Ahora que la guerra ya acabó

Capítulo 3: Un nuevo amanecer.

Estuve unos minutos junto a la tumba de mi compañero hasta que la hora de dormir llego, regrese a casa y antes de cenar mi madre llego y me abrazo por la espalda.
- Idiota… - Dijo con voz entrecortada.
- ¿Qué pasa?, ¿Por qué me llamas así? – Pregunte confundido.
- Me han contado lo que sucedió allí afuera… Sería una mala madre si no te llamo idiota, odio tu trabajo, ¿Por qué insistes?, cambia a algo más seguro… No quiero que en algún momento llegue un hombre con la cabeza hacia abajo diciendo que tiene malas noticias y tú no estés junto con él.
- Sabes que no puedo echarme hacia atrás mamá… Recuerdas la promesa que hice y por si eso no fuera poco no quiero quedarme aquí encerrado junto con todos a sabiendas de que me necesitan allí afuera, y que mejor que yo. Alguien que sabe que puede marcar una diferencia, allí afuera hay un mundo que aún no conocemos, estas cosas. – Seguí hablando mientras tomaba un libro de geografía de hace muchos años. – Ya no dice la verdad… Mira estas imágenes, no se parecen en nada a lo que vemos allí afuera y lo sabes porque como agricultora has estado allá…
- Si pero… - Intento decir mi madre.
- No hay un pero madre… Entiendo que quieras protegerme, pero si yo salgo es porque sé que ahí afuera hay algo que nos ayudara a mejorar nuestra calidad de vida actual. – Abrace a mi madre y continúe hablando. – Te prometo lo mismo que le prometí a mi compañero… No moriré, confía en mí, soy listo, lo heredé de ti.
Mi madre estaba llorando un poco pero de alguna manera se logró tranquilizar un poco, el esposo de mi hermana se acercó a nosotros y me dio un golpe ligero en el pecho, no necesite más para comprender que confiaba en mi...
A la mañana siguiente a primera hora del día mi comunicador empezó a parpadear, y eso solo significaba que estaba siendo llamado por los Altos, y cuando eso pasa solo es para una cosa. Tome mi equipo, en la entrada grite para despedirme de todos y salí de la casa para dirigirme al cuartel; esta zona es bastante grande entonces llegar me tomarían 20 minutos mínimo.
- Estoy en camino. – Dije por el comunicador.
- De acuerdo, lo esperamos, Ra. – Respondió una voz.
No es que no me guste este lugar, después de todo es lindo dentro de lo que cabe, es simplemente que como dije antes: quisiera que el mundo fuera como lo era antes, verde, y bonito no desértico y triste. Cuando llegue al cuartel y tras pasar todo el maldito protocolo para ingresar me encontraba en la sala de espera, una mujer algo mayor se acercó a mí y me hizo señales para ir con ella, llegamos a una habitación muy grande completamente vacía y en cuanto llegamos mis sospechas se habían aclarado, un nuevo miembro de Reconocimiento…
Por la parte de adelante donde había otras puertas entraron el Alto de Reconocimiento acompañado de un joven muy alto, yo mido probablemente 1.72 metros el rondaba quizás 1.94 metros de alto, no se veía fornido o muy delgado y su rostro parecía intranquilo, el alto comenzó a hablar y dijo:
- Hola Ramón. Quizás no es bueno lo que va a suceder teniendo en cuenta lo que paso hace unos meses, pero no podemos dejarte solo, y más aún cuando es muy difícil que haya personas interesadas en unirse a Reconocimiento.
- No se preocupe, lo entiendo. – Respondí sin dejar de mirar al chico, y le hice señales al Alto para que nos dejara, ya que aunque él es el jefe, yo decido si ese joven se va en mi escuadrón o si crean uno nuevo, seria irónico que después de que el dijera que no podían dejarme solo, yo decida que ese chico haga su propio camino. – Y bien, ¿Tu nombre es?
- Adal. – Respondió muy secamente, no fue grosero, simplemente parecía no ser de muchas palabras.
- Toma asiento por favor. – Le comente señalando unas sillas que se encontraban a la orilla de la habitación. - ¿Qué haces aquí?, ¿Quién eres?, ¿Para qué vives?, ¿Cuál es tu motor?, ¿Qué buscas lograr? De todas estas preguntas solo me debes responder una, y depende cual respondas es si nos volveremos compañeros o si nos tocara ir solos, elige.
El chico se quedó pensando un momento, se levantó y comenzó a caminar en círculos rascándose la cabeza, se veía que la trampa era efectiva y también se veía que tenía ganas de ir en grupo y no solo… De lo contrario no estaría pensando tanto, el chico me veía y cada que lo hacía era como esperando a que le diera una pista, pero mi rostro siempre fue imparcial, él debía responder por sí mismo. Al pasar el tiempo parecía que Adal por fin había llegado a una conclusión, regreso a la silla y se sentó y comenzó a hablar.
- No responderé. – Su rostro reflejaba mucha vergüenza.
- ¿Disculpa? – Dije yo fingiendo molestia.
- Me has dicho que una de esas preguntas es la adecuada, pero no me das pistas e incluso puede ser que ninguna de esas preguntas sea la correcta… No responderé, si respondo y me equivoco no habrá vuelta atrás, si no respondo no podre errar y si no erro eso me hace pensar que no tienes un motivo para rechazarme o aceptarme lo que me da más tiempo.
Su respuesta me sorprendió, no por lo elaborada, sino porque era la correcta… Después de todo lo más importante para un Reconocedor es la paciencia e inteligencia, una persona que responde al primer intento sin pensar en las consecuencias es sin duda cualquier cosa menos un Reconocedor.
- ¿Estas seguro? – Dije levantándome de mi asiento, lo dije con un tono fingiendo aún más molestia y mi lenguaje no verbal hacía pensar que esa respuesta era la equivocada.
- Si. – Dijo Adal conservando la calma y agachando su cabeza porque pensaba que estaba equivocado pero no quería arriesgarse.
- Entonces, será un gusto trabajar contigo. De alguna manera pudiste pasar la prueba pero antes de que asientas con la cabeza quiero mostrarte algo, sígueme.
Lo lleve al cementerio, específicamente a la tumba de mi compañero y le dije.
- Aquí está la tumba de mi mejor amigo, mi compañero. Antes, como puedes suponer éramos muchos en Reconocimiento pero cuando el murió solo me quede yo, la razón de su muerte fue una distracción y que no estuvimos juntos, ¿Sabes de las clasificaciones?
- …- Adal se quedó en silencio y solo asintió con la cabeza.
- Él fue asesinado por un clase D… Y recuerdas que en las clasificaciones, los D pueden ser derrotados por una sola persona, ¿no?
- …- Permaneció en silencio y únicamente asintió con la cabeza una vez más.
- Pues fue esa distracción lo que hizo que el muriera… Habiéndote contado esto, te pregunto: ¿Quieres ser un Reconocedor?
- Si. – Contesto con energía Adal.
- Bien. Pero ahora júrale a este sitio, a esta tumba, a nuestro compañero que no morirás, de lo contrario no puedo llevarte conmigo, hazlo solo si consideras que puedes lograrlo, en caso contrario no lo hagas.
Adal se quedó un momento estático y después se arrodillo e hizo el juramento. Las cosas estaban hechas, un nuevo miembro se había unido al equipo y espero… Que no me deje solo; le dije que se despidiera de su familia porque tendríamos que irnos al amanecer del día siguiente.
Y con el sol saliente, una nueva aventura comenzó.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.