaga favorita.

Ariel

La película apenas va por una hora, cuando Mía se levanta a buscar más palomitas, unos segundos después me llama.

Me levanto y la encuentro sentada sobre la isla de la cocina. Me acerco a ella quedando de frente y colocando mis manos en su espalda baja.

-¿Que te parece si terminamos lo que empezamos ayer? - Dice de forma tentadora, mientras juega con mi abrigo, creando una tensión sexual que me encanta. 
Y como mi respuesta siempre va hacer un si, uno nuestros labios en un beso, mientras ella rodea mi cuello con sus brazos, haciendo contacto con sus dedos suaves y cálidos.

Subo mis manos lentamente por su espalda, para luego tomar su rostro entre mis manos y intensificar el beso. 
Coloco mis manos nuevamente en su espalda, para luego bajar hasta sus glúteos, haciendo que envuelva sus piernas en mi cadera y así llevarla hasta el sofá.

La acuesto, quitándole la sudadera que tenía, para luego quitarme la mía, y seguir besandola.

Ella toma el control, quedando sobre mi, lo cual me encanta, para luego volver a mis labios, y dejar suaves mordidas de placer. Para luego dejar besos húmedos en mi abdomen mientras desabotona mi pantalón.

-Esta vez, serás tu él que no escapará- dice, con ojos llenos de deseo.

Vuelvo y tomo el mando colocandome sobre ella, mientras paso mis manos por sus muslos, subiendo lentamente por sus piernas, para envolverlas en mis caderas. Eso, sin apartar nuestros labios. 
Le quito la blusa de tiros que tenía puesta, dejándola solo en sostén, para luego comenzar a dejar los besos que tanto le gustan por todo su cuello.

- Okey... Ya se como se hacen los bebés... No era necesario que me lo explicarán.

Mía y yo nos separamos y buscamos de donde viene la voz.

Es un chico alto y apuesto, cabello Rubio y ojos azules, a su lado esta otro idéntico a el, lo único diferente es el peinado y la ropa, eso quiere decir que son gemelos, y luego entran los padres de Mía acompañados de una chica, con el pelo castaño, un poco baja, y sus ojos marrones.

Mía se levanta rápidamente, tomando su sudadera para cubrirse. Y luego se las pone.

-¿Por que no te de tuviste si sabias que venían? -me pregunta en pensamiento.

Y sinceramente, estaba tan concentrado en aquello, que no me percate de que ya estaban aquí.

- ¿Ya no tengo que dar tan buena impresión? - le respondo, acompañado con guiño de ojos.

-Veo que te crecieron los pechos hermanita- dice uno de los hermanos riendo. Lo cual también me hace reír a mi, haciendo que me gane una mirada asesina de parte de Mía, por lo cual, también dejó de reirme.

Mía, toma un cojín y se lo lanza, pero este lo atrapa.

- Hija, hay habitaciones arriba- dice Mirian riendo.

-Esta claro que solo les entró la calentura- dice mi padre siguiéndole el juego.

Yo aún me encuentro con el pecho descubierto, por lo que tomo mi sudadera y me la pongo.

- Hola, soy Jeison- se Aserca uno de los gemelos, dándome la mano con una sonrisa en su rostro.

-Mucho gusto Jeison, soy Ariel- le respondo de igual manera.

-Yo soy Jefferson- dice el otro con una sonrisa- Y esta es mi esposa Emily.

-Mucho gusto- le saludo.

- ¡Emily! -chilla Mía.

-! Mía! -chilla Emily, saltando a darse un abrazo.




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