Santiago y Marey estaban junto a la entrada trasera del hospital, en un espacio lleno de mesas y bancas bajo un blanco porche. Miraron pensativos la sombrilla que los cubría en la mesa donde se habían acostado esa noche tan brillante. Llevaban horas esperando a que Andrea volviera, ya era de madrugada y ni señales de ella.
—Marey —dijo Santiago de repente, luchando por mantenerse despierto—, ¿Te imaginas como sería el mundo si la vida fuera real?
—¿Qué? —Marey no aguantó la risa y dejó que las carcajadas salieran. Llamó la atención de todos a su alrededorsin querer.
—Digo... Me refiero a que... ah —Santiago se acostó nuevamente en la mesa—. Recordé cuando nos perdimos en el bosque.
—Quisiera bloquear ese recuerdo de mi mente, gracias —respondió Marey con disgusto—. Sabes hay algo que sigo sin entender de ese día.
—¿Si el hoyo se hace antes o después de ir al baño?
—¡NO! —gritó ella con pena—. ¡Es antes!
—¿Por qué no puedes pedirles direcciones a los animales? Creo que eso ya lo habíamos platicado.
—¿Me dejas terminar por favor? —pidió la chica con seriedad—. Lo que aun no entiendo es ¿Quién nos atacó? El sujeto apareció de la nada y desapareció.
—Tal vez se asustó —dijo Santiago sin darle importancia al asunto— Vio tus poderes y decidió huir.
—¡Chicos! —gritó Andrea anunciando su llegada—. Vengan a saludar.
Marey y Santiago saltaron de la mesa, pues Andrea venia gritando por el jardín del hospital. Algunas miradas curiosas se asomaron a la chica. Zeth y Mike llegaron poco después, habiendo escuchado el alboroto de Andrea. Con ella venia Kevin. El moreno llevaba al hombro una rama de árbol con una pañoleta de cuadros roja atada a la punta. Los miró a todos con una gran sonrisa, en especial a Marey y Santiago, quienes mostraron cierto desagrado hacia él haciendo que el ambiente se sintiera tenso.
—Bueno, Kevin —inicio Andrea—. Ya conoces a Santiago y Marey. Ellos son Zeth…
—Mucho gusto —Zeth le extendió la mano con una macabra sonrisa.
—El gusto es todo tuyo —respondió Kevin al saludo con un agarre poderoso. Zeth hizo lo mismo, usó toda su fuerza hasta que escuchó un par de huesos crujir y su mirada cambio—. Vaya tienes un buen agarre, pero no mejor que el mío.
—Gracias, tú no lo haces tan mal —Zeth jaló de su brazo, queriendo recuperarlo, pero Kevin no se lo devolvió. El no-muerto jaló con tanta fuerza que terminó cayendo sin él. Kevin tenía cara de fascinación— ¿Puedes devolvérmelo? —dijo Zeth volviendo a levantarse.
—Claro —Kevin le extendió su brazo para ayudarlo a levantase. Miró a Mike asustado en una esquina, su mente se llenó al instante de tantas posibilidades para jugarle bromas que no pudo organizarlas—. ¿Quién es este? —asechó a Mike como un lobo a un pequeño cordero.
—Yo... —La mirada de Kevin aterraba a Mike, no lo dejaba ni hablar—. soy... Soy...
—Él es Mike —interrumpió Andrea colocándose en medio de los dos—. Espero te sientas cómodo entre nosotros, Kevin.
—Me agrada el grupo, en especial el gordito —señaló a Santiago—, pero siento que le falta... No lo sé... más encanto femenino.
—¿A quién le dices gordo? Tu... negro —replicó Santiago de forma retadora.
—Lo dijiste —El moreno le apuntó con su dedo—. dijiste la palabra con N.
—Y lo volvería a hacer —Una sonrisa se dibujó en el rostro de Santiago.
—Vaya, te gusta jugar con la muerte —dijo Kevin esbozando una sonrisa también—. eso me agrada —Marey lo veía con rencor—. ¿Pasa algo? Oh vamos ¿Sigues molesta por esa pequeña broma? —insistió el moreno—. Sin rencores —Le extendió la mano.
—Espero te tomes más en serio esto —dijo la chica buscando la mano de Kevin, pero el moreno no dejó que lo agarrara. Marey atravesaba su brazo cada que intentaba agarrarlo, desesperándose con cada intento. Su temperatura corporal subió mucho, cosa que no pasó desapercibida—. Eres un hijo de...
—Ya, ya, era solo una bromita más, para romper el hielo —levantó los brazos en señal de rendición y volvió a extender la mano—. ¿Amigos?
—Compañeros —Marey trató otra vez de agarrarlo, pero Kevin lo evitó, explotando en carcajadas frente a ella.
Santiago agarró a Andrea de los hombros y la jaló con delicadeza lejos de las mesas. Marey tomó un color anaranjado, el calor subió al igual que la sangre en su rostro. Kevin la observó con una gran sonrisa, esperando a que hiciera algo. La chica respiró hondo y de un segundo a otro todo ese calor se apaciguo. Andrea levantó la mirada sorprendida, pero la calma se rompió cuando Marey causó una enorme explosión.
Tras el enorme levantamiento de humo y fuego la gente salió a observar que aconteció, los médicos corrieron desde adentro del hospital, listos para atender cualquier emergencia. Sin embargo, se encontraron con un Kevin tirado en el piso riendo como loco mientras una casi desnuda Marey apretaba los puños avergonzada.
—Yo... —rio Kevin sin parar—. Literalmente te hice explotar —El moreno se rio con tanta fuerza que en cualquier momento le comenzaría a doler el estómago.
—Kevin ya basta —advirtió Andrea. Marey dejó un desastre. Un cráter en el cual ella estaba hundida, las mesas y la entrada estaban totalmente destruidas, eso sin contar que los cristales más cercanos explotaron junto a ella.
Editado: 23.05.2022