Agencia de Seguridad Civil: Ánimas

Capítulo 19: Zeth vs Bloodmon

Bloodmon salió a toda velocidad del mar de sangre que lo cubrió. Su cuerpo estaba envuelto en una armadura carmesí que destacaba por sus largos cuernos en su frente, la cola en forma de punta y las grandes alas de murciélago que lo ayudaban a volar.

El Tridente dio un golpe a Zeth en la barbilla que lo hizo salir disparado al techo. Atravesó el duro metal y metros de tierra hasta el exterior de la prisión, donde la tormenta no dejaba de mostrar su brutal poder con vientos devastadores y relámpagos que caían de vez en cuando al suelo e iluminaban todo.

Zeth se detuvo en el aire, afirmando sus suposiciones. Ese sujeto era mucho más poderoso que él, pero debía darlo todo. No podía dejar que fuera tras sus amigos, tampoco podía permitir que atacara de nuevo a los Ludenks, por el trato que hizo con Judgeman y porque estaba en deuda con ellos.

—Oye, dime que tienes un plan —Judgeman apareció sobre su hombro, mostrándose preocupado. No obtuvo respuesta del serio Zeth, lo sacudió con fuerza tratando de sacarlo de sus pensamientos—. ¡Dime que tienes un plan! —Zeth sonrió de oreja a oreja mientras volteaba a verlo—.¿No tienes un plan cierto?

—Ni uno solo.

—¡Estamos perdidos! —gritó el Ludenk dramatizando su final.

—Oye, tu deberías de ser el que sepa como acabar con otro Ludenk —dijo Zeth.

—La hay, pero no creo que guste el plan —Judgemense volteó ruborizado hacia un lado.

—No planeo besarlo —Le dijo Zeth con mucho disgusto, podía sentirlo acercarse—. Bien, lo puedo besar, pero más te vale que no tenga que involucrar una lengua.

—¡Nadie hablo de un beso!

Desde el subsuelo Bloodmon salió disparado. En su mano portaba una espada hecha de sangre. Zeth bloqueó el ataque con su guadaña, la fuerza del impacto empujó a ambos hacia las nubes. Zeth dio vuelta sobre la cabeza de Bloodmon y aprovechó para patearlo en la espalda. Bloodmon se giró rápidamente con su espada por delante, el corte partido a Zeth por la mitad.

El no-muerto aprovechó ese segundo en el que Bloodmon sonrió de felicidad al creer al fin haber acabado con Zeth, para hacer que sus piernas se enredaran sobre su cuello mientras él usaba su guadaña para cortar su torso. Bloodmon arrancó las piernas de Zeth de un movimiento y se las arrojo al chico.

—¿Qué acaso no mueres? —preguntó Bloodmon mientras observaba como Zeth se armaba de nuevo. Entonces lo vio, el anillo de su amo en la mano del chico—. ¿De dónde sacaste ese anillo?

—¿Te gusta? —preguntó Zeth mostrándoselo con orgullo— Lo conseguí acabando a los que son como tú.

—No digas tonterías, devuélveme ese anillo —ordenóel hombre.

—Ven por el sí lo quieres.

La segunda ronda de golpes se armó. Bloodmon se lanzó con su espada por delante en busca de cortar la mano de Zeth. Intercambiaron golpes con sus armas, Bloodmon le demostraba a Zeth el gran poder que su amo le concibió, no dejaría que un mocoso se burlara de Dunkel, no lo había permitido en sus cientos de años de vida, y no iba a empezar por él. Blandió su espada desde atrás de su cabeza, golpeó pesadamente la guadaña de Zeth lanzándolo a toda velocidad al piso.

Zeth cayó estrepitosamente en el suelo, creando un hueco con su caída. Se levantó lentamente entre los matorrales, el cuerpo comenzaba a cansarse, una mala señal pues si seguía con esa eterna batalla estaría acabado. Se puso de pie observando al miembro del Tridente sobre el alto pastizal, con la lluvia cayendo sobre su cuerpo y chorreando una mezcla de sangre y agua.

—Te daré una última oportunidad, entrégame el anillo—gritó desde el cielo.

—Escúchame Zeth, podemos hacer esto juntos —Judgeman saltó enfrente de él, estaba en cuatro patas mirándole seriamente—. La desventaja de ser un Anima Gemella por medio del poder de Dunkel como lo son los miembros de su tridente, es que podemos arrebatarles su energía.

—No estoy entendiendo nada ¿Cómo que mediante el poder de Dunkel?

—¡Te estoy hablando! —gritó Bloodmon molesto por la falta de atención de Zeth—. No tendré más misericordia contigo.

—¡Escúchame antes de que te impacte! —El temeroso Ludenk brincó en el suelo del terror—. No ataquemos solo el físico, vayamos por lo que lo hace especial.

Zeth emprendió vuelo al cielo a toda velocidad para esquivar el ataque de Bloodmon, pero el hombre le siguió muy de cerca. Le tomó la pierna y le arrojó de vuelta al suelo. Bloodmon extendió sus brazos al aire llamando a toda la sangre contenida dentro de la prisión.

Una vez más Zeth se tuvo que poner de pie, comenzaba a pensar que Bloodmon disfrutaba de arrojar al suelo a sus enemigos. Se llevó una mano a la cabeza, sentía como si diera vueltas, regresó su atención a la acción, donde una gigantesca ola de sangre lo esperaba. Aquel liquido escarlata abrió el suelo en su intento de alcanzar a quien la había llamado. La sangre cayó sobre Zeth removiéndolo por todos lados mientras iba haciéndose más y más dura, cortando partes de su cuerpo al alzar hasta que se endureció por completo.

Bloodmon descendió al gran bloque de sangre que había creado. El vapor subía por todo su cuerpo, respiraba un poco agitado, hacía mucho que no lo obligaban a usar tanto poder en una batalla. Clavó su espada en la sangre, la sangre debajo de sus pies se volvió liquida haciendo flotar el brazo de Zeth. Lo levantó, dispuesto a arrebatarle el anillo, pero fue abofeteado por la mano de Zeth para después ser apuntado con su dedo ¿Todavía se burlaba de él?



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En el texto hay: comedia, accion, aventura

Editado: 08.05.2023

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