La conversación se detuvo pues se escuchó una gran explosión acompañada de varios gritos no muy lejos de ahí.
Ambos brujos se pusieron en posición de alarma y no se movieron para escuchar indicaciones.
“A todos los brujos se les pide que vayan a la zona principal”
Una ilusión de color azul apareció en frente de ellos y de cada uno de los brujos del lugar. La ilusión era de uno de los brujos oscuros más importantes. Su nombre era Kolko, era uno de los más poderosos y el encargado del reclutamiento.
“Estén preparados para combatir, estamos bajo ataque”
—¿Quién se atrevió a atacar este lugar?—Preguntó Edith.—¿Serán los del colegio?
—No creo que tengan el poder para una invasión, además se necesita un gran poder para romper los sellos de la entrada, deben ser muy poderosos.—Respondió de una forma muy analítica su acompañante quien había mostrado tener esa habilidad desde el inicio.—Lo mejor será que nos quedemos aquí. No debemos involucrarnos en una guerra así.
—Resultaste un cobarde después de todo.—Se burlaba Edith al escuchar su propuesta.—Si quieres quédate y escóndete, yo iré a ver qué está pasando.
La joven hechicera salió corriendo en la dirección indicada por la ilusión azúl. Corrió como si de una gran aventura se tratara. Su lugar de destino no estaba lejos de ahí pero en el camino se cruzó con muchos de los brujos que ya iban en camino. Algunos iban volando en objetos encantados, otros iban impulsados por agua o aire mientras que otros más solo preferían ir corriendo por los túneles y pasadizos secretos.
Después de una corta carrera Edith y el grupo de brujos llegaron a la entrada principal donde se había solicitado su presencia. Al llegar la vista no era clara porque un humo rojo muy denso impedía ver lo que sucedía. Todos se colocaron en posición de batalla esperando que la amenaza cruzara la puerta o que algún brujo diera órdenes pero ninguno de estos líderes había llegado al campo de batalla.
Todos comenzaban a preguntarse qué es lo que sucedía. No podían sentir más que varias presencias detrás del humo rojo. La espera estaba carcomiendo a varios de los brujos que deseaban comenzar la acción.
Después de varios minutos donde la espera fue una mezcla de pasión con ansiedad por fin hubo movimiento detrás del humo rojo. Lo atravesó uno de los líderes del clan quien fue lanzado a través de él. Los brujos pudieron presenciar las heridas de su líder y los seres con los que estaba enfrentándose en batalla.
Tras el humo entraron varios seres imponentes. Medían más de 2 metros, tenían cuerpos fornidos y musculosos llenos de pelo de animal. Sus rostros eran una combinación de varias especies. Tenían cuernos muy largos, de más de un metro de largo, hocico de toro, ojos de águila y el resto del rostro parecía humano. Predominában los pelos solo dejando libres las mejillas, los ojos y las manos.
Habían aparecido más de 20 de estas criaturas que estaban entrando rápidamente y de dos en dos.
—¡Estúpidos brujos ya llegaron sus jefes!—Entró gritando uno de ellos cuyo color característico en su cuerpo era el color rojo. Tenía una vestimenta compuesta por una capa negra que tenía una insignia de oro en el pecho.—¿Por qué no ha venido su líder a defenderlos?
Los brujos seguían observando alejándose lo más que podían a las criaturas, listos para atacar pero guardando la distancia.
—Ponganse en línea todos, quiero a la mitad lanzándo hechizos desde arriba.—El líder herido se levantó para dar órdenes y organizar al grupo.—Vamos a expulsar a estos invasores de aquí.
—¿Nos van a expulsar? Ridículos, ustedes no podrían ni tocarnos… ¡Debiluchos!—Continuaba con su prepotencia y sus retos al bando local.
—Yo solo puedo contigo estúpido animal.—Se trataba de defender con palabras antes de atacar.—Lograste tocarme solo porque te ayudaron tus estúpidos aliados.
—Aquí estoy brujito, ven si crees que puedes conmigo.—El recién llegado tenía mucha confianza en sí mismo y estaba preparado para atacar.
—¡Brujos al ataque!
El ambiente estaba tenso en el lugar, el conflicto estaba a punto de comenzar a gran escala pero todo fue interrumpido por el brujo mayor Selt que llegó al lugar.
—¿Qué está pasando?—Dijo con su voz imponente mientras aparecía en el centro del escenario repentinamente.—Los "Grops" son nuestros aliados y vienen aquí a conversar sobre un plan de ataque.
En automático los brujos detuvieron su ataque para seguir las órdenes de su jefe. Estaban muy sorprendidos de lo que había dicho pero pudieron constatar que hablaba en serio al verlo estrechar su mano con el aparente enemigo y este le correspondió con una sonrisa.
—Deberías enseñarles algo de modales a tus brujos y también algo de fuerza.—Dijo el Grop que se llamaba Exil.—Ahora entiendo porque necesitas nuestra ayuda. Ellos no son tan buenos como había escuchado.
—Tú fuiste el que comenzó el ataque burlándote de nuestra hospitalidad.—El brujo herido que era el encargado de las filas aún continuaba tratando de hacer algo contra el visitante, aunque fuera solo verbalmente.—Llegar a un lugar donde fuiste invitado queriendo atacar no es digno.
—Solo quería corroborar su fuerza. ¿Cuál es el problema?—Seguía burlándose de una forma no muy discreta. Cada que hablaba movía sus manos de arriba abajo como haría un niño pequeño.—¿Crees que un verdadero enemigo no lo haría?, ¿Crees que esas barreras de magia los van a defender por siempre?
—Esas barreras han protegido este lugar por varios años.—Estaba herido en su orgullo y eso era algo que no podía olvidar tan fácil, por eso seguía discutiendo hasta más no poder.—La única razón por la que entraste es porque las quité y así dejarlos pasar.
—No importa la razón por la que lo logré, importa que pude entrar y hacer mi ataque. Si fuera enemigo de verdad eso sería una victoria para mí.
—¡Ya basta, no tenemos todo el día!
El brujo mayor tomó las riendas del liderato y funcionó para que ambos bandos dejaran de discutir y le pusieran atención. Eso demostraba la lealtad de las criaturas recién llegadas y su compromiso con él.
Cuando guardaron silencio el brujo mayor dió la vuelta y comenzó a caminar hacia el interior de su fortaleza.