_ Dormirás conmigo en esa cama _ acarició suavemente mis brazos, que se encontraban a cada lado de mi cuerpo.
¿Qué? No, no,no. Nosotros no podemos dormir en la misma cama. Pero no es que no confíe en él, todo lo contrario, en quien no confío es en mi, soy una persona que no tiene autocontrol.
Cerré mis ojos disfrutando de sus caricias.
¡¿Autocontrol donde estas?! ¡Te necesito!
_Vamos _ continuó con algo de súplica.
Quizás podamos...
_ Está bien _ susurre.
_Bien _ se alejo de mi. Lo mire confundida cuando se acostó en el lado derecho de la cama.
¿Qué no íbamos hacer otra cosa?
¡Pero que decis?
Levante los almohadones que había tirado al suelo y los devolví a su lugar. Me dirijo a mi lado de la cama y me acosté dándole la escapada, él hacia todo lo contrario. Después de unos minutos, estaba a punto de dormirme cuando se me ocurrió una idea.
¡Bingo!
Si no reaccionaba por las buenas lo tendrá que hacer por las malas.
Estúpido ¿Quién se piensa que es?
Me levanté y me diriji al final de la cama donde se encontraba una bata de seda color negra,la tome y volví a dejarla en su lugar.
Así lo iba a provocar más.
Me diriji a la puerta, pero me freno en seco al sentir su voz ronca decir.
_¿A dónde vas?_ enciende la lámpara a un costado de la cama.
_No te importa _ salgo de la habitación sin quiera mirarlo.
Bajo por las escaleras hacia la cocina y para mi sorpresa, no estaba sola, también se encontraba Abby, Valentina, Alice y Maite.
_ Veo que no soy la única que no logra conciliar el sueño _ digo mientras me dirijo a una de las sillas altas para tomar asiento junto a ella.
Cojo una cuchara para comenzar a comer helado con ellas.
_Son unos estúpidos _ dice Alice mientras se lleva una gran cantidad de helado a su boca.
Copiamos su acción mientras asentimos.
_ Pensé que se llevaban bien _ digo.
_ Si y lo hacemos, pero a veces son unos completos idiotas, incluyendo a mi hermano.
_No lo dudo_ respondo.
_¿Te hizo algo?_pregunta Alice
_ No, pero digamos que es un tanto...
_ impulsivo...
_ controlador...
_histérico...
_ posesivo..._ comienzan a decir sin control alguno.
_ Les faltó tarado _ comenzamos a reír.
Después de un silencio, Valentina nos dice algo que no deja con la boca abierta.
_ Me acosté con Edward_ dice preocupada.
Nos quedamos en silencio una vez más intercambiando miradas, el ambiente se vuelve demasiado tenso.
_ ¡Bueno!, por lo menos alguien tiene un poco de acción _ rompe el silencio Maite tratando de quitar lo tenso del ambiente.
_ No es tan malo ¿O si?_ pregunta Abby.
_ ¡Chicas! ¡es el mejor amigo de mi hermano! ¡claro que esta mal!
_ ¿Sientes algo por él? ¿Te arrepientes de lo que hiciste?_ pregunto tratando de descifrar que hay detrás de esa confesión.
_ Ese es el punto, me paso de todo apenas nuestros cuerpos se rozaron _ lleva sus manos a su cabeza _ Y lo peor es que no me arrepiento _ sus ojos comienzan a cristalizarse, entonces es cuando decido actuar, me bajo de la silla encaminandome hacia ella en donde le doy un fuerte y cálido abrazo, que para mi suerte es correspondido.
Valentina comienza a sollozar cuando sentimos otros brazos rodeandonos.
Cuando decidimos separarnos Maite pregunta:
_ ¿Le dirás a Christian?
_ No lo sé _ responde limpiándose el resto de lágrimas _ ¿Debería?
_ Es tu decisión, pero yo creo que deberías hablarlo con Edward y llegar a algún acuerdo_ digo acariciando se cabello azulado.
Luego de seguir hablando un rato mas decidimos que ya era hora de volver.
_ Bien creo que ya es hora de volver con nuestros "Esposos" _ dice Valentina recalcando la ultima palabra con ironía.
_ ¿Vas a estar bien?_ pregunta Abby tocando su hombro.
_Si, voy a tratar de solucionar esto.
_ Si necesitas algo nos llamas ¿Está bien?
_ Si chicas, cualquier cosa les aviso, no se preocupen...
Subimos a nuestras habitaciones en completo silencio, para no despertar a los estúpidos que tenemos por "esposos"
Llego a mi puerta, suspiro y me armo de valor, se preguntarán por qué, bueno, tengo un presentimiento de que esta será una noche muy larga. Cuando la iba a abrir, la puerta se abre dejándome a ver a un Christian algo enojado.
Y sin camisa.
_ ¿Dónde estabas?_ me toma del brazo adentrandome a la habitación, mientras cierra la puerta y me acorrala contra ésta.
_ No te importa _ respondo tratando de salir de entre sus brazos, pero todo es en vano.
_ No me respondas así _ se acerca más a mi rostro.
Pongo mi mejor sonrisa falsa y mi voz más chillona.
_ ¡Ay! Mi amor estaba en la cocina porque no podía dormir _ luego vuelvo a mi cara de culo normal, al igual que mi voz _ ¿mejor?
_ Mucho mejor _ sonríe arrogante.
_ ¿Me puedes dejar pasar? _ lo miro directamente a los ojos.
