La noche comenzó a sentirse helada mientras esperaban a que Melvil terminara de hacer una pasta con la flor. Marey encendió una fogata con lo que quedó del arbusto. Detrás de ellos se escuchaba el bullicio de los soldados de Ryanace tratando de atravesar la pared. Cerró sus ojos con fuerza, se sentía culpable de aquella situación, era la líder de todos ellos y en ningún momento pudo controlarlos ni cuidarlos.
—Listo, tráiganme a la niña —exclamó Melvil— Esto debería frenar el avance del veneno por un rato.
Alonso trató de levantarla con su boca, pero Santiago se acercó para ayudarle. Levantó a la pequeña delicadamente. La arrimó a Melvil siempre seguido de cerca por el moreno que no dejaba de preocuparse. El anciano tomó un poco de la pasta que había conseguido hacer con la flor y la puso en la boca de Nicole, obligó a que se la tragara. Alonso no apartó la mirada de la niña, esperaba una reacción milagrosa, pero fueron segundos de brutal inquietud. Santiago dejó a la pequeña cerca de la fogata y se dirigió a Marla para ayudarla a llevar a Mike.
Repitieron el mismo procedimiento con Mike. Lo obligaron a tragar y lo llevaron a la fogata. La risa de Lawrence había cesado al ver como conseguían algo. Zeth lo mantuvo en el suelo todo el tiempo, apretando sus brazos y piernas contra la espalda.
Paso un minuto en total silencio. Melvil se acomodó entre los dos jóvenes, observando su reacción ante el extracto de la planta.
—A-Alonso —Nicole abrió sus ojos azules primero. Se veía bastante agotada, con una mirada de sueño y pocas energías que le quedaban para moverse. El moreno se lanzó sobre ella.
—No debiste haber venido —Le gritó liberando toda su preocupación en un llanto—. Perdóname, Nicole.
—L-la herma… hermanita —Nicole pudo observar a Marla al lado suyo, sosteniendo con fuerza la mano de Mike—. Lo salvamos.
—Mike, Mike —Marla llamó desesperada al chico. Las miradas se centraron en ellos, Melvil en seguida se puso a su lado. Mike había dejado de respirar y no solo eso, ya no tenía pulso. La vida de Mike escapó en un largo suspiro.
—Oye, escorpioncito no puedes irte todavía —Melvil descubrió el pecho de Mike. Intentó ayudarlo dando presión en su pecho para hacerlo latir de nuevo.
—Mike, por favor no me hagas esto.
Ninguno era capaz de hacer algo, solo observar cómoMelvil presionaba desesperado una y otra vez. A Marla destruirse en todo sentido al pensar que habían llegado hasta ahí para rescatar a Mike y al final no tenerlo de vuelta. Santiago se dio la vuelta incapaz de seguir viendo. Marey por su parte se quedó paralizada, con una mano en la boca y Zeth muy furioso apretó más fuerte el agarre sobre Lawrence hasta hacerle gritar de dolor.
Melvil se dio por vencido, lo que hacía no tenía resultados, la cantidad de veneno en Mike era demasiada y actuó tan rápido que no quedaba mucho por hacer. Sin su sistema sanguíneo funcionando la flor nunca limpiaría su sistema. Marla se derrumbó literalmente sobre Mike, abrazándole con mucha frustración, ella debió defenderlo cuando tuvo la oportunidad. Marla debía ser quien estuviera en esa posición, Mike era mucho más valioso que ella.
Sintió la caricia de una pequeña mano sobre su cabeza. Al levantar la vista observó a la derrotada Nicole que tenía su semblante decaído. Marla se levantó y la abrazó, durante el viaje ella fue una gran amiga y le alegraba mucho que quisiera consolarla, aunque sentía que nada en ese momento lo haría.
—Hermanita —Le dijo la pequeña Nicole. Marla se separó un poco, una fresca nevada los tomó a todos por sorpresa. Nicole contenía sus lágrimas en sus ojos, tratando de ser fuerte—. No quiero que sigas enojada conmigo.
—¿De qué hablas? —preguntó la otra sin saber a qué se refería.
—Yo… te hice caer el otro día —respondió entre lágrimas la pequeña—. Y desde entonces… no eres feliz.
—Nicole, no es tu culpa —Marla volvió a abrazarla.
—Si lo es. Quiero que vuelvas a sonreírme siempre —Nicole puso sus manos sobre el pecho de Mike, entonces sus ojos comenzaron a brillar—. Quiero que me perdones.
Una fuerte descarga de parte de Nicole empujó a todos a su alrededor. El cuerpo de Mike se levantó del suelo. Una segunda descarga removió su cuerpo. Nicole estaba concentrada en el chico, no sabía bien que estaba haciendo, pero no quería dejarlo morir, si lo hacia su hermanita jamás la perdonaría. Dio otra descarga en el cuerpo de Mike.
—¿Qué haces, Nicole? —Alonso se acercó tanto como pudo. Rodeó a ambos para poder observarla directamente. Algo extraño sucedía con Nicole, sus ojos perdían el brillo particular que tenían cuando usaba sus poderes para volverse unos azules muy opacos, sin vida.
—Ayudo a la hermanita —El poder de Nicole se hizo visible alrededor de ella. La estática se veía chisporroteando en torno a ella, y una bruma verde azulada rodeó a la niña. Nicole cerró sus ojos y tras otra descarga, las lágrimas comenzaron a salir solas de sus ojos.
Una quinta descarga más potente regresó al moreno al suelo. Sobre el cielo se alzó una enorme figura en forma de hombre que dejó a todos boquiabiertos ante el poder que Nicole guardaba. En un parpadeo dicha figura se lanzó sobre Mike, adentrándose en su cuerpo.
Mike cayó al suelo de golpe, su corazón volvía a latir y su respiración se normalizó. Nadie podía creerlo, la pequeña había conseguido salvar la vida de Mike. Marla corrió hasta tener a Mike en sus brazos. El chico abrió sus ojos con pesadas y alcanzó a sonreír un poco, Marla le respondió con una sonrisa de alegría y un llanto de felicidad. Tapó su cara con su mano para que no la vieran llorar.
Editado: 19.09.2022