-Sólo conoces la frustración cuando llegas tarde y te das cuenta de que realmente querías estar ahí; se te seca la garganta, una sensación sube por la garganta y se acumula en tus ojos, es la impotencia de saber que ya nada importa.
-Estás cansada de obtener los mismos resultados, sin embargo, estás haciendo lo mismo todos los días, acaso ¿eres estúpida?
-Me molestan tus palabras y de paso estás hiriendo mi orgullo. - ¿Orgullo? ¿qué orgullo? No me digas que te sientes orgullosa de la miserable vida que has creado, la detestas y te detestas a ti misma por seguir viviendo atrapada en este vaso de agua, ¿te molesta? Y eso que solo estoy comenzando.
-Basta, si quisiera oír sermones iría los domingos a misa o llamaría a mi madre, así que no sigas con esta cantaleta.
-¿Cantaleta? Ese es el calificativo que le das a esto, pues déjame decirte que esto no es ninguna cantaleta, debes saber que a las cosas hay que llamarlas por su nombre. – Según tú, ¿cuál es el nombre adecuado para este drama?
-Tampoco es un drama, simplemente es preocupación y uno sólo se preocupa por las personas que ama y tú gran caprichosa me preocupas más de lo que quisiera; estas tan obstinada en tus defectos y en esa venda en los ojos que no te quieres quitar. Te es más fácil pretender llegar tarde porque te da miedo llegar temprano y estar en un punto en donde no te puedes lamentar.
- Dices puras burradas, ¿Qué vas a saber tú? Ni siquiera me conoces. – Te equivocas, con sólo mirarte a los ojos puedo saber todo de ti, eres tan transparente y en este preciso instante puedo ver el desengaño que se va armando dentro de ti, ¿te tienes tanto miedo?
Da un paso más y estarás en la cima de la montaña, camina no dejes que la pereza, la incertidumbre y por sobre todo el miedo te arruinen, nunca es tarde para los comienzos, ¿no crees que ha llegado el tiempo de ser tú misma?
-Siempre he sido yo, ahora y siempre. –Estas intentando ser tú y es allí donde fallas; ¿para qué intentarlo? Así es como empiezan los fracasos con la palabra intentar, simplemente hazlo ya no lo intentes, por culpa de los intentos estás llegando tarde.
-Es fácil decirlo hasta suena utópico, pero, la vida no funciona así. - ¿Cómo funciona la vida?
-Eres un triunfador o un perdedor, me prometí ser triunfadora, no obstante, me convertí en una perdedora. – Si lo prometiste es porque tenías la intención de olvidarlo, no se promete algo que se pueda olvidar y te equivocas, la vida no está gobernada por perdedores o triunfadores, la delgada línea que nos separa es de los que se atreven y los que no, tú no te atreves, sabes exactamente lo que debes hacer, pero, no te atreves.
-No sé cómo hacerlo, veo como los demás realizan sus sueños, parece tan fácil como sí supieran de ante mano lo que está por venir, no tienen miedo; comparada con ellos soy una cobarde, me aterra lo que está por venir, yo no soy como ellos. – Si no eres como ellos ¿por qué te comparas?
-No lo sé, me enseñaron a hacerlo, a medirme con los demás para ver mis logros y los resultados son más que decepcionantes, no entiendo cómo puede costarme tanto.
-Ya lo dijiste y ni siquiera te diste cuenta, no eres como ellos. No eres un clon de lo que la sociedad llama perfección, simplemente eres tú a pesar de que ellos te nieguen, de que tú te niegues, date cuenta que no eres un molde que llenar.
-Al contrario de todo quisiera llenar mis expectativas. –y ¿cuáles son?
-Es que no lo sé. – Tú nunca sabes nada, eres como el refrán que dice;” no hay peor ciego, del que no quiere ver y peor sordo, del que no quiere escuchar”. Observas las cosas desde la perspectiva equivocada, te estancaste en los millones de prejuicios que te impusieron, acaso no sabes que para entender todo, hay que olvidar todo. Ya no pienses en el fracaso, enfócate en las cosas que están por cambiar, el peor error del ser humano no es lanzarse desde un precipicio, es convertir la vida en una hoja en blanco.
En este momento te encuentras en la cima de la cobardía, toma mi mano y recorramos otros caminos.
-¿Estás loco? Si nos lanzamos desde esta altura moriremos. – Los que ya están muertos no puedes volver a morir, te lo dije cuando nos conocimos, además no tocaremos el asfalto, meramente cambiaremos de camino, toma mi mano y jamás la sueltes, que yo no lo haré, si bien somos dos cuerpos distintos, recuerda que somos la misma persona, dos corazones conectadas en un alma.