Aguas Malditas

Fuga y Ascenso

Fabiana empujó a Ariel y a los dos técnicos semi-conscientes dentro del pequeño sumergible de aprovisionamiento. No era una nave de combate ni de escape rápido, sino una caja de metal lenta, diseñada para transportar suministros. Tendría que valerse de la sorpresa y su conocimiento de las corrientes marinas.
​Los agentes de seguridad irrumpieron en el hangar justo cuando Fabiana sellaba la escotilla. Podían escuchar los golpes furiosos y el rugido ahogado de las armas automáticas impactando el casco exterior.
​"¡Rápido, Fabiana! ¡Despega!" gritó Ariel, luchando contra los efectos de la sedación para ayudar a operar los controles.
​Fabiana estaba concentrada en el panel de control. Desconectó los amarres principales y, en lugar de usar los propulsores, hizo algo radical: activó la válvula de presión de la esclusa del hangar.
​"¡Aguanten!"
​El hangar se llenó de agua a presión. La fuerza del agua expulsó violentamente el sumergible de aprovisionamiento como si fuera un corcho.
La Persecución Submarina
​El pequeño sumergible ascendía lentamente en la oscuridad, lejos de la estructura de la base. Fabiana navegaba a ciegas, confiando en las lecturas de presión y las cartas que memorizó.
​Pero la base no se rendiría fácilmente. En el monitor del sonar, Fabiana detectó dos ecos rápidos que se acercaban: los agentes de seguridad en mini-submarinos de ataque y, más alarmante, una tercera firma grande y errática.
​"Es el híbrido," jadeó Ariel, su rostro pálido bajo las luces de la cabina. "Lo llamaban 'Cerbero'. Lo diseñaron para operar en la columna de agua con velocidad. Tienen refuerzos de titanio en el sistema nervioso."
​Fabiana observó cómo el eco del "Cerbero" se acercaba a una velocidad imposible. Era una criatura diseñada para destrozar cascos.
​"No podemos superarlos en velocidad," dijo Fabiana, con los dientes apretados. "Tenemos que usar el mar contra ellos. Ariel, ¿recuerdas el flujo de corriente turbulenta que estudiamos para la tesis de la plataforma petrolera?"
​Ariel asintió, entendiendo su plan descabellado. Fabiana activó el sistema de inyección de lastre de emergencia, pero solo en un lado. El pequeño sumergible se inclinó bruscamente, aprovechando el gradiente de densidad del agua que la base había generado antes.
​El Cerbero, siguiendo el rastro biológico, no pudo compensar el cambio de flotabilidad tan rápido. La criatura modificada se deslizó peligrosamente cerca de una de las hélices de su propia base, golpeando la pared de metal con un rugido que resonó a través del casco.
El Contacto con el Tritón
​Mientras tanto, en la superficie, el RV Tritón había permanecido en las coordenadas límite, desafiando la orden presidencial.
​"Capitán, el plazo se agotó. Debemos volver a puerto," dijo el jefe de navegación.
​"No, la Dra. Mureas no es una mujer que se rinda," replicó el capitán, su fe en Fabiana inquebrantable. "Esperaremos hasta el último segundo."
​En ese momento, la pantalla del sonar del Tritón captó un eco débil ascendiendo rápidamente: era el sumergible de aprovisionamiento de Fabiana. Y detrás, los ecos de persecución.
​"¡A todo motor! ¡Intercepten las coordenadas! ¡Preparen la red de rescate!" gritó el capitán.
El Ascenso Final y la Captura
​Fabiana luchaba con los controles. El sumergible de aprovisionamiento era demasiado lento. Uno de los mini-submarinos de ataque se colocó a su lado, y un agente se preparó para acoplar un explosivo.
​"¡Ariel, a los extintores de CO2! ¡Ahora!"
​Ariel, recobrando sus fuerzas al ver la luz, obedeció. El chorro helado de dióxido de carbono se disparó contra el mini-submarino atacante, congelando temporalmente su sensor óptico. Fabiana aprovechó el segundo de ceguera para ascender a velocidad máxima.
​El Tritón ya estaba cerca.
​El último obstáculo fue el propio mar. Al romper la superficie, el sumergible de Fabiana fue recibido por la gigantesca red de rescate del Tritón.
​Pero la base no había terminado. Fabiana alcanzó a ver el dispositivo de remolino emergiendo del agua, preparándose para desatar una última ola anómala para hundir al Tritón y borrar la evidencia.
​"¡Al Capitán! ¡El sistema de remolino está activándose! ¡Pongan a sonar el sonar a frecuencia máxima! ¡Ahora!" gritó Fabiana, ya a salvo en la cubierta, con Ariel a su lado.
​El Tritón desató una andanada de ondas sónicas de alta potencia. La frecuencia, diseñada para estudios de ballenas, interfirió con los circuitos del dispositivo de remolino, que explotó en la superficie con un estruendo sordo y controlado.
A salvo. Fabiana y Ariel estaban de vuelta, ilesos, con los técnicos.
​Ella se abrazó a Ariel, un abrazo que iba más allá de la amistad, de la supervivencia y de los años de dolor. Era un abrazo de justicia recuperada.
​Pero su tarea no había terminado. Tenía el disco duro con la verdad sobre la organización secreta, los híbridos y el naufragio de sus padres. La misión científica había terminado; ahora comenzaba la lucha legal y política.




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