Andrea estaba agotada, había pasado un día desde que Marey y Santiago desaparecieron. Zeth había ido y venido, y Mike iba despertando de su largo descanso. Aun no perdía las esperanzas de volver a verlos, pero si la paciencia. Estaba por ir ella misma de vuelta al complejo de subastas y buscarlos.
Mike se acercó temeroso, le habían conseguido ropa, una común que consistía en un pantalón de mezclilla negro y una camisa a cuados roja, que tenía arremangada a la mitad del antebrazo y sobre ella un suéter negro. Antes de uniformarlo Andrea pensó en enseñarle lo que es ser una persona normal.
—Te ves bien —dijo la chica creando una pequeña sonrisa en Mike—. Espero que te sientas más cómodo de esa manera.
—Y-yo... La verdad... Si —asintió Mike con la cabeza al tiempo que desviaba la mirada de Andrea.
—Oye —Andrea le sujetó la mano—. Todo está bien, puedes hablar conmigo con confianza.
—Andrea —Zeth volvió, su mirada se notaba más tranquila. Aunque el dijera que no necesitaba descansar, su cuerpo insistió en quedarse en cama un largo rato—. Estoy listo para dar una expedición más.
—Perfecto, lleva a Mike contigo— Mike se intimido casi al instante, pero Zeth tuvo una idea maquiavélica—, pero nada de hacer locuras, deja que se adapte a su nueva vida.
—Está bien —respondió Zeth decepcionado. Volteó la cabeza a las afueras del campamento. Sintió alivio al ver dos figuras acercarse a paso lento.
Los faroles del campamento no lograban iluminar por completo a quienes caminaban, pero Andrea los reconoció, eran Santiago y Marey. Se lanzó a toda velocidad hacia ellos. Los abrazó con fuerza mientras soltaba un llanto desconsolado. Los dos chicos se miraron unos segundos, sorprendidos por la reacción de Andrea.
—¡Estaba muy preocupada! —los golpeó en el pecho para luego abrazarlos con fuerza—. Pensé que los había perdido.
—Lo sentimos, nos perdimos un poco —Santiago se le quedó viendo a Marey, sin decir nada para no exponer su error.
—Me alegra que estén bien —Andrea recompuso la postura.
—Sí, de hecho, tenemos buenas noticias —dijo Marey—. En el bosque nos encontramos con un chico, más o menos de nuestra edad y nos llevó a su pueblo en mitad del bosque.
—¿Se encontraron a una de las tribus guardianes? —preguntó Zeth sorprendido, dejando a Mike con duda.
—Verás—intervino Andrea llamando la atención de todos— En el continente central se encuentra un bosque que cubre gran parte del territorio, por lo que las ciudades se han visto en la necesidad de construir alrededor de él, manteniendo un margen. Dentro hay bestias feroces y quien sabe que otras cosas, desde hace muchos años existen tribus dentro de este bosque que las mantienen en raya, nadie sabe realmente como lo hacen, pero ellos nos protegen.
—Vaya, protegen a los que protegen —dijo Santiagoviendo lo irónico que era para la ASC.
—Algo así —rio Andrea pensando en su argumento.
—Sí, fueron ellos quienes nos sacaron del bosque. Pero algo que llamó mi atención es lo que dijo uno de ellos. Mencionó a unos ¿Cambiantes? Pensé que tal vez te interesaría, eso y que el chico que nos ayudó... No sé si tenga poderes, pero podría ayudarnos.
—Podemos ir y averiguarlo —Andrea pensó un segundo,antes de tomar una decisión—. Creo que lo haremos, démosles una visita, puede que algo interesante salga de ahí. Por ahora vayan a descansar, partiremos mañana temprano al bosque.
Todos estuvieron de acuerdo con eso y fueron a descansar. El campamento, ubicado cerca del aeropuerto, tenía erguidas un par de tiendas extra para ellos. Los chicos compartían una y Marey tenía la otra para ella sola. Durmieron toda la noche como si no lo hubieran hecho jamás. Al día siguiente Andrea los esperaba junto al todo terreno, se veía motivada.
Tomaron camino después de un rato en el que los chicos espabilaron. Zeth iba conduciendo por donde Santiago le indicaba, insistiendo en hacerlo en lugar de Marey. Llegaron a la entrada del bosque en unos minutos. La entrada era por lo menos peculiar. Un gran arco de troncos con un cartel de advertencia y algunas indicaciones a seguir.
—¿Es... por... aquí? —preguntó Mike en voz baja. Apenas si Santiago pudo escucharlo.
—Si —el robusto se acarició la barba unos segundos antes de entrar—. Solo debemos seguir el camino amarillo.
—Entonces vamos, Dorothy— Andrea se adelantó y entró en el bosque.
Caminaron por el sendero serpenteante que llevaba hasta lacolina. Se sorprendieron por lo bello que se veía el bosque, ni siquiera una película o imagen podría representar tan bien su belleza. En medio del camino algo llamó la atención de Zeth.
—Gusano —volteó, ahí estaba Thul, con los brazos cruzados y su expresión de odio. Estiró su dedo señalando al lado del sendero. Una pareja se estaba abrazando, ella lloraba desconsolada y el trataba de contener su sufrimiento.
Zeth salió del camino y se acercó, atrayendo la atención de los chicos. El no-muerto se detuvo a entre unos árboles, sintió el suelo pegajoso y vio al suelo, la sangre manchaba un gran trozo de tierra. Los dos fantasmas voltearon y con sorpresa vieron a Marey y Santiago.
—¿Qué pasa, Zeth? —Se acercó Andrea, miró la sangre en el suelo y se asustó.
Editado: 23.05.2022