Frente a Zeth llegaron los armatostes de hierro aplastando el pastizal con sus pesados cuerpos. Las escotillas se extendieron y los agentes médicos salieron corriendo con camillas en mano mientras otro grupo rodeaba el perímetro, listos para responder a cualquier ataque sorpresa de parte de algún enemigo. Justo después vio salir a ese trio que había extrañado a pesar de sus locuras. Meegwun que sin dudarlo le patearía el trasero, Aya con sus locos experimentos y finalmente a quien le debía tantas cosas, Andrea.
—Recuerden que tenemos solo doce minutos si no queremos correr el riesgo de caer a medio vuelo. —anunció Aya monitoreando algo en su tableta de datos.
—¡Zeth! —Andrea corrió a su encuentro. Sin pensarlo dos veces saltó sobre su chico.
Lo abrazó con fuerza, como para no dejarlo volver a escapar de su lado. Después de medio año sin poder verlo estaba aliviada de que, milagrosamente, estuviera en ese mismo lugar al mismo tiempo que ellos. Zeth correspondió el abrazo, desde su partida con Melvil había olvidado lo que era tener a Andrea y su caluroso afecto.
La chica se irguió nuevamente, acomodó los dos mechones que caían sobre su rostro y levantó la vista a los agentes que atendían a los demás chicos. Estaban hechos un desastre, se llevó una mano al pecho, podía sentir el dolor que estaban sufriendo en esos momentos. Le destrozó el corazón como los levantaban sin tener ningún tipo de reacción.
—¿Cómo pasó esto? —Se preguntó, sintiéndose culpable en gran medida.
—Es una larga historia —Zeth le puso una mano en el hombro—. Por ahora debemos sacarlos de aquí, te contaréen el camino.
—¡Atrápenlo!
Voltearon la mirada al bosque, desde donde venia corriendo la pequeña mascota de Santiago. Tocino corría desesperado, con una cuerda atada al cuello que arrastraba una estaca con la que los Ludenks lo dejaron anclado al suelo para querer comérselo. El cerdo subió desesperado al aerodeslizador seguido de dos agentes que lo daban todo por alcanzarlo.
—Lo siento, no hemos podido atraparlo —dijo uno con su respiración entre cortada—. En seguida lo bajaremos del aerodeslizador.
—No se preocupen, le pertenece a uno de ellos. Ayuden a llevar a los chicos dentro de la nave, tenemos que irnos pronto, y si llegan a ver una ardilla cerca déjenla entrar.
—Si —El agente hizo un saludo militar y se retiró.
Uno a uno fue ingresando a los chicos en los aerodeslizadores. Los agentes encargados de cuidarlos procuraron hacerlo de la manera más cuidadosa posible, pues en más de uno se veía a simple vista que tenían algunos huesos rotos, por no decir que Alonso estaba destrozado en cada parte de sí.
Salieron de la isla con apenas algunos problemas técnicos debidos a los pulsos que bombardearon sus sistemas, pero lograron pilotear hasta el portaviones. Sin rastros de la ardilla de Marey. Un equipo médico estaba listo para llevar a los chicos a la sala de emergencias donde los atenderían hasta estar seguros de que era posible llevarlos de vuelta a la ASC y que aguantarían el viaje.
Andrea guio a Zeth hasta la cabina de control donde Gabriel permanecía inmutable viendo las imágenes que los drones habían enviado desde la isla. Ralph estaba ahí, controlando el último de ellos que seguía tomando evidencia antes de salir en cuestión de segundos. El jefe volteó su silla a ellos. Su expresión estaba endurecida másde lo habitual. Suspiró y se acercó al muchacho.
—Jefe —dijo Zeth mostrándole una media sonrisa retadora. Definitivamente, entre todos los de la ASC, Gabriel fue al que menos extraño.
—Creo recordar que tu dejaste la ASC hace medio año —Fueron las palabras de Gabriel a Zeth.
—Digamos que me tome un tiempo para reflexionar—repuso el joven—, pero ahora estoy listo para volver.
—No es tan fácil como piensas Zeth —Gabriel se acomodó su largo cabello y pasó su mirada de Andrea a Zeth y viceversa—. Eres un fugitivo buscado por los Altos Mandos, en estos momentos debería de tomarte como prisionero y llevarte ante ellos.
—No puede hacer eso, jefe —Le dijo Andrea dando un paso adelante—. Zeth es parte importante del equipo.
—Zeth destruyó centros de los altos mandos y asesinóa muchas personas —exclamó el jefe.
—Centros de venta de esclavos —respondió el no-muerto enojado—. Lugares que no deberían de existir, y yo a la única persona que le he quitado la vida es a Lawrence y usted sabe porque pasó.
—Escúchame Zeth, si hubieras dejado las cosas como estaban después de recuperar a Mike, hubiéramos podido ayudarte, pero con todo lo que hiciste… —Gabriel se detuvo pensando en el gran papeleo que esa misión supondría.
—Aun con todo lo que hice, en estos momentos me necesitan —Zeth se cruzó de brazos.
—Así es, jefe —Andrea siguió hablando, debía ayudar a Zeth. No podían dejarlo fuera, aunque hubieracometido algunos crímenes, fue con la intención más noble posible—. En estos momentos no tenemos un equipo que nos ayude a defender ciudad Solé.
—Además tengo información importante de Dunkel—dijo el chico mostrando seguridad en su mirada—.Información que nos ayudará a enfrentarnos a él.
Gabriel dudó unos momentos. Finalmente, suspiróresignado, debía aceptar que tener a Zeth de vuelta era algo bueno, aun mas viendo la situación en la que se encontraba, donde su único equipo de dobles de ciudad Solé estaba destruido y suponía durarían mucho tiempo fuera del campo.
Editado: 08.05.2023