Ahora tengo una familia lobuna, ¿qué será lo siguiente?

Las personas que una vez nos importaron

Capítulo 16: Las personas que una vez nos importaron

Imri.

—En serio, disculpa por lo de anoche. No debí permitir que Elaine te llevara con ella en tu estado.

Onil y yo nos alejamos lo suficiente de los demás para poder conversar más a gusto. Antes de enterarme de lo de Rem, tenía pensado irlo a buscar.

—Descuida— dice de resoplido.

—¿No… te vas a enojar conmigo?— levanto la ceja. Es raro que no tenga una expresión molesta, tampoco le veo intenciones de gritarme o mandarme a la mierda.

—Elaine me explicó cómo sucedieron las cosas— espera un segundo, ¿está avergonzado? ¿Y eso? —Ella está esperando el momento correcto para disculparse por lo que hizo, su actuación no fue la más indicada.

—¿Te dijo todo con lujo de detalles?

—¿De cómo dio con nuestra ubicación gracias a una foto, fue hasta allá, insultó a Patria y los amenazó con denunciarlos a su clan por «entrometerse» en nuestros asuntos de pareja?— sí que fue detallada —Sí, lo dijo todo con lujo de detalles— echó un suspiro.

—Te noto extraño— no tuvo un arranque de ira por lo de Rem y hasta ahora se ha mantenido tranquilo, demasiado —¿Qué pasó cuando despertaste y te diste cuenta de que no estabas en el apartamento de Lúa sino en el de Elaine?

—Amh…— interesante el modo en que se rasca la cabeza —Imri, debes saberlo.

—¿Qué cosa?

¿Y si está embarazada? Tenía un amigo que se quería dejar de la esposa porque ninguno de los dos se soportaban más, resulta que a los tres días, ella lo buscó dándole la noticia de embarazo.

Al tipo casi le daba un infarto.

Onil y Elaine lo intentaron por mucho tiempo, no puede ser que ahora que la quiere dejar, pase algo así.

¿Bueno? ¿Malo? No lo sé.

—Es que…— tensa el mentón —Elaine y yo decidimos darnos una segunda oportunidad.

Mi teoría del embarazo era mucho peor, pero esta y lo que mi hermano me acaba de decir no se llevan mucho.

—Ah, ¿y… a qué vino esa decisión?— ay, cielos.

—Era primera vez que rompíamos en serio; esta mañana hablamos y luego de pensarlo acepté su propuesta de regresar siempre y cuando intentemos una relación sana. No me gusta hablar con los humanos, pero prometimos que iríamos a terapia de pareja.

No sé qué decir.

Onil y yo nos estamos acercando, ni siquiera antes de rasguñarlo imaginaba una realidad en la que él y yo hablemos así; no quiero arruinarlo.

—Jum, tu rostro te delata— señala con una mueca —No estás de acuerdo con que ella y yo volvamos, ¿verdad?

Niego con la cabeza. En estos momentos es cuando quisiera tener un diccionario amplio de palabras para poder expresar todo lo que siento sin que él salga dolido. El que mi hermano vuelva a una relación que lo único que le ha traído han sido decepciones y desilusiones, es una pésima idea.

Estoy seguro de que algo pasó cuando despertó. Está bien que hablen y eso, pero tengo el presentimiento de que hay una cosa que está omitiendo.

—Estabas muy decidido a terminar con ella, me parece raro que cambies de opinión por una mañana con Elaine.

¿Y esa cara? Onil tensó el rostro desde que escuchó mis palabras, hasta cambió la dirección de su mirada y su expresión denotaba un poco de vergüenza. O me estoy volviendo demasiado perceptivo o algo muy raro le sucede a mi hermano.

—Ven aquí— me rodea los hombros bajando el volumen de su voz. Onil me conduce a una esquina bien escondida entre los árboles, es como si temiera que alguien nos escuche —Prométeme que no vas a hablar de esto con nadie.

—Lo prometo.

—Ni siquiera con Lúa.

¿Eh?

—Nosotros no nos contamos todo— abucheo a regañadientes. ¿Por qué cree eso? Lúa y yo tenemos nuestros secretos. Bueno… yo no tengo ninguno importante, pero si es de tener, ¡no estoy obligado a decírselos! Ambos le damos espacio al otro.

—Sí, haré como que te creo.

No puede ser, desconfía de mí.

—Ve al grano— ese no es el tema de la conversación.

—Hmp…— duda haciendo una mueca —Pasa que… Antes de hablar sobre arreglar lo nuestro, nosotros lo arreglamos de otra manera.

Es peor de lo que creí.

Nunca pensé que Onil era de los que se dejaban convencer con un par de besos y algo más. El que estuviera afectado por su rompimiento no le ayudó mucho, cayó en la primera oportunidad que estuvieron a solas.

Si antes me quedé sin palabras, ahora mi cabeza explotó.

Ahora es que me estoy percatando del verdadero ser que esconde mi pobre hermano, por más que por fuera parezca una montaña inquebrantable, por dentro es más blando que una gelatina.

—Acepto que me juzgues— suspira desanimado —Ella y yo no habíamos hecho nada en meses.

Y que conveniente que justo cuando él decidió dejarla, haya pasado.

—Onil…— bajo las cejas —¿Por qué no lo piensas mejor? Estabas triste, vulnerable y la extrañabas; tal vez necesitas analizar la situación desde un ojo más razonable.

¿Qué es lo que planea Elaine?

—Tú mismo lo dijiste, la extrañaba— suspira —En esos días que estuve contigo y Lúa, la extrañé con la misma intensidad que cuando ella se fue del bosque. ¿Qué me dices de eso?

—¿La amas, verdad?

—Sí— admite melancólico —La amo tanto que soy capaz de hacer lo que sea para que lo nuestro funcione.

Mi hermano es cerrado. Él trata a los humanos igual que a los lobos, así que el hecho de que acepte hablar con uno con tal de salvar su relación, no es tan sencillo como se escucha. Es más, hasta es sorprendente que haya decidido conversarlo conmigo, me hace sentir halagado.

—Perderás más si no lo intentas— apoyarlo es lo único que me queda. Con mi negativa, nada más provocaré dos cosas: la primera que se sienta mal, y la segunda que se cierre completamente. Él, que ya rompió una vez con ella, ahora será capaz de notar si su relación continúa siendo mala.




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