Ahora que la guerra ya acabó

Capítulo 6: El terror de la clase E


A la mañana siguiente yo fui el primero que se despertó, mientras Adal permanecía dormido salí a cazar algo para el desayuno, la buena noticia es que como todo estaba cubierto de agua encontrar peces sería muy sencillo, y se lo que están pensando: “¿Cómo es posible que comer peces no los mate, pero entrar al agua si?”; pues aquí es donde la evolución entra en juego, los peces viven rodeados de tanta radiación que evolucionaron para no permitir que esta ingrese a su cuerpo, de hecho son actualmente los únicos que se ven idénticos a lo que los libros antiguos muestran, con excepciones claro.
Me senté a la orilla de un pequeño lugar de una profundidad algo notable y empecé a pescar, esperando que salieran rápidamente los de buen tamaño, pasados unos segundos el sedal empezó a moverse y el tiempo había llegado, espere el momento indicado y jale con fuerza sacando así un pescado, volví a repetir el proceso y minutos más tarde otro más quedo atrapado en el anzuelo. Ya con los dos atrapados solo quedaba cocinarlos, aunque ellos no sean radioactivos no significa que el agua que los cubre no lo sea. El olor despertó a Adal quien salió de la tienda y se acercó a mí, se sentó al lado y limpiándose los ojos comenzó a hablar.
- ¿Qué es lo que se debe hacer con el mapa? – Preguntó mientras bostezaba.
- Ya te dije que no debías preocuparte por ello, eso lo hare yo, de alguna manera podríamos decir que tu función es ser unos ojos extra para evitar que nos tomen por sorpresa. – Le respondí de forma seria.
- Pero no me vendría mal saber un poco sobre el resto del trabajo, después de todo también tengo un mapa actualizable y al igual que tu soy un Reconocedor. – Replico con voz firme.
- De acuerdo. – Dije después de suspirar. – Enciende tu mapa y dime que es lo que ves.
Adal regreso a la tienda de campaña, y un minuto quizás después, regreso cargando el mapa en su mano e intentando encenderlo. Se volvió a sentar y asintió con la cabeza. “Bien, ¿Y que ves en la pantalla?”, volví a preguntar yo.
- Mmmm, no hay algo en la pantalla. – Dijo él.
- ¿No actualizaron tu mapa? – Normalmente cuando un Reconocedor se une le dan un mapa actualizable con toda la información recolectada por los demás… De hecho su nombre “actualizable”, no se refiere a que se haga manual o que se haga automáticamente conforme avanzamos, el dispositivo en si tiene su propia red, se comunica con absolutamente todos los mapas existentes y se va actualizando conforme los demás Reconocedores colocan datos, claro que actualmente soy el único Reconocedor… Pero ese mapa debería de tener ya los datos de los demás reconocedores de meses atrás y los míos…
- ¡Oh, espera! – Comento un poco sorprendido. – Apareció una barra de porcentaje y está avanzando.
- Entonces es un mapa completamente nuevo… Vaya, cualquiera pensaría que te darían uno que ya había sido utilizado… Pero en fin, solo espera a que se complete la barra y ahora si me dices que es lo que ves en la pantalla.
La comida estaba lista y aprovechando que la barra avanzaba de una forma muy lenta desayunamos, y surgió la primer pregunta… “¿Cómo conseguiremos agua cuando se nos acabe?”, dijo Adal, a lo que le pedí que trajera su encendedor y su cantimplora, al regresar tome su cantimplora y tire el agua que estaba en ella, él se enojó e intento arrebatármela pero le dije que esperara, camine hacia el lago pequeño que estaba delante de nosotros y tome agua al regresar coloque la cantimplora encima de unos palos de acero, coloque el encendedor debajo de la cantimplora lo encendí y le dije que observara. El fuego del encendedor dejo de ser azul y se tornó negro y comenzó a rellenarse el depósito de combustible del propio encendedor, él estaba asombrado nunca había visto algo así y claro que no, son cosas que no se mencionan a los de la base por razones que pienso son evidentes… Pasados unos segundos el fuego se volvió azul nuevamente, apague el encendedor y le dije que tomara su cantimplora y bebiera el agua, él se negó ya que pensaba que esa cosa estaría hirviendo y haciendo una mueca la tome yo y me eche un poco de agua en la mano para que viera que no estaba caliente… El parecía aún más sorprendido, la tomo y bebió del agua.
- ¿Cómo es esto posible? – Pregunto incrédulo.
Solo encogí los hombros y respondí: “Científicos... Están todos locos pero son más útiles que nosotros.”
