Agencia de Seguridad Civil: Encadenado

Capítulo 19: El rey blanco

Sobre el techo del salón de eventos la pelea no tuvo descanso. Ryanace se liberó de Mike tan pronto se dio cuenta que lo llevaba de la capa. Mike rodó por el duro techo de piedra del edificio. Se puso de pie en seguida con sus espadas en las manos. Volvió a correr en contra de Ryanace, blandió sus espadas listas para cortarlo, pero Ryanace lo detuvo con un simple movimiento.

Melvil apareció por detrás, cortó su espalda en un movimiento, cambió de lugar a un costado del rey y lanzó una estocada que atravesó la mitad del cuerpo de Ryanace. El pálido hombre apenas si reaccionó con unas muecas de dolor y un bramido de enojo.

Ryanace empujó de nueva cuenta a Mike, con su espada ahora libre atacó a Melvil, pero el anciano tuvo la agilidad necesaria para evadir el potente ataque que destruyó parte del techo. Ryanace se llevó una mano a la herida en su costado, hizo brillar su mano con el característico celeste que usaba cuando necesitaba curar una herida. En un instante sus heridas cerraron y pudo regresar a la acción. Se adelantó hasta Mike, giró en su lugar y con una patada envió a Mike hacia una pared. Su segundo objetivo fue Melvil que, a solo un par de metros del otro, recibió un poderoso golpe que lo envió dentro del edificio nuevamente.

Alonso lo atacó sorpresivamente. Saltó sobre el rey con sus garras por delante, las clavó en los hombros de este. Rodaron por el techo unos cuantos metros hasta detenerse cerca de una columna. Alonso arremetió con sus garras contra el pecho del rey, destruyendo su traje por completo. Ryanace se molestó tanto que clavó su espada en el costado del muchacho arrojándolo hacia un lado.

—Eres más débil que antes —Le dijo Ryanace volviéndose a poner de pie. Alonso gateó alejándose de él, con una mano sobre su herida que cerraba lentamente—. Si quieres tener un digno enfrentamiento contra mi necesitaras hacer eso que hiciste en el bosque de nuevo —Aunque Ryanace tratara, su voz ya no tenía aquel tono amigable y cortes que antes de su llegada lo caracterizaba.

—Si supiera hacerlo… —expresó el cansado Alonso. Le ardía el cuerpo, sentía un calor inmenso que lo dejaba sin energías y ni hablar de aquella presión sobre él que pronto lo hizo sentir que una de sus costillas se rompía—, créeme que ya te hubiera partido la cara.

—Eso no es nada educado de tu parte.

Ryanace actuó de verdugo para Alonso y dejó caer su espada desde sus espaldas, poniendo todas sus fuerzas en el ataque. Melvil apareció frente al chico, recibió el impacto del ataque con su espada. El golpe tuvo la fuerza suficiente para abrir grietas en el suelo alrededor de ellos y hacer que el techo cediera lentamente.

—¡Ahora! —gritó el anciano

Mike llegó desde la espalda de Melvil, se deslizó por un lado de él y con sus espadas cortó las pantorrillas de Ryanace, transformó sus espadas en un mazo de guerra y lo balanceódirecto al rostro de Ryanace. Sin embargo, el rey no se inmutó para nada, recibió el golpe de lleno, volteándole apenas el rostro. El brillo celeste de los poderes de Ryanace lo cubrió y en seguida todo ataque que hicieron en su contra desapareció. Le siguió un brillo rojo que lo hizo ponerse de pie y arremeter una vez más con su espada contra la de Melvil, esta vez el suelo no soporto el impacto y Alonso y Melvil cayeron hacia abajo.

—Creo que no es necesario destacar la culpa que tienes por todo esto —Ryanace se volteó hacia su único enemigo a la vista. Ese chico de cabellos oscuros y piel blanca que sostenía sus dos espadas frente a él, con esa mirada tornasol brillante que su único ojo transmitía.

—No es culpa mía —Mike se preparó para cualquier ataque.

—¿Estás seguro? —Ryanace dio un paso al muchacho obligándole a retroceder—. Tu eres el esclavo que desafió su posición, que se negó a su destino. Tu fuiste quien no pudo soportar vivir según lo establecido, te rebelaste, escapaste con tus amiguitos. ¿Acaso no fue por ti que Koch llegó a la ASC? ¿Acaso no es por ti que tus amigos vinieron hasta mi reino? ¿Acaso no es por ti que estamos aquí arriba? Es tu culpa Mike, por querer ser quien no te corresponde.

—No —Mike se lanzó al ataque sin pensar—. A mí no me corresponde ser lo que ustedes quieren —Estaba harto de tener que escuchar a los demás decir que es lo que Mike tenía que ser y que no. Koch siempre le recalcó su lugar como esclavo, todos a su alrededor le recordaban que siempre seria menos, y ahora Ryanace lo quería convencer de eso, pero no se dejaría—. Se los he dicho… No soy un esclavo, no soy hijo de Koch… Yo… —Un ágil movimiento le permitió evitar el contraataque de Ryanace y clavar ambas katanas en el cuerpo del rey—. Soy Mike. Agente de la ASC.

Mike clavó sus espadas profundos en el pecho del rey, puso todo su corazón en ese último ataque. No era un esclavo, él era Mike, una persona libre que lucharía por eso incluso hasta morir. Pero no estaba frente a cualquier hombre, inhumanamente Ryanace permaneció de pie frente al chico. Haciendo que aquella luz curativa combatiera contra las espadas de Mike.

—¿Y qué es la ASC para combatirme? —Ryanace empujó a Mike de una patada, hizo caer las espadas lejos del alcance del joven— La ASC no es más que un grupo peones en este mundo, esclavos al final de cuentas sin que ellos sepan. Con mi poder, y el de mi amo, hare que cualquier otro miembro del alto mando los controle y se vuelvan todos mis súbditos, pero a todo tu grupito—. Ryanace se lanzó sobre Mike, lo sujeto del cuello de su túnica y lo elevó por los cielos—. ¡Los matare ahora mismo!



#1580 en Ciencia ficción
#10634 en Otros
#1292 en Aventura

En el texto hay: drama, accion, aventura

Editado: 19.09.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.