Marla no sabía que más hacer, llevaba horas escuchando la voz de aquel hombre en su cabeza, burlándose de las decisiones que ella había tomado, de su incompetencia en un pasado, así que decidió cantar, lo único que sabía hacer bien en su vida. Se desconectó por completo, impidiéndole el paso a su mente, pues poco después dejó de sentir su presencia en su cabeza.
In my eyes, indisposed
In disguises no one knows
Hides the face, lies the snake
The sun in my disgrace
Boiling heat, summer stench
'Neath the black the sky looks dead
Call my name through the cream
And I'll hear you scream again
El bello canto se escuchaba a través de las paredes metálicas, llegando a los rincones más oscuros del pasillo. Era un mundo distinto cuando ella cantaba, no había nadie que no pudiera maravillarse con el canto de la chica.
Kevin caía al suelo con cada intento de golpear al guardia, Pero no dejaba que eso lo desanimara, seguía levantándose y atacando. ¿Cómo es que ese sujeto podía tocarlo? Era la pregunta a la que su mente no dejaba de darle vueltas. Nada se lo explicaba. Cada vez que atacaba era como si su oponente supiera cuando era tangible y cuando no.
—¿Qué sucede chico? Pensé que no perderías esta vez. Vamos, si quieres golpearme inténtalo —Le invitó“R” sin moverse ni un solo centímetro.
La burla del hombre hizo despertar algo en Kevin, su cambio fue inmediato pues su forma de actuar era diferente. Su cara era de seriedad. Hacía mucho tiempo que nadie lo ponía de ese humor, desde lo que pasó con Marla y Mike anteriormente. No, mucho antes, desde que aquella mujer le arrebató a sus chicos. Corrió hasta “R”, con sus puños completamente cerrados, depositando en ellos el coraje que llevaba por dentro.
—Entiéndelo ¡no te servirá de nada atacar de esa manera! —gritó el hombre mientras detenía al joven con un golpe en su estómago—. No lograras….
Kevin lo tomó el brazo, apretó con toda su fuerza, haciendo sentir a “R” una presión cada vez mayor. El chico, que mantenía la mirada abajo, rio durante un segundo.
Black hole sun
Won't you come
And wash away the rain
Black hole sun
Won't you come
Won't you come…
—El juego terminara aquí —respondió Kevinesforzándose por no soltarlo.
Won't you come
El moreno lo golpeó con toda su fuerza, conectando por primera vez su puño con el cuerpo de “R”. Fue un momento de felicidad, había golpeado a la persona que más problemas le causó en su vida, por detrás de la mujer de su infancia. Se apartó, sin quitar la sonrisa petulante de su cara, mirando como el hombre seguía inmóvil, impresionado con el ataque. Caminó hacia su derecha a toda prisa, viendo cada una de las puertas, en una pudo apreciar el nombre de Marla sobre ella. Entró a toda prisa, la oscuridad era aplastante, de su bolsillo sacó un encendedor para iluminarlos.
—¡Marla! —gritó con alegría, desató las cuerdas y la abrazo con fuerza, pero Marla no reaccionaba, seguía adentrada en su canción— Oye… Oye… —Intentótranquilizarla, la abofeteó un par de veces logrando que dejase de cantar—. Marla Respóndeme 1La movió con fuerza tomándola por los hombros.
—¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? —dijo aquella saliendo de su trance—. Kevin, estas… aquí… —saltó hacia él,dándole uno de los abrazos más fuertes que había dado en toda su vida—. ¿Dónde estamos? No me digas que seguimos atrapados.
—No necesito decírtelo, ya lo sabes. Lo importante ahora es correr con todas tus fuerzas. Hay que salir corriendo de aquí hasta… —Una mano atravesó la puerta metálica, abriendo un gran agujero en esta, y tomó al chico del cuello de la camisa—. Oh mier…
“R” jaló arrancando la puerta y llevándose a Kevin a su lado. En su rostro había una señal de desagrado por el intento de liberar a Marla, movía su cabeza de lado a ladonegando. El moreno solo sonrió mientras se encogía de hombros antes de ser golpeado en el abdomen. En su mente existía un caos total, sus pensamientos no concordaban ¿Cómo pudo saber lo que planeaba? Bueno si, era muy evidente, pero más importante ¿Por qué no pudo volverse intangible en ese momento? ¿Y Marla? Se giró a donde estaba la chica asustada, ella salía a pasos lentos de su celda, tenía un miedo tremendo, bastante comprensible, algo que no sentía desde que enfrentaron a Ryanace.
—¡Corre! Marla, vete de aquí —Le dijo Kevin soltándose de las manos de “R”.
—Por favor, vuelve a tu celda señorita. Y tú, negro bastardo, no lograras nada —La actitud del hombre cambiaba hacia cada persona que se refería sin razónaparente, desconcertando a ambos jóvenes—. Ni siquiera pienses en atacarme.
“R” saltó hacia Kevin queriendo golpearlo, pero se encontró con un muro invisible. Inmediatamente se distrajo dándole la oportunidad al de piel morena para golpearlo. Marla vio de reojo a su amigo, notando la felicidad que le causó ese golpe. Si algo consiguió de ese instante era deducir que su enemigo tenía un punto débil en su habilidad y era que no podía leer dos mentes a la vez.
Editado: 08.05.2023