Ahora tengo una familia lobuna, ¿qué será lo siguiente?

No hay lazos más grandes que los que se forman con la compañía

De acuerdo, nuevamente estoy sentada con Onil en una cafetería cualquiera. Ahora, el escenario cambió, ambos estamos aquí y vaya, me he presentado a él como una experta en las roturas cuando el drama de mi separación, fue de todo menos bonito.

¡¿Crees que me importa?! ¡Vamos, dale! Al final de cuentas, sé que volverás, ¡siempre lo haces!— fue de las tantas cosas que él me gritó mientras recogía mi ropa de su apartamento. No llegamos a vivir juntos, gracias al cielo, pero faltaba poco para hacerlo. Dispuesta a romper con el hombre, fui hacia allá para llevarme cada cosa que dijera «Lúa», incluso me llevé a Piedrita.

Vete al diablo— mi decisión era inquebrantable. Lo había practicado tantas veces con mis amigas, que no necesitaba intercambiar palabras con él. Sabía a lo que iba; si me paraba para discutir, terminaría olvidando algo que más adelante volvería a buscar y ahí, Fei aprovecharía para manipularme y hacerme volver.

Así como se ve, era, o es (si no ha cambiado), un maldito tóxico de mierda.

No es necesario que recuerde cada detalle de nuestra pelea, después de todo, actualmente estamos en buenos términos. Que yo me ponga a recordar la manera en la que me trató, solo hará que me enoje con él sin haberme hecho nada.

Que yo sepa, siempre anda planeando algo.

—Y bien— digo jugueteando con los dedos. Tengo a Onil enfrente de mí, está cruzado de brazos y tiene los hombros apoyados en la silla. Todo su cuerpo se encuentra hacia atrás. ¿Estará a la defensiva? —Primero que nada, ¿qué tipo de rompimiento deseas?

—¿Qué?— levanta la ceja. Lo admito, la pregunta puede sonar extraña.

—Me refiero a si quieres romper con ella de una forma en que terminen como amigos, o si no deseas saber nada de Elaine después de que se dejen. También puedes dejar la posibilidad de que rompan dejando una abertura para que, en el futuro, vuelvan a estar juntos.

—No quiero volver— está decidido. Me recuerda a mí, en la quinta y última vez —Tuve suficiente en estos cuatro años de relación.

Cuatro años, guao.

—Muy bien— tengo un plan que puede funcionar —Tampoco quieres herir sus sentimientos.

—No.

—Perfecto. Ya tengo algo.

He visto suficientes series románticas para saber qué hacer. Si Onil quiere romper en buenos términos, tal vez funcionará el recordarle los buenos momentos que ambos pasaron juntos, que él le diga que aunque su relación deba acabar, tales recuerdos estarán ahí.

Podrían suceder dos cosas: que al final terminen, o en el peor de los casos, que el hombre se acobarde.

Eso me pasó la cuarta vez.

—Y eso es todo lo que tienes que hacer— concluí mi discurso de diez minutos, explicándole cómo debía hacer las cosas. El hombre nada más se limitó a escuchar lo que decía —¿Alguna duda?— me siento como una profesora.

—Se oye bien— se encoge de hombros levantándose —Vamos.

—¿Qué?— no, no, no. ¿No pensará llevarme consigo o sí? —¿Para dónde?— reí mirando a mi alrededor. El panorama luce bueno para emprender la huida, el lío serían los constantes reproches que recibiría tras eso.

—¿Cómo que para dónde?— ay, la manera en la que mi querido cuñado levanta la ceja con desaprobación —Es obvio que a romper con mi esposa.

—¡¿Eh?!— aunque me lo esperaba, de todos modos su afirmación me dejó boquiabierta. Rápidamente, me levanté de la silla, lo que llamó la atención de varias personas a nuestro alrededor —¿Y por qué tengo que acompañarte? Ni que fueras un niño.

—Elaine ha compartido demasiado con los humanos, y tú, eres una humana— da varios pasos hacia mí, lo que provoca que, por mis instintos, retroceda —Vendrás conmigo, me servirás de apoyo— y lo peor del asunto es que lo está ordenando, no pidiendo.

—Onil, no me metas en ese embrollo.

¿Qué mala maña tienen los lobos con meterme en sus problemas? ¡No es justo! He aprendido que lo peor del mundo es involucrarse en drama de parejas, ¡en donde caben dos, definitivamente, no caben tres!

¡Imri! ¡Sal de ahí y ayúdame!

—Error, ya hace años que te metí.

¡Me están secuestrando!

Sabía que Onil tenía fama de hacer lo que se le pinte, ¡pero esto! ¡Esto! ¡No se lo perdonaré jamás! ¡Retiro lo dicho, él no es bueno! ¡Una persona buena no metería al otro en un problemón como este!

Sin importarle que hubiera gente mirándonos, el hombre se aproximó a mí y en un movimiento rápido, me alzó por la cintura y me secuestró. En ningún momento dejé de patalear, mientras que él me sacaba del hospital, yo le enviaba mensajes telepáticos a Imri para que saliera y detuviera al desquiciado de su hermano.

Era difícil saber dónde metería la cara de la vergüenza cuando volviera. ¡Menuda escena! Onil no me bajó hasta estar a unos metros, él se cercioró de dejarme bastante lejos para que no se me ocurriera volver.

¡La seguridad de este país es excepcional! Nadie se preguntó qué hacía un hombre secuestrando a una frágil y hermosa dama, ¡no podría ser más frustrante, en serio!

—¡¿Cuál es tu problema?!— reclamé molesta —¡Llévame de regreso!— y así como me trajo, no estoy de humor para caminar.

—Vamos— dice emprendiendo camino. ¡Me está ignorando!

—Ni siquiera sabes cómo ir a su casa, ¿verdad?— le sigo cruzada de brazos. Ni modo, sé que él va a impedir que me devuelva —Onil, ¿de alguna casualidad sabes dónde estamos? Mejor aún, ¿sabes andar por la ciudad?— y continúa ignorándome —¡Oye! Te pregunto por qué yo cuento con una tecnología que nos puede decir qué dirección debemos tomar. Además, es obvio que no iremos a pie, no tengo tanta resistencia como tú.

Él se detiene dando media vuelta, Onil me observa con el ceño fruncido; detesto lo gestuales que son. —Primero, sé que es un GPS— afirma con un tono molesto —Y sí, sé dónde estamos.

—¿Entonces?— hago una mueca —¿Iremos a la casa de Elaine?

—Sí— Onil está olfateando algo, lo deduzco por la forma en la que levanta la cabeza moviendo sus fosas nasales. Por mi experiencia con estos lobos, puedo decir que se está orientando.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.