Tenía que hacerlo por su hermana, para no verla sufrir de nuevo. No podía soportar la idea de que volviera a un estado tan lamentable. Quería verla sonreír, quería que se sintiera viva e hiciera lo que tanto soñaba sin que él tuviera que cuidarla siempre. Miró una última vez sus ojos verdes, convenciéndose de lo que estaba por hacer. Sostuvo su espada con firmeza, se puso en pie y comenzó su andar hacia donde se desencadenaba la pelea contra Gabriel, tenía que defenderlo.
—¿Qué estas planeando, Leonard? —Thenrion se interpuso en el camino de Leonard, regresando a su forma humana y dejando atrás el pelaje de oso ensangrentado.
Podía ver en la mirada de Leonard que las palabras de Gabriel lo habían convencido de hacer una locura, cosa de la que se arrepentiría. Thenrion no estaba dispuesto a permitir una traición que, sin lugar a duda, le daría la ventaja a Gabriel. Lo haría por su hermana, que aun esperaba el momento de abrazarla y sentir que todo estaba en calma, no lo permitiría pasar, aunque eso significara quitarle la vida a Leonard.
—Quítate, Thenrion. No puedo dejar que lo hagan —dijo Leonard con la cabeza abajo, avergonzado de la decisión que tomó, pero no podía permitirse ver a su hermana sufrir otra vez, no la quería ver llorar más—. Mi hermana…
—Mi hermana también está envuelta en esto —Thenrion estaba furioso, el egoísmo de Leonard fue superior al de todos aquellos contra los que luchó y que ahora estaban unidos en la batalla que definiría sus vidas—. Todos los hombres con los que has peleado tienen a alguien envuelto en esto. Si sigues actuando así, harás que su sacrificio sea en vano, que los esfuerzos de Alonso por conseguirnos libertad sean una pérdida de tiempo. No puedo permitir que hagas esto, Leonard.
—Yo no puedo permitir que mi hermana muera. ¡Entiende eso por favor! —suplicó el joven. Apretó su espada, haría lo que fuera por su hermana, incluso ayudar a Gabriel y su amo, todo por ella.
—¡Lo entiendo perfectamente! —respondió el de la cicatriz preparándose para el inminente combate—, pero prefiero morir luchando antes que someterme a Gabriel y tener una falsa felicidad.
—Yo también prefiero ser libre… —Leonard dejó que las lágrimas salieran de sus ojos, de verdad deseaba ser libre, pero su hermana estaba por sobre todas las cosas—, pero le hice una promesa a mi hermana, y no puedo fallarle.
Leonard sostuvo con firmeza su espada, mientras que sin él desearlo un aura oscura comenzó a apoderarse de él. Primero rodeó el filo de su espada, descendiendo por sus brazos y llegando a cubrirlo en cuestión de segundos. Un poder inmenso, que nunca había sentido en su interior lo invadió. Se asustó, pero conforme pasaron los segundos comenzó a sentir el placer del poder. Cada fibra de su ser, cada molécula que conformaba su cuerpo se llenó de esa extraña energía.
Thenrion se cubrió el rostro con sus brazos, el cuerpo de Leonard desprendía un poder tan grande que generaba unas corrientes de viento como las de un tornado. El poder de aquella aura se concentró en el pecho de Leonard hasta formar un tridente rojo. Entonces se lanzó en contra de Thenrion. El cambia forma se convirtió en un pingüino que se deslizó por debajo de Leonard. La fuerza descontrolada de Leonard lo hizo caer adelante y rodar algunos metros antes de ponerse de pie y volver a atacar. Thenrion se transformó en un enorme oso grizzli, se abalanzó sobre el chico, un solo golpe de sus enormes patas hizo que Leonard retrocediera un par de metros.
Leonard se observó sorprendido de sus nuevas capacidades. Dio un brinco que lo dejó al frente de Thenrion y blandió su espada en varias ocasiones causando profundos cortes en el enorme cuerpo de Thenrion. El oso cayó de espaldas al suelo, revolviéndose en su lugar, las heridas quemaban desde el interior. Se contuvo con dificultad, pues Leonard no cedió su ataque. Giró a un lado y lanzó una corta patada de oso al aire que se convirtió en una pata de reptil, la de Pterodáctilo, con la que atrapó a Leonard.
Agitó sus enormes alas y alzó el vuelo en un segundo, Leonard luchó por librarse del agarre antes de que lo elevara al punto de no poder aguantar la caída. Hizo un corte al aire queriendo alcanzar una de las alas de Thenrion. El poder que desprendía logró crear una onda de aire que atravesó el ala izquierda de Thenrion, haciendo que ambos se desplomaran hacia el suelo.
Thenrion rodó por el suelo, tenía un enorme corte que se extendía desde su brazo hasta la palma de su mano. Leonard se puso de pie confundido. Su cabeza daba vueltas. Arrastró los pies y su espada en dirección al cambiante. Lo sentía mucho, por él y por los demás hombres que peleaban, pero no podía dejar que su hermana sufriera más, se acabó eso.
—Thenrion… Yo… —No tenía nada más que decir, lo había dicho todo ya—. De verdad no me gusta hacer esto.
—¡Entonces detente! —gritó el otro desde el piso sujetándose el brazo—. Si no quieres lastimar a nadie más, detente. Yo sé que darías todo por tu hermana, yo también lo haría, estoy dispuesto a eso.
—Lo siento, pero no hay otra forma —Leonard levantó su espada, la sostuvo en lo alto mirando a Thenrion, deseando no estar en esa posición—. Yo sé que lo entenderás.
—Yo sé que tú también.
Thenrion se transformó en serpiente tan rápido que no le dio tiempo a Leonard de defenderse. Se enredó en su cuerpo y lo presionó haciendo crujir sus huesos. Con todo su sufrir clavó sus colmillos en el cuello de Leonard y dejó salir su veneno. Leonard gritó de dolor con la caliente sensación del viscoso liquido entrando a su torrente sanguíneo, gritó tan fuerte que sintió que sus pulmones reventarían.