Pasó un rato antes que Marla pudiera salir de su hogar. Andrea y Alonso esperaron en el corredor fuera del departamento. La chica de cabellos ondulados salió de su casa con un par de maletas, Andrea sonrió al verla lista para iniciar el viaje de su vida. Alonso le ayudó a cargarlas, caminaron por las calles de la fría ciudad, contemplando las montañas nevadas que los rodeaban, las pintorescas calles empedradas y la gente andar.
A medio camino se encontraron con Kevin, el chico corría por las calles de la ciudad, persiguiendo a un par de chicas con una cámara fotográfica que antes no tenía. Andrea dio la zancada más larga de su vida, y con una bofetada dejó a Kevin fuera de juego. Mike venía detrás del moreno, se detuvo al lado de Alonso a recuperar el aire.
—Hola... —dijo Marla llamando la atención de Mike. Ambos se sonrieron, Mike contento de saber que había tenido éxito en su primer trabajo. Marla contenta de saber que podría conocerlo más, y a los otros también.
—¿Qué crees que estabas haciendo Kevin? —dijo Andrea al ver los videos de la cámara del moreno. Uno a uno los fue borrando, no sin antes ver de qué se trataban.
—Espera, Andrea ¿Qué haces? —Kevin se levantó con la mano marcada en su mejilla.
—Estoy borrando tus fotos mal tomadas —El moreno en seguida puso cara de terror—. ¿De dónde sacaste esta cámara?
—¡¿Qué?! —gritó asustado a mas no poder—. Mis preciosas —Andrea arrojó la cámara al aire y él la atrapó, se arrodillo y buscó desesperado todas sus fotos—. Eres un monstruo ¡Un monstruo!
—No seas dramático —Andrea regresó con Marla, curiosa por su mirada estática en Mike, algo que no había hecho con Alonso—. Ni siquiera sabes tomar las fotos.
—Maldita —Kevin se levantó furioso—. Solo para que lo sepas yo robé esta cámara, es injusto que le den una tarjeta de crédito al ojos rasgados y a mí no.
—Oye... —Se quejó Mike, pero prefirió quedarse callado al ver a Kevin.
—Algún día tomaré una foto de la que te sorprenderás.
—El día que lo hagas dejaré que me fotografíes a mí —respondió la chica guiñándole un ojo.
—¿De verdad? —dudó Kevin, se le veía la sorpresa en el rostro.
—Sí, solo si logras sorprenderme.
—Lo haré entonces —Kevin levantó su cámara apuntando al cielo y su mirada al suelo.
—Esperaré ese día con ansias —agarró a Marla del hombro, haciéndole voltear—. Ven y saluda a nuestra nueva compañera. Marla.
—Hola —alzó la mano con una gran sonrisa—. Soy Kevin, el más guapo del grupo.
—No la perviertas Kevin —rio Alonso—, suficiente tenemos contigo.
—Solo un poco por favor.
—¿Qué? —reaccionó Marla asustada por la solicitud de Kevin.
—Ni un poco Kevin. Vayamos con los demás, deben estar aburridos de esperar tanto. Vamos, Marla, tienes que conocer a los otros.
La primera impresión de Marla no tuvo palabras. Santiago y Zeth jugaban voleibol con la cabeza del no-muerto. Por alguna extraña razón lo hacían usando a Marey y Nicole, que dibujaban el paisaje en el suelo, como su red. Su primera reacción fue de terror al ver el cuerpo de Zeth moverse de un lado para el otro sin cabeza. O tal vez su impacto fue al verlo ponérsela otra vez cuando se dieron cuenta de su llegada.
—Veo que estaban aburridos —bromeó Andrea.
—¿Quieres jugar? —preguntó Santiago.
—No gracias. Chicos, les presento a Marla —dijo señalándola—. Ella aceptó unirse a nosotros.
—Un gusto —respondió la chica—, espero poder llevarme bien con todos.
—Espero puedan conocerse un poco más de aquí en adelante —interrumpió Andrea—. Síganme por favor, hay algo que quiero platicar con ustedes.
Andrea los llevó a la pequeña pista de aterrizaje, cerca de donde su avión estaba siendo preparado para el despegue. Los hombres de la ASC subían el equipo y el poco equipaje de los chicos, echaban combustible al avión y se aseguraban de que todo estuviera en orden. Un hombre se acercó hasta ellos y tomó las cosas de Marla sin decir nada. Andrea se detuvo, miró el avión y sintió como el viento revolvía su cabello. Estaba lista para continuar con su nueva vida.
—Chicos —volteó a verlos a todos, puso los puños en sus caderas. Se mostraba enérgica y alegre, y eso se transmitía a sus chicos—. Escúchenme con atención por favor. Esta es la última oportunidad, si hay alguna duda en ustedes para continuar en este viaje y quieren regresar a sus hogares díganlo ahora —nadie dijo nada—. ¿Santiago?
—No hay nada porque volver así que meh —respondió el robusto encogiéndose de hombros.
—¿Marey?
—No creo que nadie me quiera de vuelta, yo me quedo —contestó la chica con algo de tristeza.
—¿Zeth?
—No tengo a donde volver, así que hagámoslo.
—¿Mike? —preguntó con ternura,
—No —respondió asustado.
—¿Alonso? ¿Nicole?
—Nicole y yo queremos quedarnos con ustedes por el momento —Alonso sostuvo a Nicole por los hombros mientras la miraban con una sonrisa de alegría.
Editado: 23.05.2022