Quiero agradecer primeramente a Dios por darme la habilidad de poder expresarme a otros con palabras.
Quiero agradecer a mi papá y a una chica que considero como mi hermana mayor. Estos dos me apoyaron, aunque poco sabían de lo que escribía.
Quiero agradecer a un chico que alguna vez fue mi amigo, que todavía aprecio mucho y, además, también me brindó consejos y ayuda para esta historia.
Quiero agradecer a tres amigas —y lectoras—, que me expresaban siempre la emoción que les daba cada capítulo.
Quiero agradecer a todas y cada una de las personas que alguna vez me mostraron su apoyo ante cualquier escrito o proyecto mío que leyeron, y el ánimo que me dieron aún sin leer mis historias.
Quiero agradecer a todos mis lectores que me apoyaron desde que subí la historia hasta que la terminé.
Por último, quiero agradecerle a esa chica que me contó su propio testimonio de como esta historia le ayudó, haciéndome cumplir mi meta principal: dar un mensaje.
Gracias.