Agápe

CAPITULO 25

Miedo

- ¿Que? ¿De que hablas?

-Tú eres el Zafiro Azul Mía... Eres lo que he Estado buscando todo este tiempo...

-Pero eso no tiene sentido...

-Por una parte no, pero al mismo tiempo lo explica todo, siempre haz tenido esos poderes, pero fueron activados una vez que chocaste conmigo.

-¿Y por que no lo supiste antes?

-Porque luego de que el Zafiro fue creado, lo que causó fue un daño en el Olimpo, por lo que Ares, mi padre y otros dioses tomaron la decisión de esconderlo aqui en la tierra, pero pusieron algo más en el Zafiro... Algo que impedía que los dioses lo encontraran. Eres justamente lo que Zela necesita.

-Perfecto- digo, sarcásticamente.

- ¡Vengan a comer! -nos grita papá.

Nos levantamos y nos dirigimos todos a la mesa.

Comemos carne, ensalada y pan. Cuando todos terminamos de comer Jefferson y Emily se levantan de la mesa, captando nuestra atención.

-Emily y yo, queremos decirles algo.

Sacan una caja de debajo de la mesa, y la colocan sobre la mesa.

- Mamá... Papá... Por favor abran la Caja. -al abrirla, papá comienza a reír, mientras mamá esta en shook, y unos segundos después sus ojos se cristalizan, Salta de alegría y va hacia Jefferson y Emily para abrazarles.

Yo ya sospecho que es, pero Jeison y yo nos levantamos, y vemos lo que esta dentro de la Caja. Donde encontramos una nota que dice: Hola abuelitos. Junto con zapatitos de bebé, ropa, y un gorrito.

-¡Voy a ser tía!!!! -digo de la emoción cubriendo mi boca. Y al igual que mamá corro a abrazarlos.

Todos les damos nuestras felicidades. Y hablamos sobre el tema.

-Con razón estabas comiendo tanto Emily- dice Jeison riendo. Por lo cual se gana un golpe de mi parte. Pero ese golpe resultó más fuerte de lo que crei, ya que terminó en la piscina, haciendo que todos fijen sus ojos en mi, formando una O con sus labios.

- ¡¡Oye!! -grita Jeison desde la piscina. - ¿Que haz Estado comiendo estos días eh? ¿Acaso quieres matarme o que?.

-¡¡Lo siento!! -le grito desde la mesa.

Nos quedamos en la mesa hasta que dan las 4 de la tarde, hablando, riendo, contando anécdotas... Etc.

* * *

Los días transcurren normales excepto por mis poderes, han pasado una que otras cosas accidentalmente.

Ya han pasado 8 días desde que estamos en la casa de mis padres. Y hoy es el último día. Por lo que decidimos pasar el día en la playa.

Salimos de la casa, con bebidas, y mucha comida para disfrutar nuestro día.

Hay mucha gente... Por lo que constantemente chocas con alguien.

Ya tenemos aproximadamente 3 horas en la playa, salgo del agua para comer algo, pero al salir, como ya es costumbre choco con alguien.

- Por fin- escucho el pensamiento de la persona.

- Discúlpeme- le digo.

- Tranquila- dice levantando la cabeza con una sonrisa.

Y en ese momento... Quiero morir... De todas las personas con las que pude haberme chocado tuvo que ser él.

- ¿Mía? - dice.

- Borís...

- Nos volvemos a encontrar... - sonrie- ¿Como haz Estado? - pregunta.

- Bien ¿Y tú? - le pregunto, tratando de esconder que se quien es.

- Haces un buen trabajo con tus gestos y con tus palabras... Pero tus pensamientos te delatan por completo. - Sonríe.

Trato de defenderme con mis poderes, pero estos no salen, por lo que recurro al plan B. Correr. Lo que no vale de nada.

- Revivamos nuestro primer encuentro- dice, haciéndome volar con él.

- ¡Ariel! - grito sin dudarlo. Y gracias a Dios que escucha mi grito, deteniendo él tiempo, por lo que parece que estamos solo nosotros 3 en el mundo.

Borís se detiene, levitando en el aire, aún teniendome sujeta.

- Ariel... ¿Puedes explicarme... Como es que una humana tiene poderes de dioses... ?- Pero tanto el como yo, nos quedamos en silencio. - Me da curiosidad saber que más es capaz de hacer... - dice acariciando mi pelo. - ¿Que tal si me la prestas para hacerle algunas pruebas? - Miro a Ariel, y esta enojado, muy enojado. - Después de todo es una insignificante humana.

- Si fuera tan insignificante... No estuvieras aquí, tratando de llevartela para hacer pruebas.

- Tienes razón... Entonces hagamos las pruebas aquí. - dice, para luego soltarme, dejándome caer en el agua.

- Solo matalo, yo estaré bién- le digo a Ariel en pensamiento, antes de sumergirme por completo en el agua.

Cuando entro en el agua, trato de aguantar la respiración lo más que puedo, hasta que ya no aguanto, y me doy cuenta de que puedo respirar bajo el agua.

Ariel

Le hago caso a Mía, ya que el Zafiro tiene los poderes de Poseidón, lo que quiere decir que puede respirar bajo el agua.

- ¿Acaso no piensas ir por ella? - me pregunta Zela.

- No. Ella es más que capaz de defenderse sola, a diferencia de tí. - le digo, para luego lanzarle un rayo, haciendo que se estrelle en el volcán. Me aproximó hacia el sin darle tiempo a responder, para seguir plantando golpes que apenas le hacen un rasguño ya que tiene los poderes.

- Ni siquiera sabe usar sus poderes- dice dándome un golpe- como pretendes que salga de esta.

- A diferencia de ti, ella si tiene poderes que tú nunca tendrás.

De repente, ambos notamos una ola gigantesca aproximándose a nosotros.

- Como esos- le digo, dándole el golpe más fuerte hasta ahora, haciendo que se estrelle una vez más contra el volcán para que la ola cierre con broche de oro.

Me acerco a Mía, sacandola del agua, para llevarla a la orilla.

- ¿Como hiciste eso? - le preguntó con una sonrisa, mientras aparto el cabello mojado, de su rostro.

- Nose... Solo lo hice...

Nuestra celebración no dura mucho, pues somos golpeados, y lo último que veo, antes de cerrar mis ojos... Es a Mía inconsciente sobre la arena.

                                            * * *
Cuando me despierto, ya es de noche, y Mía no está a mi lado.




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