Akhen y Ruth: Una historia agridulce (lhdld #0.5)

Parte 3. "No es oro todo lo que reluce" (Part IV)

Un movimiento en el colchón hizo que el joven empezara a liberarse de los brazos de Morfeo perezosamente, y también los de la chica con la que había pasado la noche; seguro que se había cambiado de postura. Una somnolienta sonrisa se abrió paso en sus rasgos mientras consideraba qué decir a continuación. Había sido una noche intensa y no le importaría dormir un poco más, aunque había algo que le apetecía incluso más. Retuvo algún pensamiento de la chica y finalmente se volvió para apoyarse en un codo y poder verla desde una perspectiva más favorable y de paso volver a envolverla entre sus brazos pues con tanto cambio de sitio finalmente se habían destrenzado.

—Buenos días —saludó, para luego depositar un tierno beso de saludo en los labios de la muchacha.

Aún no había terminado de amanecer, por eso los ojos de la Hija de Júpiter presentaban ese aspecto diferente, como de tormenta, entre azules y verdes. Increíblemente hermoso. Sintió deseos de volver a hacerle el amor, pero se contuvo pensando en que ella podría estar aún dolorida por los excesos de la jornada anterior. Se pasó una mano por la herida, comprobando que su tamaño había menguado considerablemente y se preguntó si ella lo había pasado bien con sus caricias. Por su comportamiento la noche anterior daba por hecho que había sido agradable para ambos y también por sus pensamientos cuando lo creía dormido, para qué vamos a engañarnos. Aunque lo cierto era que le habría gustado mucho que ella señalase aquel hecho.

«Cada cosa a su tiempo»

—¿Te encuentras bien, quieres que te suba el desayuno?

Aunque, en lugar de hacer movimiento alguno, se acurrucó en el hueco de su cuello y aspiró su perfume que tras la última noche estaba mezclado con el suyo propio. Era un olor agradable.

Cerró los ojos y la estrechó contra su cuerpo. Aún era pronto, pero no pensaba forzar la situación, no había necesidad de ello. Por eso se quedó tranquilamente arropado por el cálido cuerpo de Ruth Derfain y le mandó un pensamiento, dulce, tierno y, sobre todo, claro como el cristal:

«Me encantas».

Podría habérselo dicho de viva voz, pero aquello le resultaba incluso más íntimo.

* * *

Ruth salió de sus reflexiones en cuanto un brazo bien torneado y un cuerpo cálido y bien formado se acoplaron al suyo, provocándole un escalofrío de placer. Con aquel roce, todas las preocupaciones parecían diluirse. La joven no se resistió en absoluto cuando la besó y de hecho aprovechó a recrear sus dedos de nuevo en sus rizos rubios, para después bajarlos por su hombro herido y así tantear cómo andaba la herida. Orgullosa de sí misma, comprobó que había comenzado a cicatrizar.

Esperaba que ya le doliese bastante menos; aunque, visto cómo se movía anoche, parecía que el hecho de acostarse había provocado un efecto más mágico en él que cualquier pomada. Cuando se separaron y él preguntó si estaba bien y que, si quería desayunar, un nudo agradable se enroscó en el estómago de la princesa a la vez que sonreía y se desperezaba entre sus brazos.

«Me encantas», susurró su mente en ese instante.

Fue como si una descarga eléctrica recorriese el cuerpo de Ruth, la cual no pudo evitar reírse con azoramiento junto a su piel desnuda.

—Buenos días —ronroneó sobre su cuello—. Estoy maravillosamente —admitió a continuación—. Lo de anoche fue... —sacudió la cabeza, incapaz de expresarlo con palabras, aunque su mente se recreaba cada poco rato en cada mínimo detalle de lo que había sucedido. Avergonzada, escondió el rostro aún más en su hombro—. Perdona, te parecerá absurdo... Pero jamás imaginé que fuese así. Quiero decir, a todos nos mencionan la palabra "sexo" en algún momento de nuestra vida, pero... —se estaba liando ella sola, así que decidió dejarlo estar con un sincero—. Gracias por todo.

De inmediato su estómago rugió, recordándole que llevaba un par de días sin comer. Sin embargo, cuando alzó la vista y sus ojos mar se cruzaron en el campo de visión de la mujer, esta olvidó todo. Porque, por muy Hijo de Mercurio que fuese, no podía impedir que su intuición detectase en sus ojos ese ligerísimo brillo. No sabía si estaba preparada para tomar la iniciativa; pero, como si no fuese suyo, su cuerpo se fue deslizando sobre el de él, sus piernas lo apresaron y mientras lo besaba de nuevo, musitó:

—Creo que el desayuno puede esperar. ¿No crees?

Sus movimientos eran inseguros y lo sabía. Probablemente, pensó, se lo estaba jugando todo a una carta. Pero, por primera vez y solo con ver los iris azules de Akhen clavados en los suyos, fueron suficiente para que siguiese adelante... hasta el final.

* * *

Cuando sintió el dulce peso de la chica sobre su cuerpo desnudo volvió a sonreír; al parecer, iba a ser una mañana movida. Cosa con la que estaba totalmente de acuerdo, a fin de cuentas, él la deseaba tanto como parecía hacerlo ella. Los dedos de Akhen recorrieron la espalda desnuda de Ruth mientras ella se entretenía en otros quehaceres. Si la primera vez que estuvieron juntos todo había sido delicadeza, la pasión fue esta segunda vez la nota predominante. Algo inexpertos, los dedos de la joven y otras partes de aquel maravilloso cuerpo le hicieron disfrutar cada momento, de ahí que esperase igual respuesta a sus caricias. Siempre con precauciones, claro.

Finalmente se separaron con un suspiro y esta vez no la dejó ir, sino que la estrechó fuerte entre sus brazos, como si quisiera tenerla a su lado para siempre. La sorpresa fue evidente para el Hijo de Mercurio cuando se dio cuenta de que, efectivamente, era aquello lo que quería: no separarse jamás de aquella muchacha que a cada momento se le clavaba más hondo. Aquel pensamiento le turbó, pues era la primera vez que sentía de aquella manera respecto a una mujer; ni siquiera cuando era adolescente había querido estar así con nadie. De hecho, ahora que lo pensaba, lo único que esperaba de la vida antes de conocerla a ella era una esposa que mostrar a los invitados, que lo acompañase, pero no le diera mucha lata.



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En el texto hay: new adult, romance, magia y amor

Editado: 18.01.2023

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