Capítulo XII

Al romper el círculo de la cotidianeidad me encontré con el tiempo y la vida en las manos, supe que tenía las riendas de lo que hasta ahora había creído que jamás fue mío y no supe que hacer.

Dicen que sentir miedo no es malo, sin embargo, dejar que el miedo tomé el volante es un error que se paga con tiempo y para empeorar las cosas el tiempo es lo único que no se puede comprar.

Todo fue por obligación, los lugares, las situaciones hasta las personas a las que frecuentaba había sido por obligación, el 99% del tiempo imaginaba al reloj marcar la huida para volver a un agujero para lamentar hacer lo que no quería, pero debía, imagino que todos en algún punto llegamos a sentir la desesperación de salir corriendo. Pese a ese sentimiento, encontré algo que me asustó mucho más “la incertidumbre”.

Caminando descalza sobre las ruinas de mi vida, con pasos pausados, pero nunca dejando de avanzar, distinguí en la penumbra una silueta conocida.

-Algún día quedaremos reducido a esto – sosteniendo un puñado de arena en las manos – “polvo” y lo frustrante es que nada podemos hacer para detenerlo.

- ¿Por qué estás encaprichado en hablar sobre la muerte? – porque nadie quiere hacerlo y es la cosa más certera que nos pasará a todos.

-Tal vez tengas razón, la muerte llegará un día sin embargo tenemos los otros días para seguir viviendo, si la muerte nos pone en igualdad de condiciones, entonces hagamos con la vida algo que nos haga resaltar en la multitud.

-¿Qué ha pasado de la chica que se escondía entre las rocas? De repente el coraje ha invadido tu cuerpo o simplemente te cansaste de esperar.

-Me cansé de la espera y por sobre todo de las excusas, me harté de tener sueños y de no creer en ellos, me harté de que cada esperanza fuera apagada con la frase “sé realista”, quiero mi vida sin restricciones, quiero saber lo que significa apasionarse, caer, volver a empezar las veces que haga falta y a pesar de todo no quiero volver a dudar de mi misma.

- ¿Piensas que los sueños se cumplen con tan sólo desearlos? – Soy una soñadora, no una estúpida, estoy al corriente de que será difícil y que requerirá tiempo, en ese lapso habrá mucho en juego, la constancia, la paciencia serán de suma importancia.

-Eres consciente, empero, aún no lo sabes, te pondrás a prueba al hacerlo y algunas veces un paso será más difícil que otro ¿sabes cuál es la diferencia entre las personas que lo hacen de aquellos que esperan hacerlo?

- La autoconfianza – No, ellos saben que cada paso es una meta, cada día es un nuevo comienzo y por sobre todo que tu oficio, el tiempo y tú son compañeros en el viaje al éxito, si llegas a sentir que quieres salir corriendo eso significa que estás en el lugar equivocado y que estás malgastando tu tiempo.

Todos quieren ganar dinero, no pienses que eso te hace especial y si, el dinero es necesario para muchas cosas, no obstante, no te recordarán por haber querido ganar dinero y mucho menos el dinero te acompañara al más allá.

El mundo se encuentra encerrado por paredes de diversos tamaños y distintas naturalezas, lo curioso es que esas paredes no están para destruirse sólo debes encontrar las puertas y una vez que lo hagas dejarás una marca en el universo, porque formarás parte de él.

-Estás hablando nuevamente acerca de la muerte. - ¿Por qué crees que sigo hablando de la muerte? Conoces el camino hacia el universo, las estrellas siempre te están marcando el camino, ¿acaso olvidaste de como llegaste hasta aquí?

- ¿Qué estas insinuando? - No estoy insinuando nada solamente estoy tratando de mostrarte la verdad, Abril sé que recuerdas los faros de ese auto.

-¿Faros? Lo recuerdo, era una noche lluviosa y la neblina envolvía la calle dejándola más oscura, gotas de lluvia cayendo sobre mi rostro, el sabor metálico de mi sangre en mi garganta, ¿qué me pasó?

-Dejaste de respirar en el mundo de los vivos y desde entonces vagas por este limbo, ¿sabes lo que son estos escombros?

-Estoy muerta, eso no puede ser justo ahora que sé mi lugar en el mundo, mis objetivos, ahora que estoy lista para ser realmente yo.

- Lo siento en verdad, al final estos escombros representan todas las posibilidades que pasaste por alto, es decir, que desaprovechaste; te pasaste la vida asumiéndola con culpabilidad y no con responsabilidad, para ti todos eran culpables incluso tú, y mírate ahora que el tiempo se ha acabado, estás llorando por lo que pudo ser y que ahora jamás será

Ya no queda tiempo para lamentaciones, aprendiste demasiado tarde, toma mi mano que ha llegado el tiempo de abandonar este lugar.