Segundos después le golpee el hombro y le dije que corriera dentro de la tienda de campaña, se quedó estático mientras yo hui despavorido hacia su interior, le grite una vez más que regresara y por el grito esa cosa nos escuchó y rugió, Adal sin deberlas ni temerlas empezó a correr hacia mí, cerramos la tienda de campaña y le hice señales para que se mantuviera callado, el olor del pescado había atraído a un clase E tipo 2 que olfateaba la zona por fuera, esa cosa parecía que era un venado como lo mencionaban los libros antiguos pero completamente distorsionado por la radiación…
- ¿Ahora qué? – Pregunto Adal, con una voz sorprendentemente tranquila, después de todo este lunático no le teme a los monstruos… solo a la radiación.
- Tenemos dos opciones. – Respondí yo sin dejar de mirar por una rendija al monstruo. – Pelear, o esperar a que se vaya…
- ¿Y qué haremos? – repitió Adal.
- Dado que ya ha olfateado el pescado, las probabilidades de que se vaya son básicamente nulas… por lo que deberemos pelear. – Al terminar de decir esto saque las pastillas de mi mochila, tome una roja y la comí e incite a Adal a hacer lo mismo.
- ¿Qué no dijiste que solo eran para emergencias? – Dijo cuestionando mi decisión.
- No sé tú, pero, ¡un maldito clase E esperándonos afuera me parece demasiada emergencia! – Respondí en un tono parcialmente alto.
- Solo espero que no las necesitemos después… - y aun manteniendo un poco su postura incrédula comió una de sus pastillas.
- Tranquilo. – replique. – Solo son dos las que nos da, pero sus efectos duran el tiempo más que suficiente, varía entre personas… Pero al menos a mí me duran sus efectos cerca de 2 semanas, supongo a ti mínimo una te dura.
Sin más que hacer rezamos todas nuestras plegarias y repasamos el plan, parecía ser simple pero probablemente nos mermaría algunos recursos, Salí de la tienda de campaña lanzando una trampa eléctrica al suelo el monstruo claramente me vio y se fue hacia mí, la trampa estaba armada y era imposible que no cayera en ella, pero… Esa cosa parecía ser más inteligente de lo que aparentaba, evadió completamente la trampa y siguió corriendo hacia mí, Adal quien esperaba como el elemento sorpresa estaba apuntándole con su arma al monstruo, disparo una de sus balas especiales logrando impactar en una de las patas del monstruo (No sé si fue error o a propósito, pero este tipo podría tener una puntería tan buena como la mía… pensé al verlo) el clase E cayó al suelo y por la velocidad que traía rodo hasta donde estaba yo, demasiada coincidencia si me lo preguntas ya que lo dejo completamente expuesto, sin pensarlo clave mi cuchillo cerca de su cuello y antes de que me sucediera lo que antes, lo saque y volví a clavar repetidas veces, lamentablemente y como su propia clase dice yo solo poco podía hacer y Adal jamás recordó que esa cosa era un clase E; como era de esperarse antes de que Adal cayera en la cuenta de que necesitaría de su ayuda el monstruo se levantó aunque yo intente con todas mis fuerzas que no lo hiciera… Pero era demasiado fuerte para ser un simple tipo 2, giro bruscamente y me lanzo al lado contrario de la tienda, a unos simples metros se encontraba Adal inmóvil: “¡Quítate de ahí!” le grite yo una y otra vez intentando que reaccionara, pero no lo hacía… No pude evitar recordar a Héctor, mi compañero, mi hermano del alma… Y no quería que volviera a suceder, me levante y grite aún más fuerte a la vez que le lanzaba cosas a la bestia para que se fijara en mí, pero fui ignorado el monstruo simplemente camino hacia donde estaba Adal y… Tiro la mordida.
Yo vi todo de espalda, pero un simple chorro de sangre que salió en horizontal hacia la derecha me lo dijo todo, volvió a pasar, grite con fuerza por la desesperación de volver a ver a un colega morir, y peor aún, a alguien que sin decírselo a nadie, jure proteger. “¡Ahora!” escuche gritar a aquel que supuse había muerto, y al volver a voltear hacia arriba mire que estaba en el suelo con su cuchillo clavado en la boca del monstruo abrazándolo para detener sus movimientos, me quede mirando la escena unos segundos hasta que escuche: “¡No resistiré mucho, maldita sea!”, “¡Ahora!”, dijo por última vez con aun más fuerza. Corrí hacia ellos y una vez más le clave mi cuchillo al tipo E y entre los dos comenzamos a cortarlo, y cuando lo lastimamos lo suficiente lo lanzamos cargándolo entre los dos hacia la trampa eléctrica, recogimos las cosas lo más rápido que pudimos aprovechando que el tiempo para un tipo dos son 15 minutos y huimos de la zona, esa estúpida regeneración no nos dejaría matarlo… Pero al menos lo dejamos lo suficientemente herido como para que no nos persiguiera y a eso sumarle la trampa que lo frenaría, al menos hoy Adal escapo de la muerte… Y no tienen idea de lo feliz que estoy por ello.




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