El lugar para la reunión se eligió rápidamente. Los brujos oscuros lo habían diseñado tiempo atrás como sitio donde la magia no podía usarse. Dicha precaución servía como un pacto de lealtad entre los asistentes, garantizaba que no usarían ningún acto irresponsable, por ejemplo atacarse, manipularse o peor aún, que llegará un enemigo no deseado. A ese lugar no podía accederse con portales, el único camino era llegar hasta ahí caminando.
Los Grods también eran inmunes a ese efecto, ellos también usaban magia, la gran diferencia y ventaja era sus grandes cuerpos.
Selt sabía esa desventaja y que serían enemigos difíciles en dichas circunstancias por eso esperaba que la reunión fuera bien y que pudieran sellar un pacto.
En el salón antimagia estaban reunidos todos los asistentes de Selt, así como el líder Grod y un par de acompañantes. Estaban distribuidos en ambos extremos de la enorme mesa rectangular que ahí había. Selt y Exil estaban en cada una de las cabeceras, alejados pero viéndose fijamente.
La reunión había comenzado pero aún no tocaban un punto importante debido a que estaban esperando a la discípula de Ajaw, aparentemente era la clave para todo lo que se hablaría ahí.
Los Grods se estaban impacientando al igual que Selt, no sabía por qué esperaban tanto.
Dada la tensión, mandó a su asistente por ella y justo cuando se disponía a ir las grandes puertas se abrieron para que ella entrara.
Se abrieron lentamente y ella comenzó a caminar de esta misma manera a tal grado que todos pudieron verla a detalle.
Edith se sintió protagonista, fue un momento incómodo. Al llegar a la gran mesa Selt le señaló un lugar a su izquierda, le dijo que se sentara ahí lo que provocó que sus asistentes se sintieran incómodos y desplazados. Llevaban tiempo preguntándose por qué le daba tantos privilegios a una recién llegada.
A Selt no le importó eso y continuó con su plan.
—Pasa querida discípula de Ajaw y ahora hija nuestra.—Podía sentirse un poco de hipocresía en su tono.—Te presento al cacique Exil, líder de los bosques.
El Grod y la bruja cruzaron miradas por muy poco tiempo, Edith lo observó para luego mirar al centro de la mesa. Estaba claro que el nerviosismo la consumía.
—Nuestra alianza consiste en atacar y exterminar a los magos de Gold Huay y todos los institutos de magia que lo han hecho negocio.—Alzó la voz para dar ese discurso.—Los Grods creen que los podemos derrotar pero temen a la intervención de Ajaw, Exil aún no cree que está muerto. ¿Puedes dar testimonio de que así es?
Edith se sonrojó con dichas palabras, estaba en un lugar donde veían la muerte de su maestro como algo bueno, y para ella eran de las peores cosas que le habían sucedido. No tenía muchas palabras para expresar aquello, al menos no con tanta emoción como Selt.
—Si, murió en combate protegiendo a una chica.
Exil no dejaba de mirarla. Intentaba examinarla e intimidarla al mismo tiempo. Había algo en ella que le asustaba.
—Un momento.—Interrumpió uno de los asistentes de Exil.—¿Por qué debemos creer en sus palabras de esa bruja? Puede ser una trampa de Ajaw para falsificar su muerte, ella lo está encubriendo.
Exil de inmediato cambió la mirada, no había contemplado esa opción. Así que prestó atención a Selt para saber su respuesta.
—Es bien sabido que Ajaw siempre hacía trucos sucios.—Contestó el gran brujo oscuro.—Ambos grupos fuimos víctimas de él en más de una ocasión.—Sus ojos se llenaron de rencor cuando lo recordaba.—Pero yo mismo clavé mi gran lanza en su pecho, lo ví evaporarse como cientos de enemigos lo hacen tras recibir mi ataque. No hubo nada raro.
—Y ¿Por qué hay una de sus discípulas en tus filas?—Le volvió a cuestionar el Grod.—Se me hace lógico pensar que es una infiltrada, ¿Por qué la premias tantos?
—Esta chica se perdió sin su maestro. Ella siempre estuvo destinada a la magia oscura,—La miró con orgullo.—Vino aquí para aceptar su destino, lo pude ver en su aura y yo nunca me equivoco. Confíen en mi, ella ahora es nuestra.
Los Grods seguían sin convencerse, su trabajo era pensar mal y claro que lo estaban haciendo. No se les hacía lógico que ella apoyara al grupo que mató a su querido maestro, era un tipo de traición sin precedentes. Pero Selt sabía algo más, tenía razones más profundas para todo eso, por algún motivo la quería de su lado sin importar el riesgo.
—Esta chica tiene un gran potencial.—Les miró fijamente, tenía mucha seguridad de lo que decía.—Además no puede aportar información valiosa sobre el enemigo. Con su ayuda podemos derrotarlos totalmente.
—¿Qué cosa adicional nos puede aportar?—Interrumpió Exil molesto.—Los enemigos son los mismos, unos magos que se creen dueños de cada especialidad. Se refugiaron en lugares mágicos que llaman escuelas. El más poderoso es el Gold Huay liderado por esa perra Steysi que se niega a envejecer. Los demás la siguen como falderos. Tenemos portales para entrar a todos los institutos. Sin Ajaw, no habrá brujo que nos pueda detener… es sencillo.
—Creo que no te has actualizado. Deberías salir más seguido de tu cueva para leer las noticias.—Exil lo miró molesto por su comentario.—Los nuevos enemigos a los que me refiero son más poderosos que Steysi y sus falderos, son precisamente las ex compañeras de esta chica, el enemigo del que nos tenemos que cuidar son las discípulas de Ajaw.
Todos los ahí reunidos se sorprendieron de las palabras del gran brujo, incluida Edith quien se enteró que ya estaban siendo reconocidas y tomadas como una amenaza principal.
—¿Estás diciendo que está bruja y sus compañeras superan a los brujos de allá afuera?—Exil se interesó mucho en el tema.
—Estoy diciendo que estás chicas recibieron el conocimiento del brujo más poderoso.—Señaló a Edith con su mano izquierda.—Ella al igual que sus compañeras tienen un potencial que está despertando cada vez más. Desconocemos cuánto lograron obtener en el tiempo que pasaron con él, eso las hace las enemigas más peligrosas.