Agatha y los desquiciados

23. Final

Empecé otro semestre de la universidad y enseguida empecé mal, perdí el primer examen que hice. Me había recuperado de mi enfermedad, aún estaba, pero poco la veía. Esto quiere decir que simplemente no soy muy brillante, la esquizofrenia no influía en mis notas.

Salí con Linda al cine, veríamos una película cursi que ella escogió. Andaba sentimental porque acababa de romper con Derek, él la dejó a ella y lo peor era que se sospechaba que salía con otra chica que está en la facultad de humanidades. No le gustaba estar sola y por eso, todos pasábamos mucho tiempo con ella.

Planee con Jordan, Brandon y Aaron, hacerle algo a ese idiota. Se metió con la persona equivocada porque tiene amigos que la van a defender (digo esto riéndome porque sé que no infundimos temor y, por el contrario, a la gente que nos ve le dan ganas de tirarnos una moneda).

Fuimos a un partido de futbol, era en la noche en la universidad. Nos sentamos en las gradas y no sé por qué, Brandon se puso gafas oscuras, gorra y un bigote falso. Tenía una libreta pequeña anotando cosas. Todos lo miramos mal al percatarnos de sus fachas.

- ¿Por qué llevas eso puesto Eddie Murphy? – Le dijo Aaron.

- No insultes a Eddie Murphy comprándolo con este negro barato. Compáralo con uno más económico, como Edison Toloza.

- Cállate Homero Simpson. No me avergüenzo de mí, tu si das vergüenza ocupando dos asientos de las gradas gordo culón.

- ¡Negro generado!

- ¡Gordo marica!

- Se nos escapa… - Les dije señalando a Derek.

Lo seguimos un rato hasta que llegamos a una enorme casa campestre, vaya que vivía bien este maldito. Había una fiesta, se escuchaba la música desde afuera. Era algo como electrónica, pero más movido o no sé. Unos chicos de su equipo estaban afuera y también muchos autos.

- ¿Quieren entrar? Pasen, no hay problema. – Nos dijo un chico muy guapo, casi tanto como Derek.

- Vale gracias. – Le dije y caminamos para entrar.

- Casi te desmayas al verlo. – Me dijo Aaron celoso.

- No exageres tonto.

Entramos y nos sentamos en el patio, cerca de la piscina. Había mucha gente de la universidad y me sentía rara por la situación.

- Es nuestra primera vez en que estamos en una fiesta con personas diferentes a nosotros. – Dijo Aaron.

- O más bien en una fiesta real. – Dijo Brandon.

Nos quedamos un rato y tomé una cerveza, fue chistoso. Me gustó. No puedo negarlo, la pasamos genial. Bebimos y nos reímos bastante. Debo beber con más frecuencia.

Al rato cuando ya era casi medianoche, nos acordamos al fin de lo que íbamos a hacer, buscamos a Derek. Estaba jugando cartas con unos chicos y también unas chicas. Brandon se acercó, se paró al lado de él y le dio un beso. Todos los chicos gritaron en burla.

- Hola cosito. – Le dijo Brandon abrazándolo por la cintura y Derek tenía el rostro completamente enrojecido.

- ¡Quítate! ¡No te conozco! – Le dijo y lo empujó.

- ¡Siempre es lo mismo contigo! ¡Algún día tendrás que aceptar lo que eres! ¡Me voy! – Dijo Brandon, fingió llorar y se fue.

Sus amigos no dejaban de burlarse, con eso supimos que valió la pena por completo venir hasta acá. Habíamos acordado hacer esto desde antes, fue épico. Ni Jordan molestó a Brandon, actuó bien y lo hizo igual por su hermana.

Fuimos al apartamento de Jordan y Linda, intentamos ver una película, pero no podíamos. No dejábamos de reírnos recordando eso que había pasado.

- Él puso cara de: ¡Ha salido a la luz mi verdadera sexualidad! ¡Soy un marica guapo y acomplejado que le teme al rechazo! – Dijo Jordan.

- Se los agradezco chicos, pero sé que él no es gay.          

- Eso no lo sabes, estuvo contigo. ¿A qué mucho puede aspirar? – Le dijo Jordan.

- Al menos tuve un novio bonito, no como tú llorón.

- No digas eso Linda, tendrás otro mucho mejor que ese. – Le dijo Brandon. – Él no te merecía, no valoró la persona que eres.

- ¿Te gusta mi hermana Obama? Ni lo pienses, no quiero sobrinos de color. Me tocaría bañarlos en cloro.

- ¿Puedes cerrar tu maldita boca de una vez? – Le dijo Brandon y entre todos lo agarramos y le pusimos cinta en la boca y en las manos. -A ver si así levantas algo, gordo comunista.

- Que pacifico se siente el ambiente. – Dijo Aaron.

- ¿Cómo está tu niño Aaron? – Preguntó Linda.

- Bien, hoy está con Tamara.

- Está pesado últimamente porque quiere que tengamos un hijo para que juegue con él. Le digo que no, que tiene varios hermanos ya, pero se lleva mal con ellos. – Le dije.

- Cuídate de tener un hijo de este, te puede salir marica y sabes que no tolero mariquitas. – Dijo Jordan, se había soltado y no nos habíamos dado cuenta.

- ¿O sea que piensas que Jamie será así? – Le dijo Linda.

- Tal vez, no lo creo. Lo digo más bien por la fusión entre los genes de la lunática y los de perdedora lesbiana de Aaron.




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