Capítulo 47: Existencia conveniente
Nada como el hogar, más cuando quieres escapar de una situación que se te sale de las manos.
Pasaron tantas cosas en el corto tiempo que estuve en el bosque, que ni siquiera sé cómo empezar a organizarlas en mi mente, menos asignarle prioridad entre todo el lío que tengo.
Ahora resulta que Imri y yo tendremos la custodia compartida con Larimar, al alfa no le importa lo que uno piense, y claro, no olvido mi asunto con Helena; de quien, a estas alturas de juego, esperaba haber recibido un mensaje disculpándose por sus acciones.
Si no ha tratado de disculparse, es porque de verdad piensa todas las cosas que dijo para herirme. Y si ese era su plan, lo consiguió.
Nuestro grupo de amigas permanece silencioso, no he visto ningún mensaje y no creo que lo haya por un tiempo. No tengo idea de si Pato está enterada de nuestro asunto, pero asumo que sí. Ella es otra que ha estado actuando extraño.
—¿Umh?— vaya, mi celular ha empezado a sonar de repente. Para alegría mía parece que Pato no fallecerá hasta dentro de un largo tiempo, pues la chica me está llamando después de días en los que brillaba por su ausencia.
Ahora mismo, me encuentro recostada en la cama. He permanecido aquí durante todo el día (a excepción de cuando me bañé y puse el pijama), y no creo que me vaya a levantar por ahora. Hoy es de esos días en los que quiero estar cubierta de pies a cabeza, viendo una película y poniendo todos mis pensamientos en orden.
¿Sobre mi situación con Imri? Complicada. De pasar a querer conversar, lo ha estado evitando a más no poder y no es algo que me moleste para ser sincera, yo tampoco es que quiera hablar; al menos no por ahora.
Ay, que lo dejemos para 2023 es lo único que pido. Después de todo, lo será en dos días.
—Benditos sean los oídos que te escuchan— respondo la llamada acomodándole la sábana a mi niño. Él está hecho bolita al lado de mí; de no verle el rostro y las patitas, pareciera una bola de algodón debido a su transformación —¿Cuándo fue la última vez que hablamos? Fue hace tantos milenios que ya no lo recuerdo.
Detesto cuando dos amigas dentro de un grupo de amigas se pelean y las demás tienen que elegir un bando. No quisiera orillar a Pato a esa situación porque soy consciente de lo incómodo que sería tener que dividirse entre las dos.
Pato me ama, pero también ama a Helena.
—Lúa, siempre tan dramática— no, esta vez no se trata de un drama; es serio —Oye, quiero que hablemos de algo importante— lo esperaba —Dime algo… ¿Tu cuñado no tiene novia, verdad?
¿Qué?
Espera, ¿Pato sabe del problema y simplemente decidió ignorarlo o de verdad no tiene idea de lo que ocurre?
Además, ¡¿por qué demonios me está preguntando por, como es obvio, Avys?!
Creí que su ausencia se debía a mi problema con Helena, pero solo fue Pato siendo Pato.
—¿Disculpa?— me aclaro la garganta —Lo último que supe fue que saliste a comer pizza con él, ¿qué ha pasado y por qué de repente me llamas preguntando si tiene novia? Vamos, Pato. Sé clara.
—No te lo puedo explicar por teléfono, lo haré en persona— de fondo se escucha su risita —No es lo que estás pensando. En resumen, me gustó salir con él y quiero que seamos amigos. Por lo regular, no me hago amiga de hombres que tengan novia por lo problemático que es el asunto si son celosas, por eso te pregunto.
Con que amigos, eh.
He escuchado a la alfa diciendo que el mayor de sus hijos es un caso perdido en eso de las relaciones amorosas. Ella nunca me ha explicado la razón, mucho menos le he preguntado, pero su afirmación es suficiente para quererlo lejos de mi Pato.
—Te tomaré la palabra— después de todo, dijo lo mismo con Rem y lo cumplió, ahí no se llegó a nada —No me contaste cómo fue tu salida con mi cuñado mayor. ¿Por qué te gustó estar con él? ¿Qué le viste?
—¿Qué te digo? Fue divertido. Él es muy atento, amable y me parece una persona agradable— otra que cayó en sus encantos. Ojalá y sea por prejuiciosa, pero Avys no me inspira confianza —Y aunque no tenga nada que ver con el asunto, me pareció peculiar el hecho de que haya sido el único imposible de emborrachar entre Imri y sus hermanos. ¡Tiene una enorme tolerancia!
Claro, es el perfecto.
Aunque, ¿no era que nada más irían a comer pizza? ¿Cómo que salieron a beber?
¡Aay, Pato!
—Oye, no puedes beber con personas desconocidas. ¡Te lo he dicho muchas veces!
—No bebí con una persona desconocida, bebí con tu cuñado— menuda lógica —No es como que salga con quien sea.
Sí, claro.
—Independientemente de que sea mi cuñado o no, ni yo misma lo conozco bien.
—Ni siquiera me emborraché, lo juro. Él fue bastante respetuoso en todo momento. Era tanto su respeto que al final fingí estar borracha para ver qué haría y lo primero que hizo fue preguntarme por algún contacto de emergencias que viniera a buscarme. Le terminé dando el número de Rafa y se acabó.
Un segundo, ¿por qué lo estaba probando? Ella solo hace eso cuando alguien le interesa.
Reconozco su modus operandi…
—Pues el respeto es lo mínimo que una persona puede tener por otra— me encojo de hombros —Lo que hizo no fue algo de otro mundo.
—Disimula más lo mucho que te agrada— contesta sarcástica —No vi que él se comportara de mala manera contigo, ¿por qué no te gusta?
—¿Qué dices?— resoplo notando como Ra estruja los ojos; acogiendo su aspecto humanoide. Está a punto de despertar —Soy indiferente a su persona— alego poniéndome de espaldas a la puerta, ya me estaba incomodando mi posición inicial.
—Sí, como no. Ya te pareces a Rem quién es su hater number one— me interesa saber por qué —Estaba dudosa sobre si acompañarlo hoy al ring de boxeo para ver a su hermano, pero fue tanta su insistencia que terminé aceptando. Ay, cuando él se pone en plan insistente, es bien fastidiosito. Ya veo cómo consiguió que Onil le diera permiso para salir conmigo.