Agápe

CAPITULO 24


Ahora todo tiene sentido...

Comienza a observar su cabello.

- ¿Esto es una broma? - pregunta. Y lo único que puedo ver en su mirada es miedo y confusión.

-Mía...

- No. Esto no es normal-dice, mientras sus ojos se cristalizan.- Es muy way tener poderes... ¿Quien no quisiera tener poderes?, pero...¿sabes lo que no es way? , que no sepas como rayos obtuviste estos poderes, ¡esto no pasa en la vida real Ariel! - dice mientras se apunta a si misma- Eso de que te cruces con un dios, eso de viajar al pasado... Se supone que los viajes en el tiempo no existen ¡carajo!, eso de que de repente comiences a tener poderes... ¡No pasa en la vida real! ¡Es imposible! 
Siento que estoy en la serie de flash cuando Devon persigue a los meta para quitarles sus poderes. - dice, sentándose en la cama en forma de derrota. - ¿Que pasa si ese lunático me encuentra? ¿Que pasa si intenta chantajearme con mi familia? No necesita tener poderes para matar a alguien...

Me acerco a ella, tomando su rostro en mis manos para limpiar sus lágrimas.

- Eso no va a pasar... Estamos a salvo.

- ¿Si? ¿Y por cuanto tiempo? , no podemos quedarnos aqui por siempre...

- Solo por un día, aguantemos un día, sus poderes desaparecerán nuevamente, y encontraremos una forma de librarnos de él. No tratara de hacer nada sin sus poderes, sabe que sería cavar su propia tumba. Solo trata de olvidar que alguien te persigue, y disfrutemos de estas vacaciones, te prometo que no te pasará nada, ni a ti, ni a tu familia- digo, para después darle un beso en la frente.

Mía

Tiene razón en que es inútil enfrentarse a Ariel sin poderes, y aunque sigo preocupada y sin saber que rayos pasa... Confio en él. Por lo que decido dormirme, y él me compaña.

* * *

Me despierto, y Ariel es lo primero que veo. Se ve tan tranquilo... Su pelo alborotado, sus pestañas, sus labios entre abiertos... Me hacen olvidar todo lo que esta pasando.

- Se que soy una obra de arte Princesa- dice con su voz ronca... Me encanta... -por lo que, si me vas a comer... Hazlo con tus labios, no con los ojos.- dice tomandome de la cintura para acercarme a él y plantar un beso en mis labios.

- Si sigues así... Harás que me enamore de tí. - digo entre sus labios.

- Lo dices como si aún no lo estuvieras. - dice riendo.

- Eres una idiota- digo riendo.

Nos quedamos abrazados en la cama un rato más antes de levantarnos, lo cual se siente tan cálido... Tranquilo... Y de alguna forma especial.

Unos minutos después nos levantamos, entro a darme una ducha, me cepillo, me peino y me cambio.

- Si quieres puedes acompañarme- dice Ariel, cuando esta por entrar al baño.

- La oferta esta más que tentadora- le digo, para acercarme y darle un beso, mientras acarició todo su abdomen. - Pero tengo hambre, así que bajare a desayunar...

- ¿Enserio dejaras este manjar por un desayuno? - dice, con cara de indignación.

- Mmmm... Si. - digo, para darle un último beso en la mejilla y salir corriendo de la habitación.

Cuando bajo las escaleras, entro a la cocina, donde están mís padres y Jeison.

- Buenos dias- saludo cuando entro. Le doy un beso a mamá y a papá, y a Jeison le alboroto un poco el pelo.

- Buenos días cariño- responde mamá.- ¿Y Ariel?

- Bajara en unos minutos. - digo, mientras tomo asiento en la isla- ¿Jefferson y Emily aún no despiertan?

- No lo sé... Seguro están en un matutino- dice Jeison,levantando las cejas un y otra vez. - Ayer no tenías el pelo así hermanita. - dice, haciendo que mamá y papá se giren a ver mi cabello.

Se me había olvidado que ahora tenía mechones azules.

- Decidí hacerme un cambio de look a última hora.

Unos minutos después, tanto Ariel, como Jefferson y Emily bajan. Desayunamos y decidimos hacer una parrillada en la piscina de almuerzo.

Ariel se pierde con mis hermanos, Emily sale a comprar algunas cosas con mis padres y yo hago una video llamada con Diana, contándole todo lo que ah pasado desde ayer.

- ¿Enserio ese lunático estuvo con nosotras con nosotras como si nada pasará?- dice Diana, a través de la pantalla.

- Ni me lo digas.

- Le preguntare a Kim donde lo conoció y todo eso.

- Esta bien.

- Nos vemos bebé.

- Bye- y colgamos la llamada.

Una hora después estamos todos en la piscina, mientras Jefferson y Mi padre preparan la carne en la parrilla.

- Esa cicatriz que tiene tu padre... ¿Que paso?- pregunta Ariel, sentándose a mi lado a la orilla de la piscina.

- ¿No que lo sabes todo...? - le pregunto.

- Se supone, pero... Por alguna razón no soy capaz de saber eso... Es extraño.

- Fue un día muy caótico para mi familia, mi padre era lapidario, un día llevó una de las rocas preciosas a la casa. Dijo que no era lo que estaba buscando, pero que eso fue lo que encontró. Era una niña de 7 años, y me gustaba ver a papá trabajando y analizando las piedras que encontraba. Papá se fue por un momento de su estudio, y me puse a observar la roca y a adorar su belleza como lo hacia con todas, pero cuando la toque, salí disparada en el aire, quedando inconsciente. Mi papá dijo que cuando me encontró, intento cargarme, pero que cuando me tocó salió disparado, y callo sobre una mesa de cristal, lo que le causó esa cicatriz. Una hora después, mamá llego a casa y llamó una ambulancia, mi padre despertó, pero yo dure un mes en coma. Cuando desperté, los doctores no supieron explicar porque estuve en coma tanto tiempo si todo en mi estaba bien. Y desde ese día la roca no se volvió a ver, simplemente desapareció.

Ahora que lo recuerdo... La roca de aquella vez era exactamente igual a la que ví en esos sueños... Y al igual que esa... Era un zafiro Azul.

Y en ese momento, la cara de Ariel cambia, tal y como lo hizo anoche en la playa.

- Ahora todo tiene sentido...

- ¿De que hablas?




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