¿Saben cuál es la peor parte de mentir? Que alguien termine descubriendo la mentira...
Ese alguien puede ser tu papá, tu hermano... o tu mejor amigo.
—Mi mamá me dijo que fuiste a mi casa el viernes —comentó Víctor con una seriedad muy inusual. Veíamos clase de Biología, aunque el profesor solo corregía exámenes.
—Sí... ¿no te lo dije? —tartamudeé un poco, lo que menos quería era que él supiera que le ocultaba algo—. Dayana me invitó a ver una película —mentí igual que ella lo hizo con su mamá.
—¿En serio? —preguntó—. Me parece bastante extraño, que yo sepa no son amigas —sospechó
—Pues ahora lo somos —me encogí de hombros—. Eso suele pasar, un día no eres amigo de alguien, y al otro sí. Fue así con nosotros, ¿recuerdas?
—Y tienes su chaqueta vieja —señaló.
—Me dio algo de ropa que no usaba y, por cierto, yo necesitaba —me defendí.
Él se quedó mirándome unos segundos sin decir absolutamente nada. Algo dentro de mí me decía que debía confesarle mi verdadero objetivo, que quería cambiar, que deseaba de forma desesperada que la gente supiera que había una chica llamada Agnes.
No dije nada.
—¿Sabes qué Dayana no es la mejor persona con la que juntarse? —soltó finalmente.
—¿Por qué? Es genial, agradable, divertida... —conté con los dedos.
—También problemática, alocada, fiestera, irresponsable... —me imitó—. ¿Quieres que siga?
—¿Y qué con eso? Ella si me entiende y me quiere ayudar —respondí enojada.
—¿Ayudar?, ¿a qué? —el timbre sonó y todos empezaron a levantarse de sus asientos. Salvada por la campana.
—Eso no es de tu incumbencia —Contesté de manera algo grosera—. Ahora, si me disculpas, tengo que ir a sentarme con Dayana y sus amigos —fue un comentario inmaduro, porque en el fondo lo que quería era que no solo él se enterase de mis nuevas juntas, sino todos alrededor.
Mientras caminaba hacia la mesa donde se encontraba Dayana, sentía cierto cambio en mi relación con Víctor. Estaba harta de su preocupación, de la forma en que no entendía que su mejor amiga necesitaba ser alguien más porque siendo ella no conseguiría lo que deseaba. Me había cansado de que quisiera ayudarme a dejar de lado mis ganas de ser tan popular como Bella, porque ¿Qué clase de buen amigo te aconseja que seas tú mismo?
Ahora solo quisiera volver el tiempo atrás y decirle a mi vieja yo que estaba yendo por el camino incorrecto.