Aitana al acecho

Capítulo 29 'Un paso hacía delante'

Aitana

No podía dejar de jadear, mi cuerpo entero nadaba en olas de placer y parecía que no se iba a cansar nunca. La manera en que Tobías se aferraba a mis caderas, era inaudita y lo era aún más la posición en la que me estaba penetrando.

Los dos estábamos completamente desnudos y al centro de la cama, me encontraba de espaldas a él sin siquiera haber unos pocos centímetros de distancia entre nuestros cuerpos. Su brazo izquierdo pasaba por debajo de mi cuello para acariciar con comodidad mi pecho, su otra mano acariciaba el punto más sensible de mi intimidad mientras que su miembro iba tan profundo en mi interior como le fuera posible.

Era un hecho, la posición "cucharita" —como algún día escuché que le llamaban—, se había vuelto mi favorita.

—Aitana … —susurró con demasiada excitación en mi oído—. Súbete a mí.
—Mhm, no. Un poco más así, por favor —supliqué con los ojos cerrados sin dejar de disfrutar.

Tobías resopló divertido y no pude evitar sonreír, aunque aquella sonrisa fue sustituida rápidamente por un breve gemido, provocado por la aceleración de sus movimientos, tanto de sus caderas como de sus dedos en mi intimidad.

—Demonios, Aitana —murmuró con su respiración acelerada—. Te sientes tan bien …

Eso era verdad, todo se sentía demasiado bien, tanto, que mis ganas de liberar mi orgasmo eran grandes, pero había algo que quería hacer antes de.

Al paso de unos segundos, Tobías ralentizó sus movimientos y yo aproveché para girar mi cuerpo y besarlo, besarlo de una manera candente, cómo si fuera la misma pasión personificada.

Era increíble lo que en ese momento estaba sintiendo. Si alguien me hubiera dicho tiempo atrás que viviría algo como esto con mi mejor amigo, seguramente le habría golpeado la cabeza para que reaccionara, pero demonios, en realidad estaba pasando …, nuestros cuerpos hirvientes estaban gozando el uno del otro.

Alejé mis labios de los suyos para comenzar a deslizar mis besos por su cuello y pecho, acción que Tobías agradeció con ligeros jadeos excitantes. En breve, monté su cuerpo sin volver a ver penetración, simplemente, quería que ambos estuviéramos alineados para …

—Oh, Aitana, Aitana —gimió con fuerza al sentir la calidez de mi boca alrededor de la punta de su miembro.

No sabía con exactitud qué hacía, pero daría mi mayor esfuerzo.

Enseguida, apliqué los consejos que la loca de Donna me había dado, llevé su masculinidad a lo más profundo que pude en mi boca mientras presionaba fuertemente su tallo, haciendo círculos a su vez. Tobías empujó sus caderas hacia arriba y yo tuve que retirarme ligeramente si no quería arruinar el momento haciendo algo vergonzoso. La realidad es que no era difícil, sólo que se necesitaba de práctica y por supuesto, yo no la tenía, aún así, en cuanto nuestras miradas se encontraron, fue como si hubieran estallado fuegos artificiales, ambos nos dejamos llevar y juntos creamos un vaivén con bastante sincronía, además de que sus gestos placenteros eran una gran motivación.

Todo iba bien hasta ese momento, creí que lograría que eyaculara en tiempo récord porque a pesar de que sonara algo estúpido, deseaba ganarle en algo a la perra hueca de su exnovia, pero …

—Espera, espera … —Tobías hizo que me detuviera, provocando que me asustara. Creí que lo estaba haciendo mal—. Espera, por favor —repitió al sentarse y atraerme a su cuerpo—. Si continuas, harás que me venga ahora mismo —añadió al besarme.
—Esa es la idea —sonrió ligeramente.
—La idea es hacerlo juntos —también sonreí, pero por segunda ocasión, mi sonrisa fue sustituida por un gesto de placer.

Tobías había vuelto a penetrarme y se sentía magnífico.

No nos faltó nada más, con él apoyando sus manos sobre el colchón y mi descontrol en movimientos mientras lo montaba, ambos nos dejamos vencer ante el placer sin apartar la vista del otro, eso sin duda había aumentado nuestra intensa sensación.

Antes de que los espasmos de nuestro orgasmo terminaran, nos fundimos en un abrazo, sintiendo la aceleración de nuestros corazones, sintiendo su respiración agitada en mi cuello y su cuerpo caliente y sudoroso, pegado al mío.

Así nos quedamos hasta que la calma volvió a nosotros. Uní mi frente a la suya y lo besé en repetidas ocasiones mientras Tobías me abrazaba con fuerza de la cintura. Era bastante evidente cuánto me estaba demostrando su amor y no sabía qué pensar respecto a ello, no sabía que iba a pasar después de esto, pero fuera lo que fuera, no podía perderlo, mucho menos hacerle daño.

—¿Qué estamos haciendo, Tobías? —susurré.
—Creo que esa no es la pregunta correcta —respondió al besar mi cuello—, sino, ¿qué es lo que sigue después? —mi corazón latió con fuerza.
—¿A qué te refieres?

Ya conocía la respuesta, pero …

—Ya lo sabes, pero por si no te ha quedado claro … —me tomó de la nuca y de nuevo unimos nuestras frentes—, yo te amo, y te quiero a mi lado, Aitana —suspiré.
—Tobías …, 
—Aún no —me interrumpió—. Por favor dame este día antes de siquiera hablar con seriedad. 
—Pero creí que viajarías con tu padre.
—Le pediré que vaya sólo.
—¿En serio? No quiero interponerme en …
—Olvídalo —volvió a interrumpirme—. He esperado demasiado para este momento que todo lo demás sería lo que se estaría interponiendo entre nosotros —sonreí ligeramente.

Me encantaba la manera en que me hablaba.

—Está bien —accedí a su propuesta y fue su turno de sonreír antes de volver a besarme.

▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️
Tobías 
 


"Amor fue hecho para ti y para mí"

La muy romántica letra de la canción de Frank Sinatra resonaba en cada rincón de la casa mientras cocinabamos waffles. Era verdad que no era lo más adecuado para la cena, pero ambos habíamos estado de acuerdo en sucumbir a nuestros antojos.

—V is very, very extraordinary. E is even more than anyone —Aitana cantó una parte de la canción y no pude evitar sonreír al mirarla.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.