Agencia de Seguridad Civil: Infiltración

Capítulo 12: Rencores

Kevin la seguía de cerca, tan pronto entró al complejo la vio, y jamás podría confundir la hermosa figura que tenía la mujer. Lástima que los únicos deseos que tenía Kevin hacia ella era matarla. Vengaría a sus padres y hermanos, a los niños que no pudo salvar y rescataría a los supervivientes, si es que había más de ellos. Se cegó por el coraje que ella causaba y la siguió, olvidó ocultar sus poderes y atravesó paredes, puertas y demás con tal de atraparla.

Cruzó un muro, esperando encontrarla de frente, pero la mujer fue más rápida de lo que el imaginó, subía por unas escaleras. Detestaba la impotencia que le causaba verla tan calmada, huyendo mientras él corría a toda velocidad para alcanzarla y cuando estaba por atraparla, ella ya estaba en otro lado del enorme complejo. Hizo que Sombra se levantara del suelo, la hizo estirar los brazos y sujetarse de los barandales de la escalera un piso arriba, tensando todo lo posible. Kevin salió volando, con más fuerza de la que quiso. Se pasó de largo, pero estiró su sombra para sujetarse y regresar. Recubriósu cuerpo con Sombra e impactó las escaleras destrozándolas por completo.

—¡Detente! —ordenó al verla andar por el corredor de diez metros de ancho. Lanzó su casco a un lado al sentir que le estorbaba

Kevin volvió a correr, estaba más cerca que nunca, esta vez la tenía y no la dejaría ir. Entrenó para ese momento y no iba a dejar pasar la oportunidad de enfrentarla. Se acercó a la mujer, ella no volteaba. Kevin se preparó para golpearla con todas sus fuerzas, sacando incluso la navaja de plasma de su traje, y ella seguía sin voltear.

—¡MALDITA!

Lanzó su golpe con toda la furia contenida por años. La mujer volteó, no portaba la máscara que solía ocultar su rostro, dejando ver sus hermosas facciones y la suave mirada que tenía. Kevin arremetió con más fuerza, esa inocente mirada no podía ser la de una asesina. El golpe de Kevin pasó de largo a la mujer, comenzó a sentir su cuerpo estático en el aire, a solo centímetros del rostro de ella.

—Hola, Kevin —Sanit sonrió y con mucho cariño lo besó—. ¿Me has extrañado?

—Hija de… —Kevin cerró la boca sin poder abrirla. Sanit negó con el dedo mientras chistaba.

—Lamento interrumpirte, pero necesito que nos saltemos toda la parte donde me expresas tu odio y dices que te vas a vengar —Sanit sujetó a Kevin por la barbilla. Le agradaba elchico, era diferente a todos los que había matado, tenía un brillo especial en sus ojos—. Tengo algo muy importante que hacer ahora, y su estúpido juego de los soldaditos solo me retrasa.

—¿Entonces escaparas? —dijo Kevin. Se sintió aliviado de poder hablar—. ¿Después de todo lo que me hiciste te iras,así como así?

—Lamento mucho no poder prestarte atención ahora, te prometo que nos volveremos a encontrar pronto, y será la última vez que lo hagamos.

—Maldita zorra —Sanit bofeteó a Kevin.

El moreno alzó la mirada a la mujer, viendo por un instante su rostro envejecido lleno de furia. El rencor que expresaba a través de su mirada era enorme. Sanit logrócalmarse tras segundos en los que su pecho se alzó al ritmo de su agitada respiración. La mujer suspiró, y la juventud volvió a su rostro.

—¿Por qué me odias? —Después de tantos años pensando en cómo averiguaría la verdad del odio de Sanit, Kevin sintió más incertidumbre que nunca—. Nunca te hice nada, ni siquiera sé quién eres.

—Tienes razón —Sanit se aclaró la garganta, aun sentía ese nudo que el coraje causa—. Tienes toda la razón, Kevin. Tu jamás en tu vida, hasta antes de que te conociera, me habías dado razones para torturarte. Pero no puedo decir lo mismo de tus antepasados. Veras, hace cientos de años, cuando yo aún era una mujer joven y bella —Sanit acarició su propia mejilla, recordando aquellas épocas de felicidad—. Encontréal amor de mi vida, juntos nos escapamos para iniciar una nueva vida. Éramos felices, pensábamos en tener hijos y estuvimos a punto de hacerlo cuando tus abuelos aparecieron.

» Ellos fueron despiadados con nosotros, querían nuestras tierras, las que conseguimos con todos nuestros esfuerzos —El coraje volvió a subir al rostro de la mujer, enrojeciendo sus mejillas y endureciendo la mirada—. Ellos mataron a mi esposo, mi amado esposo. ¿Se quedaron conformes con eso? Claro que no, siguieron conmigo, me violaron y me torturaron una infinidad de veces, deseé morir y que ellos murieran en cada instante que estuve con ellos y yo… —Una solitaria lagrima cayó por su mejilla. Sanit la atrapó en su mano, la apretó con fuerza y volteó a Kevin—. Fue entonces que me soltaron, se cansaron de mí y me dejaron a mi suerte. Nadie en ese entonces le extendía una mano a una viuda, menos en mis condiciones. Estuve sola por décadas, me volví una anciana que no tuvo el valor de acabar con su sufrimiento y desperdició toda su vida. Si estuvieras ahí solo escucharías «Mira, ahí va la viuda. La Viuda.»

»Fue hasta que conocí a mi amo que sentí como la esperanza me abrigaba y tenía una oportunidad más en la vida—Sanit se acercó a Kevin con sus ojos llenos de ilusión—.Aún recuerdo a mi amo acercarse a mí y entendiéndome su mano, jamás lo olvidare.

—¿Qué tengo que ver yo con todo esto? —preguntóKevin al sentir que no llegaba a nada—. Lo que ellos te hayan hecho, por más cruel que fuera, no me concierne.

—Claro que sí —Sanit tomó por los chinos a Kevin—,cuando intenté vengarme, ir por ellos nuevamente, ya habían muerto. Después de tantos años era normal que eso pasara, se fueron a la tumba sin remordimientos, sin pensar siquiera en lo que me habían hecho. No podía dejar las cosas así, ellos arruinaron mi vida, acabaron con mi familia incluso antes de que pudieran ver la luz del mundo —Sanit llevó una mano a su abdomen. Cada que recordaba a su pequeño le dolía y las lágrimas eran incontrolables, pero no podía desmoronarse frente a Kevin—. P-por eso yo… juré que acabaría con todos los de su casa, generación tras generación, dejando siempre a uno para que siguiera teniendo descendencia, y durante la ausencia de mi amo fue mi mayor entretenimiento el torturarlos, obligar a los que no querían, a reproducirse y así finalmente llegue hasta ti, el ultimo de ustedes.




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