Agencia de Seguridad Civil: Ánimas

Prólogo: El pisonte

Los equipos se desplazaban a toda velocidad por las calles de ciudad Solé. Colocaban barricadas de concreto entre calles para tratar de detener la embestida de la bestia que, iracundo, había escapado de su habitad. Si aquello no funcionaba ya tenían preparada una segunda barrera eléctrica la cual se desplegaba a través de las calles gracias a las barras negras en forma de estaca de metro y medio de altura, que Aya ayudó a crear para los equipos de Caza bichos para un mejor control de bestias.

Iban anclando al suelo cada poste a dos metros de separación los unos de los otros a una velocidad increíble, debían actuar rápido si no querían que los daños incrementaran. Los encendieron a través de un control remoto y en seguida estos desplegaron un campo de fuerzaelectrificado que se alzaba cónicamente dos metros al cielo. Los agentes encargados de la contención del Bisonte del bosque se prepararon con sus armas tranquilizantes, los paralizantes musculares y solo por si fuera necesario, sus armas fulminadoras con las cuales podrían dar un golpe certero a la cabeza de la bestia en turno.

La líder de escuadrón Arlette Ontiveros, una chica alta de piel blanca, ojos marrones y un cabello color caramelo con tintes azules en las puntas, mejor conocida en la ASC como La Lobo, estaba preparando a sus compañeros para tener contacto con la bestia en cualquier momento. Ella iría de frente contra el gran animal, con sus dos cuchillas en forma de medialuna, preparada para detener al animal con cortes certeros a sus articulaciones, mientras su equipo esperaba por si el plan A fallaba, esperaba que no fuera así y todo se resumiera en ventanas y vehículos dañados.

Un fuerte estruendo la hizo ponerse en alerta. Pasaron segundos de tensión en los que un sudor frio recorrió su frente. Años enfrentando a esas bestias y siempre lograban ponerle la piel de gallina. Apretó con fuerza sus cuchillas, respiró hondo y se preparó para la embestida.

El Bisonte del bosque apareció a un par de calles delante de ella, arremetiendo con ferocidad un automóvil con sus cuatro cuernos que salían de la parte superior e inferior de su cabeza. Las escamas de color carmesí hacían aparentar que la bestia estaba bañada en sangre, y tal vez lo estaba, pero Arlette tendría que esperar a tenerlo frente de frente para asegurarse.

—Flanco derecho listo —dijo su compañero Daniel a través del comunicador.

—Flanco Izquierdo listo —Le siguió Alexandra aumentando la tensión en Arlette. La bestia se aproximaba, solo quedaba recibirla de frente para detenerla, pero no esperaría en ese lugar. Corrió en contra del gran animal carmesí de ojos negros.

El Bisonte del bosque bajó su cabeza, con los cuernos por delante para una embestida mortal y acelerando el paso. Arlette se deslizó por debajo del animal, hizo cortes precisos en las cuatro patas de la bestia y antes de que se alejara de ella clavó una de sus cuchillas en la pierna trasera de la bestia. No podía igualarle el paso, por lo que activó las ruedas en sus botas y patinó justo detrás del animal, no podía soltarlo por ningún motivo.

Chocó de frente contra las barreras de concreto y siguió de largo contra el campo eléctrico. En ese momento Arlette lo soltó pues no quería ser electrocutada. La bestia recibió un par de disparos de parte de los compañeros de Arlette en sus extremidades delanteras. El Bisonte del boque se retorció en su lugar e hizo agudos sonidos de dolor, pero la bestia no se detuvo, seguía empujando con todas sus fuerzas el campo eléctrico

—Disparen tranquilizantes —ordenó Arlette por el comunicador al ver la insistencia del animal.

Antes de que el Bisonte recibiera los disparos su cabeza logró atravesar el campo electrificado. Lo arrastróconsigo unos cuantos metros. La chica saltó de nuevo contra él, clavando ambas cuchillas en sus patas traseras,tiró con todas sus fuerzas para no soltarlo. El bisonte al darse cuenta de su presencia lanzó un par de patadas que arrojaron a la chica por los aires hasta dar contra el pavimento.

El bisonte atravesó el campo eléctrico sin más problemas y siguió su avance embravecido por la ciudad.

—El objetivo a escapado —anunció la chica en el suelo con mucha dificultad, sentía mucho dolor en su pecho y por supuesto una falta de aire tremenda. Se sentía agradecida de estar viva, sabía que, si había sobrevivido era porque el bisonte no estaba en su máxima capacidad, o le habría destruido todo el pecho y no solo un par de costillas con esa patada.

 

La pelirroja observaba frente a una gran pantalla lo sucedido con Arlette por medio de las cámaras situadas en cada esquina de la ciudad. Pensó mucho en fortalecer el material del cual estaban hechos los trajes de los agentes, algo que debió hacerse hace mucho, pues cada vez se reportaban más incidentes relacionados con Dobles y las bestias del bosque enloquecidas. Se acercó a la encargada del escuadrón de Arlette, Juana Barrera. Una mujer algo avejentada de piel canela y algunas canas sobre su cabeza. Mujer de años de experiencia, a solo un par de jubilarse.

—Entendido —respondió la mujer sin apartar la vista de las pantallas—. No pierdan el rastro del Bisonte. Arlette levántate y en cuanto detengan a esa bestia ve a que atiendan tus heridas.

—Si, señora —respondieron todos al unísono por el comunicador.

La mujer se apoyó en la consola de control y resopló, estaba agotada, no era la primera misión en la semana. El trabajo había aumentado en los últimos meses, máscriaturas del bosque salían de sus habitad naturales y creaban un caos en la ciudad.



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En el texto hay: comedia, accion, aventura

Editado: 08.05.2023

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