Agencia de Seguridad Civil: Unidos

Capítulo 14: Desaparecido

Los chicos llegaron a la oficina de Andrea después de su descanso, vestidos con lo único que pudieron conseguir, uniformes de la ASC. Ella seguía sin aparecer, esperaban que estuviera con Alonso. Por su parte, Gabriel parecía haberse adueñado de la oficina de Andrea, se encontraba solo en la oficina, aquellos agentes administrativos desaparecieron, dejando al jefe frente a la mesa holográfica. El sujeto observaba con atención la ciudad, específicamente donde confinaron al dragón.

Tan pronto Gabriel despertó de su cirugía se encargó de ese asunto, haciendo que transportaran los campos de fuerza que usaban en el bosque para jugar Lobo, lobo, y los instalaran alrededor del dragón como una barrera de contención en caso de que despertara, cosa que estaban tratando de evitar al sedarlo con cantidades industriales de tranquilizantes, que al menos hasta ese momento habían funcionado.

Marey fue la primera en posicionarse enfrente de su jefe. Era aterrador lo enorme que se volvió con esa armadura por todo su cuerpo. Marey se llegó a preguntar si fue necesario tanto equipo para hacerlo caminar. «¿No se suponía que solo era paralitico de las piernas hacia abajo? ¿Sería posible ser paralitico solo de las piernas para arriba?» Lo descartó en seguida sin antes sacarse una risa al imaginar a alguien así.

—Es increíble ¿No? —Les preguntó a ellos por primera vez, sin que nadie tuviera que interrumpirlo—. Acérquense.

Los chicos obedecieron, rodeando la mesa holográfica y observando lo mismo que Gabriel. El gran dragón derrumbado en medio de la ciudad, después de haber dañado muchos edificios y acabar con la vida de cientos de personas.

—En estos momentos están realizando excavaciones debajo de él —comenzó a explicar—, pasaran unas correas especiales para poder levantarlo y trasladarlo a una zona remota, donde no lastime a nadie y se experimentará con él.

—Es un alivio saber eso —respondió Marey tras analizar rápido el plan—. Señor, sé que es increíble el dragón, pero necesitamos encontrar a Alonso y Andrea. Han pasado muchas horas y no han regresado.

—Lo sé, hay mucho por lo que preocuparse —Gabriel alzó la mirada, vio a cada uno de los chicos a los ojos—. Aceptaré tu solicitud de enviar a un grupo de búsqueda y rescate a revisar la zona —El mapa cambio de imagen a la del bosque, donde se podían observar las anomalías que Alonso había ido a investigar—. Alonso debe estar cerca de esta zona.

—Yo lideraré la búsqueda —insistió Marey. Debía encontrar a Andrea, le preocupaba que algo pudiera haberle pasado, incluso Alonso estaba en peligro. Después de tanto tiempo esperándolos, uno de ellos desapareció nada más llegar.

—Lo siento, pero tengo otra misión mucho más importante para ustedes —Gabriel se recargó en la mesa. La imagen volvió a cambiar, podían ver ahora una cabaña en medio de un prado—. El Alto Mando de Oeste se ha interesado en la presencia del dragón en la ciudad y quiere venir a verlo. Ustedes irán a buscarlo a La Cabaña. Necesitará que lo escolten y lo protejan durante su estadía en ciudad Solé.

—¿Un Alto? —preguntó Mike con un poco de miedo. Volvería a toparse con uno de ellos, igual o peor que su propio padre.

—Así es, será solamente durante un día —explicó Gabriel—. Vendrá, inspeccionará la zona, dará un anuncio especial relacionado a ustedes y entonces volverá a su continente. Las posibilidades de que su visita sea un desastre son pocas.

—Con todo respeto, jefe —Marey se acercó a Gabriel. No podía pensar en otra cosa que no fueran sus amigos—. De verdad es importante que me deje ir a buscar a Alonso y Andrea.

—¿Acaso no entiendes la importancia de esta misión? —preguntó Gabriel apagando la mesa holográfica.

—Lo entiendo, quiere que escoltemos a un Alto, una de las personas más poderosas del mundo —respondió ella, confrontándolo sin titubear—, pero no puedo hacerlo cuando no solo uno, sino dos personas de mi equipo están perdidas en el bosque tras el ataque a nuestra mansión por sabrá Dios quien. Pueden estar heridos o aún peor, muertos.

—Marey, estas entendiendo que esto es un desacato a mis órdenes ¿Verdad? —preguntó Gabriel molesto por la reacción tan explosiva de la chica.

—Si señor, y estoy dispuesta a pagar por mi insubordinación —Los chicos permanecían atentos, asombrados por la determinación de su líder—, pero hasta que encuentre a los miembros de mi equipo, estén vivos o muertos.

—Bien —Se resignó el del exoesqueleto—. El equipo te estará esperando en la plataforma de despegue.

—Gracias señor.

—Jefe, yo iré con Marey —dijo Santiago levantando la mano. Gabriel lo miró con furia también.

—Me parece bien, Santi —agregó Kevin al lado de su amigo—. No creo que esa buena idea que Marey vaya sola. Ya saben, por eso de que no puede encontrar los dedos de tus manos cuando te rascas la cabeza.

—¡Solo me pasó una vez! ¡Una vez Kevin! —El moreno sonrió triunfal mientras la morena lo amenazaba con su dedo.

—Está bien, pero no crean que me olvidaré de esto —dijo Gabriel regresando a su seria actitud—. Entonces ustedes cuatro —señaló a los demás—. Se trasladarán al aeropuerto donde los está esperando un aerodeslizador con todas las comodidades que el Alto desea. Ahí se encontrarán con el escuadrón Quimera, los ayudarán en esa misión.




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