_ No _ se acerca más a mi.
_ No te acerques _ digo entre dientes.
_ Puedo acercarme todo lo que quiera porque te recuerdo que..._ lo interrumpo.
_ ¡Te pertenezco!_ alzo el tono de mi voz_ lo tengo claro,no hace falta que me lo digas todo el tiempo _ lo empujo con todas mis fuerzas, abro la puerta y salgo de la habitación.
Comienzo a correr por el pasillo, hasta llegar a las escaleras donde me freno al escuchar su voz:
_ ¡Venecia!_ me giro para verlo y se dirige a mi corriendo muy rápido.
No detengo mi camino ahí, si no que sigo corriendo como si mi vida dependiera de ello; bajo las escaleras mientras trato de no caerme por la velocidad a la que voy.
Cuando llego abajo me alcalino hacia el jardín trasero. Siento sus pasos cada vez más cerca de mi y su voz pidiéndome que me detenga.
Abro la puerta corrediza que da al jardín y salgo. No conté con el tiempo de apreciarlo detenidamente, pero, por todo lo que he corrido, me puedo dar cuenta de que es muy grande.
A muy poco metro logró ver una fuente; era algo grande, salía el agua desde el punto más alto de ella, logrando cubrirla.
Corri hasta ella, con el corazón latiendome a mil y la respiración entrecortada y me oculte detrás tirandome al suelo. Permanecía allí unos cuantos segundos hasta que ya no senti más su voz ni sus pasos.
Me pongo de pie mirando a mi alrededor; no había señales de su presencia.
Trato de calmar mi respiración mientras me dirijo de nuevo adentro; planeaba dormir en otro lado. Iba pasando por unos rosales, sin prestarle mucha atención a mi alrededor, ya que me encontraba más tranquila sabiendo que no había rastros de él, hasta que...
_ Lo siento _ me giro hacia esa voz; Christian se encontraba apoyado levemente en una pared con las manos en los bolsillos de su pantalón de piyama. Me pude dar cuanta que ya no estaba sin camisa, sino que ahora llevaba una camiseta blanca.
Quise seguir corriendo pero él fue más rápido y me tomó del brazo acercándome a él.
_ Lo siento _ repite mientras baja sus manos a mi cintura sosteniendome con fuerza, pero sin lastimarme, para asegurarse de que no vuelva a escapar.
_ Déjame _ trato de alejarme poniendo mis manos en sus brazos para que me suelte, pero otras vez es imposible _ No quiero escucharte.
_ ¡Pues lo vas hacer! _ dice perdiendo la paciencia. No dejo de forcejear _ ¡Venecia ya basta!
_ ¡No! ¡No pienso dejar de luchar!
Suelta mi cintura y coje mis manos llevándolas a mi espalda y así logar inmovilizarme.
_ ¡Sueltame! _ digo a lo que el suelta una carcajada.
Pero es estúpido o sufre de bipolaridad.
_ ¿De que te ries? _ no deja de reír _ bien se cansaste _ piso su pie izquierda, el rápidamente me suelta poniéndose de cuclillas para auxiliar su pie. Entonces actuó y corro, pero mi plan se va a la mierda cuando alguien me toma del pie haciéndome caer boca arriba.
_ ¡CHRISTIAN! _ grito cuando se posa sobre mi poniendo todo su peso en sus antebrazos.
_ ¿Qué?
_ ¡¿Qué?! ¿En serio? ¡muévete! _ comienzo a golpear sus brazos.
_ No _ lo miro desafiante, al igual que él a mi.
_ Sueltame_ ordeno.
_ No _ niega. Posa mis brazos en cada lado de mi cabeza. Comienza a acariciar suavemente mi mejilla con su nariz.
Mi respiración comienza a acelerarse, mi corazón late demasiado rápido, mi mente se nubla completamente.
_ Christian... _ susurro.
_ ¿Por qué? _ pregunta acercándose.
_ ¿Por qué?_ repito.
_ ¿Por qué no puedes ser normal, como las demás, sin tener que desafiarme constantemente? ¿Por qué eres tan diferente al resto?
_ No lo sé _ pero cuando caigo en cuanta de lo que me confesó de digo_ ¡¿Y tu que te pensabas?!_ me mira confundido _ ¡¿Qué era chica sumisa?! ¡¿Qué me tomara con calma el hecho de que hora le pertenezco a alguien?! ¡No! ¡ Así que sueltame o gritaré!
_ Te puedo callar _ propone con picardia.
_¿A si? Y ¿ Cómo? Tus manos están ocupadas así que no pu..._ me beso.
¡¡¡ME BESO!!!
¡Omg!
Comenzó a besarme con intensidad, pasión, un beso demandante, pero a la vez con delicadeza, lento, como si quisiera memorizar cada parte de mi boca.
Una de sus manos deja la mía y comienza a acariciar mi mejilla. Después de unos segundos nos separamos por falta de aire. Me mira a los ojos, sus pupilas están dilatadas.
_ Creo que debemos entrar _ susurra contra mis labios. Asiento.
Se pone de pie y luego me ayuda a mi, nos encaminamos al interior de la casa en completo silencio. Al entra a nuestra habitación él se dirige al baño sin decir ni una sola palabra.
Pero eso no es lo que me llamó la atención, fue que cuando se alejo de mi, sentí fría mi mano derecha. El nunca soltó mi mano...
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Editado: 05.07.2020