- ¿En serio? – Dijo Linda.
- Sí. – Respondí.
- Ahora son oficialmente una pareja, como casados. Incluso tienen un hijo. – Dijo Jordan.
- Tú cállate. – Le dije.
- Pero es cierto, son una pareja muy fea. – Me dijo riéndose. Tenía la boca llena de palomitas.
- ¡Que te calles te dije!
- ¿Y cuándo te mudaras con él? – Preguntó Linda.
- Está ayudándome a empacar mi ropa y los juguetes. Saben que está suspendido y eso.
- ¿Qué harás con la casa? – Preguntó Brandon.
- La alquilaré hasta que lleguen mis tíos o no sé, tal vez se quedará sola un tiempo. Por cierto, ¿Te has seguido viendo con Derek?
- Sí, ¡eso te iba a decir! ¡cómo me conoces! Hoy será el gran día. Sus papás viajaron y… ¡ya sabes qué pasara! – Gritó emocionada alzando los brazos.
- Te envidio tanto, quisiera que alguien me violara hasta el cansancio y que lo hiciera de una vez. – Le dije con decepción.
- Te hago el favor si quieres… - Dijo Jordan.
- ¡También te hago el favor! – Dijo Brandon.
- ¿Ya planeaste qué te vas a poner? Debes ponerte algo bien vulgar. – Le dije. – Deberíamos ir a conseguirte algo así y que sea rojo.
- Sí, ¡sí! Me pondré algo rojo y lo seduciré.
Luego Linda se fue a cocinar. Llevaba un par de horas de haber llegado a su apartamento. Mientras ella cocinaba, nosotros componíamos los acordes de una canción que escribió Brandon. El olía raro hoy, como a sopa.
- Hice sopa de pollo chicos. – Dijo Linda.
Luego fui a casa, era algo tarde. Me distraje hablando con ellos y, además, fui con Linda al centro comercial. Llegamos a un sex shop y se compró algo estupendo, con eso Derek debería caerse al piso de la impresión. Ojalá ella no haga nada estúpido, que no diga ningún comentario fuera de lugar. Ojalá que por nada del mundo se ponga al revés el atuendo que compró. Le dije que debía maquillarse bastante y soltarse el cabello. Todo esto lo vi en internet, sé mucho del tema porque quiero tener sexo, pero al parecer, la virginidad seguirá gobernándome unos años más.
Me daba mucha emoción pensar que Aaron llegaría en la mañana para llevar mis cosas a su apartamento. Ya no estaría sola, eso me hacía muy feliz. Además, sería muy cómodo porque de igual forma siempre estoy yendo a ese edificio a verlo. Estaba tan emocionada que puse en el equipo mi canción favorita del mundo: Soy fan de ti y la empecé a bailar. Puse una alarma muy temprano para estar lista antes de que el viniera, pero como siempre, satanás estaba en mi contra. Me quedé dormida.
-Aaron-
Sé que Agatha es algo difícil de tratar, pero vivir con ella es lo que siempre he querido y ahora es realidad, es como un sueño. Solo espero que no se enamore de alguien más cuando yo esté ahí, sería lo peor que me podría pasar.
Amo todo de ella y ahora que la veré a diario, intentaré que me quiera como yo lo he hecho estos años. Ansío ya cuidarla y dedicarle mi vida entera, también a mi hijo. Por primera vez me siento así, en familia y no quiero que esta sensación se acabe. Anoche muy emocionado, terminé de desocupar un armario para que ella guarde sus cosas ahí. Le dejaré mi habitación y yo dormiré con Jamie. Tardé un poco más de lo esperando desocupando el armario porque Jamie se puso a saltar sobre la ropa que había organizado. Vaya, no me iba a imaginar que en tan poco tiempo iba a llegar a querer tanto a este diablito. Era mi adoración.
Muy temprano en la mañana levanté a Jamie, lo bañé y le hice pancakes para desayunar, pero no quiso ni tocar el plato.
- Están tan dulces que me duelen los dientes. – Dijo Jamie haciendo pucheros.
- Eso mismo dijiste de la lasaña ayer. Debes comer o no crecerás.
A la fuerza me tocó vestirlo y subirlo en el auto. No le gustaba ir a la escuela, todos los días hacía un show antes de ir. Quería llevarlo hoy un poco más rápido porque debía ir a traer las cosas de Agatha, pero se puso a llorar. Lloró todo el camino. Llegamos, le di un beso en la frente, empezó a gritar llorando que no lo dejara y la maestra se lo llevó a la fuerza. Me da tristeza cuando hace eso, pero si es por el no estudiaría y no puedo dejarlo.