Agencia de Seguridad Civil: Los Reclutados

Capítulo 23: Thomas


—¿Siempre son así? —preguntó Alonso mientras se recostaba en un árbol. Andrea estaba a su lado con un libro entre sus manos. Los dos esperaban ansiosos el momento para volver a platicar con Marla. Lo del día anterior no fue más que un fallo en los planes de Andrea.

—No exactamente —comenzó a decir dejando el libro a un lado—. Nunca hay alguien a su lado. Por lo menos alguien que los retenga a voluntad.

—Pensé que a Santiago lo detuvo Leah —dijo Alonso. Vio a Mike acercarse mientras cargaba una bolsa de plástico de dónde sacó unas sodas y una bolsa de frituras.

—Al Gordis puedes retenerlo con cualquier cosa mientras sea comida —se burló Kevin. Le arrebató una soda a Mike y la bebió hasta el fondo.

—No —negó la chica—. Si por Leah fuera lo hubiera dejado ir en cuanto se lo ofrecí. Santi prefirió quedarse con ella, la amaba ¿Qué puedo decir?

—¿E-entonces… qué… haremos? —preguntó Mike comiendo a lentas bocanadas sus frituras, disfrutando su sabor.

—¿Qué les parece la idea de accidentar a Thomas? Así Marla no tendría por qué quedarse —propuso Kevin.

—¿E-eso no… está mal? —Mike siguió con otra fritura, le encantaban.

—Que va, es lo más común del mundo —respondió Kevin con malicia—. Es más, deja te enseño.

—Kevin, deja de molestar a Mike —Andrea se abalanzó sobre las frituras de Mike y comenzó a devorarlas—. Por ahora diviértanse, vayan por ahí y reconozcan el lugar. Yo iré al avión e investigaré un poco más de ella.

Los chicos la vieron emocionados. Alonso se veía tentado por explorar la ciudad. Nunca había salido de la aldea en la montaña por lo cual sería fascinante mirar cómo era el mundo de las personas normales. Por otro lado, Mike, se quedó en shock. Era la primera vez que iba en busca de alguien y era libre para hacer lo que quisiera, ir a visitar lugares, comer donde le gustaray aprender cosas. Nunca pensó en tener semejante oportunidad en su vida, por lo cual no la desaprovecharía. A Kevin le agradaba la idea de ir y observar a las chicas de la ciudad.

Mike se fue lo antes posible por uno de los senderos del parque hacía la gran salida de ladrillo y rejas oscuras, que Alonso se quedó acostado en el parque un rato más. Mirando a la gente pasear, a las familias que iban de paseo, a las parejas de jóvenes que se les veía enamoradas jugando entre ellos. Kevin caminó por los alrededores, buscando un buen objetivo que mirar.

Mike no pudo esperar para hacer algo, comprar lo que quisiera «¿Tenía dinero?» Fue lo primero que se cuestionó al darse cuenta de que se encontraba a la deriva en una ciudad frente a tantos puestos de comida y otras cosas con las cuales nunca soñó. Rebuscó entre sus bolsillos y se encontró con la sorpresa de tener una tarjeta de crédito. Esa que usó para pagar lo que había llevado a los chicos. Se armó de valor para entrar a la primera tienda.

Era una sensación magnifica la que sentía. Nunca estuvo tan feliz o emocionado, menos mal que no estaban los otros o lo vería como un bicho raro. Pasó parte de la mañana de ese día dando vueltas por el centro de la ciudad. Se encontró con muchas cosas interesante, las quería todas, pero sabía que no podía comprarlas sin que se enojaran con él por malgastar el dinero. Compró algunos libros para leer en su tiempo libre, desde historia hasta comics y mangas, los quería todos. Terminó con las piernas adoloridas, se sentó en la primera banca que encontró.

Se mantuvo con la mirada en la gente, con un pensamiento en su mente. Era increíble tener habilidades, pero tenía ocasiones donde deseaba ser como ellos. Aunque tal vez jamás lo hubieran ido a buscar.

—¿Está ocupado? —La voz de una chica lo despertó de su letargo.

Reconoció a Marla de inmediato por las fotos, Llegó a pensar que era una chica bonita. Negó con la cabeza dejando un poco más de espacio entre los dos. Ella llevaba consigo un par de bolsas. Mike miró la forma de vestir de la chica, una falda negra con una blusa azul junto a una chaqueta y unos botines. Su mirada era pesada, parecía no haber dormido bien durante toda la noche, lo que preocupó a Mike.

Guardaron silencio un par de minutos, convirtiendo su ambiente en una incomodidad que Mike tendría que enfrentar de alguna manera a menos que quisiera que la chica saliera corriendo como las demás personas que se acercaron a él antes que ella llegara. De la bolsa que llevaba consigo agarró unos libros y los convirtió en un par de sodas sin sacarlas, para que nadie lo viera. Le ofreció una a Marla y ella aceptó con una gran sonrisa.

—Gracias —dijo antes de darle un pequeño sorbo a la bebida.

—De... nada —respondió Mike con nervios. «¿Ahora qué?» No recordaba haber sostenido una plática normal con nadie—. Yo... —quiso presentarse como es debido, mas no podía. Tenía los nervios de punta—. Mi nombre es... Mike.

—Hola... Yo soy... Marla —Ella también sintió los nervios de estar con un desconocido. Ese muchacho tenía algo que la hizo querer analizarlo todo el tiempo. Apostaba que, si Thomas la hubiera visto, estaría enfurecido; imaginárselo la hizo sonreír—. Tu... vienes con los otros agentes que vi en mi trabajo anoche ¿verdad?

—¿Qué? ¿Cómo sabes eso? —exclamó Mike aterrorizado «¿Era psíquica o algo por el estilo? Debió leer el informe de ella.»

—Por la insignia en tu brazo —Marla no paraba de reír como tonta por las reacciones de Mike, le parecieron tiernas—. Tu amigo la tenía también en su brazo. Supongo que es la de la agencia.



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En el texto hay: accion, aventura, poderes

Editado: 23.05.2022

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