Akram: ¿un Príncipe árabe puede enamorarse?

CAPÍTULO 37

AKRAM

Me encontraba aún absorto en mis pensamientos cuando fueron interrumpidos por la voz de mi padre.

-¿Qué dices Akram?

-¿Sobre qué? -Dije neutral

La molesta mirada de mi padre me hacía pensar que tal vez se trataba de un asunto importante.

-El Jeque desea conocer nuestra ciudad, quién mejor que tú para mostrársela. -Su tono sugerente me decía que había un plan no dicho y que no era una pregunta, sino más bien una orden.

Desde luego me parecía algo irrelevante, dado que tenía un par de asuntos pendientes que prefería tratar.

No tenía el mas mínimo interés de pasar el resto del día sirviendo como guía de mercenarios, especialmente si tendría que estar en compañía de Malek.

Era mi propósito mantenerlo vigilado, pero, si podía hacerlo a distancia por mi parte resultaba mejor.

-Tal vez el más indicado sea Khaleb. -No solo me negué de forma casi descarada, sino que lo estaba desobedeciendo, esperaba que ello no afectase a lo que planeaba hacer después.

-Desde luego, atenderé a nuestros invitados. -Accedió de inmediato Khaleb.

Él siempre tan complaciente, solo sabía obedecer, aunque hoy lo agradecía. Con seguridad notó mi poca predisposición a la idea de servir como guía y supo que sería una causa perdida.

Así pues, todos se retiraron una vez terminó el desayuno, solo quedábamos mi padre y yo en el comedor.

El momento había llegado, era mi oportunidad de poder sondear el tema del matrimonio y buscar una alternativa.

En cuanto se puso de pie lo imité y me puse delante suyo, cortándole el paso e impidiendo que se fuera a sus aposentos.

-Me gustaría hablar con su majestad sobre un asunto que tenemos pendiente. -Traté de iniciar la conversación.

-¿De qué quieres hablar?

Tomé una respiración profunda mientras pensaba cómo tocar el tema e infundirme valor.

-Cuando llegué a la boda de Khaleb mencionó un posible compromiso con la hija del Jeque Zoram, a lo cual, por supuesto, mantengo mi rechazo. -Estaba tratando de ser cuidadoso con mis palabras, no buscaba enojarlo antes de tiempo -Sin embargo, señaló que tendría hasta su regreso para encontrar con quien comprometerme.

-Lo recuerdo. -Pareció más interesado ahora -Es por ello que estabas tan distraído esta mañana ¿Vienes a decirme que ya encontraste con quién comprometerte? -La incredulidad en su tono era evidente, realmente creía imposible que yo pudiese ser capaz de comprometerme por propia voluntad, o que siquiera llegase a sentir algo por alguien que no fuese yo.

No lo culpaba, puesto que hasta hace poco yo mismo creía que algo así era imposible.

-Es probable. -Me limité a decir. No quería dar detalles de Adhara aún.

-Me pregunto quién podría ser más digna que la hija del Jeque Zoram para ser la prometida de un príncipe.

El Jeque Zoram ostentaba uno de los más bastos y fértiles territorios dentro de nuestro reino, su influencia era decisoria en el consejo y definitivamente era capaz de poner a favor o en contra a una gran cantidad de ciudadanos sobre los cuales parecía ejercer cierto poder. Sin mencionar que sus cultivos abastecían una gran parte de nuestras reservas alimenticias.

Pero nada de ello me importaba, no era mi ambición el poder o las tierras, de nada me habían servido, en Adhara había encontrado todo lo que jamás había podido darme todo el oro del mundo: Felicidad.

-No dude de mis elecciones padre, simplemente le adelanto la cancelación de la unión que tenía planeada, y pueda comunicarle lo mismo al Jeque, de manera que se evite algún tipo de malentendido.

En realidad, un posible conflicto era lo que menos me preocupaba, mi ejército estaba por mucho mejor preparado que el de su pueblo, pero sí me interesaba poner al tanto al Rey, ya que era uno de los más fuertes obstáculos.

-Ni siquiera ha transcurrido la mitad del tiempo acordado, me pregunto dónde la encontraste. -Pasó de la incredulidad a la curiosidad de repente, lo cual me ponía nervioso ya que tendría que tener mucho cuidado con mis siguientes respuestas.

-Digamos que fue una cuestión del destino.

-¿Es de buena familia? -Quiso saber.

Adhara no era la hija de un Jeque, pero por lo que me había contado y lo que yo mismo había notado en ella, podía asegurar que había tenido una buena vida, sin embargo, todo le había sido arrebatado de golpe en circunstancias que en este momento no deseaba evocar a mis recuerdos, puesto que debía mantenerme sereno frente a mi padre.

-¿Eso importa?

-Por supuesto que importa, no puedes desposar a una mujer que no tenga nada que ofrecernos.

Un mal presentimiento sobre el curso que estaba tomando la conversación se hizo presente.

-Poseemos las mayores riquezas de todo el desierto, tal vez del mundo entero, ninguna familia puede en realidad darnos algo que pueda superarlo en términos materiales, por lo mismo, no creo que importe con quien me case.

-¿Qué cosas dices? -Su expresión era incrédula, como si mis palabras lo hubiesen ofendido. -No puedes estar hablando en serio. -Cada vez alzaba más la voz. -Por supuesto no hay riquezas que se comparen a las nuestras, pero pueden ofrecernos más tierras, mayor poder, o apoyo militar, y tantas otras cosas. Por lo tanto, sí tiene importancia.

Tal y como lo había pensado, para mi padre importaba más una unión de la cual pudiese obtener algún beneficio, que lo que yo pensase o quisiese.

-Constantemente me envías a mí a realizar expediciones para expandir nuestro territorio, así que el que tenga tierras o no, no es relevante, puedo conseguirlas. -Planeaba desviar su atención. -Ya sacrificaste a tu hijo Khaleb por más poder, lo casaste nada más y nada menos que con la princesa de Jordania, así que ahora desbordamos de poder, no necesitamos más. -Antes de que pudiese interrumpirme continué. -Sobre el apoyo militar, tienes al mejor y más grande ejército de todos, nunca te he fallado, ni he perdido batalla alguna, incluso he incrementado el poder que tanto os preocupa. -Hice una pausa breve para controlar mi tono, el cual se había ido elevando a medida que decía las palabras, aunque me mantendría firme. -Todo cuanto el reino necesita ya lo tiene, yo mismo me encargué de ello, así que sigue sin parecerme importante lo que puedan o no ofrecernos, voy a casarme con quien yo quiera le guste o no.



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En el texto hay: romance, romancejuvenil, arabe

Editado: 20.03.2023

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