Los chicos de Andrea fueron escoltados por los rebeldes, mientras Damián se encargó de ir por la nave, atravesaron una oscura cueva de hielo que los llevó al corazón de una montaña. Un incandescente brillo los cegó, haciéndoles creer por un momento que estaban en medio de una trampa, pero al irse adaptando a la luz pudieron ver lo que se escondía en aquella montaña.
Como hecho a propósito, el interior de la montaña era hueco hasta la punta, la cual estaba hecha de una estructura de metal y cristal reforzado que dejaba entrar la luz del sol. Y por alguna especie de tecnología de camuflaje lograron hacer que se viera como la verdadera cima de una montaña por fuera. En el interior hacia algo más de calor, los rebeldes se quitaron los abrigos al acto. Los chicos creyeron que nada volvería a dejarlos impresionados después de visitar la isla de los Ludenks, pero el que haya hecho ese agujero hizo una proeza sin comparaciones.
Había cabañas en el interior, regadas por todos los alrededores. Un sistema de agua potable transportado por acueductos bien distribuidos, campos de cultivo que aprovechaban el agua que entraba de la nieve derretida después de las tormentas, las cuales pasaban por un rápido sistema de calefacción. Un campo de entrenamientos a solo unos metros, escuelas e incluso mercados. Tenían en su interior todo un sistema comercial.
—Les presento, El Refugio —Steve se acercó a los chicos desde un pequeño edificio en donde hablaba con un hombre mientras terminaba de llenar documentos—. Sean bienvenidos.
—¿Cómo es que este lugar es posible? —preguntó Marey regresando su atención al agujero en el techo—. ¿Cómo diablos arrancaron la punta de una montaña?
—Nuestras décadas escondiéndonos no fueron en vano—respondió el hombre pidiéndoles con la cabeza que lo acompañaran. Su caminata fue por el perímetro de todo El Refugio—. Están viendo tres generaciones de trabajo —comenzó a explicar—. Mi abuelo encontró este lugar cuando tenía treinta años, fue después de un ataque a los Altos en los que todo un pueblo fue arrasado, él era un radicalista al igual que mi padre —hizo una pausa deteniéndose para observar a las familias vivir felices—. Poco a poco logramos cambiar eso, la gente que ven aquí ya no pelea por puro odio, lo hacen porque tienen razones para hacerlo.
—¿Tu lo haces porque fue lo que te enseñaron? —Le preguntó Marey, cuanto más miraba ese lugar, más ganas tenia de quedarse a vivir ahí.
—No, a mí me enseñaron la cara horrible de ser rebelde, como aquellos a los que suelen detener —Steve siguió caminando en dirección a los campos de cultivo. Saludó a la gente en el camino—. Yo vi la desgracia que ese camino llevaba y el sufrimiento que los Altos causan, por eso tomé un camino más gris. Busco la libertad de todos, tratando de mantener sus vidas a salvo.
—¿Trataste de ayudar a la gente de Bogat? —preguntóZeth pensando en todas aquellas personas que perdieron su vida.
—Si, lo hice, como a muchos otros grupos rebeldes —Steve los guio a través de lo que parecían ser cultivos de trigo, más adelante había algunos de arroz y podía ver maíz por otro lado—. Pero no escucharon, prefirieron buscar libertad solos y se vieron superados por el Ejercito de la Paz. Lo puedes ver en las noticias, genocidio por todos lados contra personas inocente, que solo buscan libertad.
—Podemos evitar que más vidas inocentes de desperdicien —Zeth se adelantó al líder de los rebeldes—. Si nos ayudamos en esta misión, los Altos dejaran de existir.
—Lo sé, pero antes pongamos todas las cartas sobre la mesa.
El ruido metálico de un par de compuertas llamó la atención de los chicos, en la parte superior de la montaña, en su domo, se abrió la entrada para el aerodeslizador de la ASC. Descendieron al otro lado de los campos de cultivo. Avanzaron de nueva cuenta tras Steve, hacia donde Damiánhabía aterrizado.
Pasaron en medio de las cabañas, había familias enteras viviendo en las más grandes, mientras las más pequeñas eran para aquellos que estaban solos para aprovechar mejor el espacio. Las personas se veían tranquilas, teniendo vidas comunes. Comían con amigos, jugaban con los niños y hacían sus actividades domesticas como cualquier otra persona, pero había algo distinto en como hacían las cosas de todo el mundo en el exterior.
Se encontraron con Damián y los rebeldes que lo escoltaron en una amplia plataforma. Steve los llevó hasta el edificio principal de los rebeldes, donde las reuniones másimportantes se llevaban a cabo. Era una construcción de concreto, con puertas y ventanas con un sistema de seguridad de acero que tan pronto entraron se cerró toda vía de escape.
—No se preocupen —dijo Steve al ver como Marey se ponía tensa—. Es un sistema que manejamos, las decisiones que tomemos son importantes y todos debemos estar de acuerdo con ellas, nadie se va hasta que eso suceda.
—Chale ¿Y si ocupan ir al baño? —preguntó Santiago pensando en lo horrible que sería estar ahí dentro con todos, sin poder salir para nada.
—No te preocupes, todos los dias nos traen una cubeta —respondió Steve.
—¿Qué? —Santiago se detuvo en seco sorprendido y muy asqueado de imaginarlo.
—Es broma —respondió el sujeto con una sonrisa en su rostro.
—Espera —Kevin se arrodilló de pronto, sujetándose la cabeza—. ¿Eso significa que no podre buscar a chicas hermosas en su pueblo? ¡No!