Kevin los hizo caer un par de pisos debajo, en un pasillo afuera de algunas oficinas, Ritchie golpeó con fuerza el suelo y Mike y Marla terminaron de rodillas. El chico león volvió a su forma de humano con su traje en un buen estado, hecho especialmente para él. Parecía desorientado, volteó a todos lados como si buscara algo. Una alarma sonó y las luces de emergencia lo teñían todo de rojo por segundos. Los agentes comenzaron una rápida evacuación.
—¿Qué haremos ahora? —dijo Marla encogiéndose, atemorizada de enfrentar a sus amigos—. No podemos pelear con ellos.
—¿Por qué no? —preguntó Kevin con una sonrisa burlesca—. ¿Te duele tu estomago?
—No, no es por eso —respondió la otra.
—¿Entonces? ¡¿Estas embarazada?!
—¡NO! —gritó la de cabello ondulados sonrojada. Ardiendo en su rostro—. ¡Son nuestros amigos! ¿De verdad vamos a pelear contra ellos?
—Esos no son nuestros amigos Marla —dijo Mike con seriedad—. Son copias de ellos.
—En realidad —Kevin sacó de su bolsillo un puntero que extendió y mientras acomodaba sus gafas imaginarias carraspeaba su garganta—. Debido a que una copia es una «Reproducción exacta» de algo, en este caso mi hermoso cuerpo, yo descartaría esa palabra debido a que yo ¡JAMAS LE DIRIA JEFE A MIKE! Mi teoría apunta a que son una unión de babosas intergalácticas que tomaron un poco de nuestro ADN chupándonos la sangre, con desenlaces sexuales, de nuestros cuerpos inconscientes a lo largo de nuestras múltiples misiones por el mundo.
—No estoy para sus tontas bromas —dijo Ritchie dirigiéndose a las escaleras—. Tenemos que rescatar a Laura y los demás.
—No creo que sea buena idea ir tan de lleno —Le dijo Marla queriendo detenerlo—. Necesitamos un plan.
—Yo tengo un plan, matarlos —respondió Ritchie abriendo la puerta que daba a las escaleras de emergencias de una patada.
—Oye misifus —Le detuvo Kevin—. Deberíamos quedarnos juntos, aún no sabemos de qué son capaces. Además, ya te lavaron el coco una vez.
—No me importa, mataré a esos impostores.
—¿Y si en realidad vienen de otra dimensión? —intervino Mike saliendo de sus pensamientos—. Si lo que pasó con Marey y los demás es en realidad un portal dimensional que los está llevando a algún mundo alternativo don… de… Solo decía… —Mike se sintió apenado por las miradas constantes de los chicos.
—No importa de donde vengan —Ritchie se dio la vuelta. Kevin lo dejó bastantes pisos abajo en su intento de escape, ahora debía buscar la manera de subir sin que se dieran cuenta—. Laura está en peligro, al igual que sus amigos. Si de verdad los quieren rescatar síganme.
—Espera Ritchie —Marla trató de detenerlo, pero el sujeto la ignoró e inició el ascenso por las escaleras—. Maldición ¿Qué todos los Animas que se convierten en animales son tan impulsivos?
—Cuando se trata de defender a su manada sí —Le respondió Mike—. ¿Qué hacemos ahora?
—Deberíamos esperar a que los demás regresen —sugirió Marla.
—No sabemos cuánto tiempo tardara eso —Mike se sujetó la cabeza con dolor—. Además, nos metieron en un gran problema —No quería ni imaginar lo que los Altos harían ahora que lo vieron a él que no era él, asesinar a uno de los suyos—. Debemos hacer que den una explicación.
—Para eso tendremos que pelear —Kevin hizo que su sombra se presentara con un saludo militar—. Debemos evitar que Ritchie haga una tontería, debemos capturar a su Mike y a Gabriel para que expliquen lo que pasé, rezar para que la gente crea esta historia fantasiosa y por favor, darle la paliza de su vida a mi yo de la otra dimensión para que aprenda a no ser un Mike.
—¿Ese es el plan? —preguntó Marla pasando la mirada de Kevin a Mike y viceversa.
—Es lo mejor que tenemos por ahora —respondió Mike encogiéndose de hombros—. Podremos pensar en algo mejor conforme a la marcha.
—Oh, yo tengo un buen plan —Kevin comenzó a reír como desquiciado junto a su sombra, cosa que preocupó a Marla más que relajarla.
Alonso entendió el mal humor de la gente que estaba encerrada en aquel mundo, para lo único que salían de sus celdas era para comer, pelear y sobre todo aumentar el ego de Gabriel, cosa que ya estaba por los cielos, pero solo tenía que esperar un poco más. Sus amigos eran expertos en meterse en situaciones problemáticas. Ni siquiera necesitaba preocuparse por Andrea, que estaba en manos de Gabriel, solo debía relajarse y actuar en su momento.
Los llevaron de nuevo a la explanada donde Gabriel se presentaba, los formaron como en la última ocasión, observando a las rehenes en el escenario. Los prisioneros con la impotencia al tope, incapaces de poner en riesgo la vida de sus amadas. Alonso bostezó profundo debido al sueño, quería acabar con eso enseguida. Se llevó una grata sorpresa al ver a Thenrion acercarse. Estaba en un estado lamentable, su cuerpo seguía tratando de aclimatarse mientras sudaba a mares, sus heridas eran profundas, pero nadie se interesó en sanarlas.
—Thenrion —Le llamó recibiendo un movimiento de cabeza como saludo. Sintió lastima por el «¿Se suponía que así debía ganar nueve encuentros más?» Eso explicaba porque no había escuchado de alguien que hubiera logrado escapar de ahí.
—Te di una paliza —dijo este esbozando una media sonrisa.