Aiden (orgullo Blanco 1)

La mejor decisión

[Capítulo 12]

 

{Leah}

Mi graduación se convirtió en todo lo nunca imaginé, mi aventura con mi amado Taboo duró menos que un algodón de azúcar y fuimos descubiertos por una de las personas que jamás debió enterarse. Lo lamentaba, pero también agradecí eso ya que me ayudó a abrir los ojos de una buena vez y me hizo tocar tierra en algo que me tenía por la nubes: Aiden no me amaba como mujer, fui un desliz en su vida y debía afrontarlo. Eso era algo que dejó claro desde que pasó todo entre nosotros, sin embargo, no quise aceptarlo hasta que llegamos al punto sin retorno.

Comprendí entonces que a veces nos dejamos cegar por el momento o llevar por lo bueno o bonito que un momento parece, cuando aquello solo es un arma de doble filo que cuando se hunde en el corazón, hiere como nada puede hacerlo y ese daño es solo culpa nuestra porque lo permitimos así, en lugar de evitarlo.

Tía Isabella me vio mal en un momento dado y quiso saber qué me sucedía, fue vergonzoso confesarle que estaba enamorada de alguien que no me correspondía y más después de haberles dicho que mi primera vez fue con un caballero que creí que iba a corresponderme en sentimientos algún día. Y le dejé claro que el tipo seguía siendo un caballero y no mentía, la única diferencia fue que confundí un momento de pasión con uno de amor.

«— No sé si te pasó en tu juventud, pero para mi mala suerte me entregué a alguien que solo se siente atraído por mí. Nada más — sonrió melancólica cuando dije eso y me tomó de las manos. Ambas estábamos sentadas en la isla de la cocina, ella con su amado café y yo con un poco de jugo de manzana que le había rodado a Aiden.

— Mi primera vez fue con alguien que solo buscaba una venganza — casi me caí de mi taburete cuando soltó aquello. No podía creer tal barbaridad, no con tía, ella no lo merecía —. Un tipo idiota, engreído, cavernícola, altanero, socarrón y que se creía el dueño del mundo — comencé a respirar un tanto exagerada al escuchar todo eso —. Pero del cual me enamoré con locura y a pesar de todo lo que él era, quise seguir a su lado y lo amé con todos sus defectos hasta que descubrí sus virtudes — ¡Me hablaba de tío! ¡Joder! Y yo que creía que lo que me sucedía era lo más difícil del mundo. En algún momento imaginé que ese hombre había sido un jugador de primera con las chicas cuando estuvo joven, mas no todo lo que tía dijo de él —. Ahora solo me demuestra los motivos por los cuales me ama y pienso en que valió la pena todo lo vivido.

¿Alguna vez sentiste que te humillaste por él, que perdías tu dignidad solo para seguir a su lado o para que él jamás dejara el tuyo? — estaba desesperada porque me respondiera ya que estaba sintiendo que yo comenzaba a hacer todo eso por Aiden.

— En muchas ocasiones, hubo un momento en el que quise rendirme porque creí que daba demasiado y él no me devolvía lo suficiente, pero he sido demasiado terca y seguí allí… perdiendo y ganando a la vez. Con los años y la madurez que obtuve por todo lo vivido, descubrí que no daba lo que esa persona se merecía sino todo lo que yo era y comprendí que no das lo que recibes, no. Todo depende de lo que la otra persona sea, tú das lo que eres, cariño; se lo merezca o no la otra persona… tú siempre darás lo mejor de ti y no cometas el error de creer que a lo mejor alguien te da muy poco, porque puede ser que para ti lo sea, no obstante, para él es todo lo que tiene y te lo entrega en su totalidad.

Me limpié una lágrima después de escucharla porque pensé en que tal vez sí me daban poco solo porque los tabúes de la sociedad impedían que me dieran todo y estuve más segura de que Aiden podría estarse reprimiendo por miedo».

Nos alejamos o más bien me alejé de él porque no quería incomodarlo más, seguí hablando claro con tía ese día y le confesé que ya no me sentía cómoda dando lo que daba ya que me estaba lastimando a mí misma y entonces me ofreció entrar a un monasterio en el que ella estuvo en su pasado por un trauma vivido. El lugar tuvo muchos efectos positivos en su persona y su propuesta me pareció muy buena, después de salir allí me concentraría en mis estudios y me iría a una universidad lejos de todos para tener un poco de paz y libertad, tía también se ofreció a hablar con papá de eso y me sentí muy agradecida por su apoyo.

Irme era mi mejor salida en ese instante.

Pero el día de mi fiesta tuve la brillante idea de seguir mis impulsos, Aiden me tenía mal tras sus miradas intensas; el tipo casi hablaba con los ojos y logré sentir su deseo por muy lejos que quisiéramos estar. Le confesé lo que haría no porque deseaba que me detuviese sino más bien para que se quedara tranquilo, mas estar solos no fue una buena idea y mi deseo por volver a sentirlo se hizo presente y él respondió de la misma manera; todo iba a bien hasta que tío apareció y demostró un lado que nunca creí ver.

Lo habíamos decepcionado.

Me asustó dejar a Aiden, pero las personas que me regresaron a la fiesta casi me obligaron a caminar y al ver tantas armas me acojoné y decidí cooperar. Ver a tío volver solo fue peor y al acercarme pasó de mí de una manera que me partió el corazón, fingió muy bien frente a los demás que nada sucedió. Sin embargo, no me daba la cara y cuando lo hacía mostraba una repugnancia hacia mí que me hería en demasía.

Tras convencer a Essie para que me ayudara a escaparme y pensar en una solución para aquel problema, llegué a pensar en que si Aiden quería, me enfrentaría a mi familia y les confesaría todo. Les hablaría con el corazón e intentaría que entendieran que amar lo prohibido no era una pecado, que no busqué sentirme de esa manera por mi primo, pero se dio… el amor nació sin pretenderlo y no podía ordenarle tan fácil a mi corazón que dejara de latir tan alocado cada vez que aquel chico se encontraba cerca de mí o lo pensaba.




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