—Diablos —dijo Kevin muy enojado.
—Oye es tu culpa —Le dijo Santiago desde atrás.
—¿Mi culpa? ¿Te recuerdo quien arruinó la oportunidad perfecta para espiar a Karina en un lago? —Kevin estaba que se arrancaba el cabello—. Era una oportunidad de una en un millón. No merezco seguir viviendo, así no.
—Vamos Kevin, todavía hay muchas chicas ahí afuera —Santiago quiso consolarlo, enseñándole el panorama que tenía delante.
—De verdad no puedo creer que hayan sido los primeros en ser eliminados —gruñó Meegwun muy decepcionado—. ¿Cómo diablos pudieron perder?
—Es que yo... —Kevin se agarró su camisa negra y muy molesto gritó—. ¡Quería ver sus te...!
—Querías —Andrea pateó a Kevin en la nuca, lo arrastró hasta golpear con el suelo de la plataforma—, has dicho.
—¿Qué les parece si en lugar de enojarnos los unos con los otros vemos a los demás?
—Ah, no queda de otra —suspiró Meegwun regresando su mirada a las pantallas—. Ahora solo les queda ganar por puntos. Gracias a Zeth y Marey llevamos dos, el escuadrón Quimera tiene otros dos mientras que los otros tres escuadrones siguen en ceros. Alonso esta contra el Lobo, Marla y Mike siguen buscando la salida del bosque y Marey y Zeth están bajo tierra. Esto se va a poner feo.
—Oye, Aya —Santiago se acercó a uno de los monitores. Se veía el área de cinco kilómetros que antes les habían mostrado, pero ahora tenía otro circulo azul que lo estaba rodeando y haciendo más chico—. ¿Qué es este círculo?
—Rayos —dijo la chica acercándose a Santiago—. Olvidé decírselos, durante las primeras tres horas el perímetro se ira haciendo más chico hasta quedar en un radio de cien metros, luego desaparecerá.
—¿Cómo olvidaste decirnos eso? —gritó Kevin desde el suelo—. Eso es algo muy importante.
—En las misiones así es —dijo Meegwun—. Hay datos importantes que desconocemos, cosas que no se nos dicen. Es trabajo nuestro averiguarlas y sobreponernos a la falta de información. Hay que ver entonces que pasara con ellos. Esto apenas está empezando.
Delante de Alonso estaba esa chica de una frondosa cabellera bicolor que le llegaba debajo de los hombros. Su cabello desde la raíz hasta la mitad de su pelo donde comenzaba a teñirse de un azul. Llevaba un traje completamente negro, como los uniformes de la ASC, que se remarcaba en sus caderas, en sus muslos tenían unas fundas para las navajas en forma de medialuna que en esos momentos sostenía en sus manos. Tapaba su rostro con una máscara de lobo blanca.
Alonso se transformó en bestia. Sin embargo, la chica aprovechó el tiempo en el que Alonso lo hacía para saltar al ataque. Dio un salto enorme para pasar por encima de Alonso. Atacó sus piernas con las navajas haciéndole caer, seguido clavó ambas en su espalda con brutalidad una y otra vez, finalmente lo empujó al suelo con una patada.
—Eres rápida —dijo el moreno con una sonrisa lobuna en su cara.
—Los de su clase creen que son los únicos fuertes por ser especiales —Le dijo la chica agitando sus armas para sacarles la sangre—. Les demostraré que un simple humano puede hacer las cosas igual o mejor que ustedes.
—¿Y qué esperas? —Alonso se levantó ya transformado, con un tamaño superior al de antes. La firmeza en la posición de la chica Lobo dejaba claro que no tenía miedo a Alonso, y eso le gustaba.
Alonso se lanzó contra ella, sabiendo que si la derrotaba tendría una ventaja sobre todos. Lanzó algunos zarpazos que ella esquivó con brincos hacia atrás. Era buena. Alonso se quedó quieto esperando a que ella hiciera un movimiento, pero era cautelosa, como si estuviera acostumbrada a tratar con animales como él. Un rayo verde pasó por un lado de Alonso, erizando su pelaje. La chica saltó a un lado evitando ser carbonizada por el ataque.
—Nicole —Alonso se transformó en lobo completamente y saltó a donde la pequeña y la tomó de un mordisco de la ropa y comenzó a correr.
—Esa mujer es mala —dijo la pequeña poniendo pucheros—. Me asustó mucho.
—¿Aun quieres seguir en esto? —pregunto el lobo.
—Sí, quiero hacer que la fea me las pague.
—¿Qué te va a pagar? —preguntó Alonso divertido.
—Te lastimó.
—No te preocupes pequeña, todo está b... —Alonso sintió que se estrelló contra algo. Una pared muy dura. Se fijó en Nicole que estaba sobándose el rostro, con muchas lágrimas saliendo de sus ojos—. Lo siento, lo siento. No sé qué pasó.
—Es una tonta pared —gritó la pequeña—. La chica roja dijo que iba a haber una pared que se cerraba.
—¿Cerrarse? —Alonso miró como la pared se iba acercando a una alta velocidad. Los tocó haciéndoles retroceder junto con ella—. No tengo tiempo para esto, vamos Nicole —Alonso subió a su espalda en un rápido movimiento y comenzó a correr a su derecha, tenía que encontrar a los demás. Necesitaba que Marla protegiera a Nicole y después se encargaría de la chica Lobo.
Marla y Mike seguían andando por el bosque, no tenían un rumbo fijo. Habían pasado por lo menos una hora de aquí hacia allá. Marla platicaba con Mike de muchas cosas diferentes, algunas ambos las entendían, pero en su gran mayoría era Mike quien no entendía muchas de las cosas que ella le contaba y tenían que describirle cada una, así se les fue gran parte del tiempo. No encontraron a nadie en su largo camino.
Editado: 09.05.2022