Akram: ¿un Príncipe árabe puede enamorarse?

CAPÍTULO 39

AKRAM

Volví a ponerme alerta, me preguntaba cuánto tiempo habían estado aquí, con cuántas personas habría podido habla, y con quienes.

-Estuve hablando con algunas personas aquí en el mercado… -Pareció callar para buscar las palabras indicadas, o simplemente para aumentar el suspenso. -Y ¿Sabes lo que me contaron?

-No sabría deciros, -Dije aburrido, mientras que en mi interior mi pulso se aceleraba -leer mentes no está entre mis habilidades. -Comenzaba a desesperarme la confiada posición que iba adquiriendo.

-Hay rumores de una nueva esclava en palacio… -Casi cantó las palabras y un escalofrío recorro mi cuerpo, como si me hubiesen hechado agua helada en ese momento.

Él lo sabía.

¿Cómo era posible que lo supiese?, hice memoria y no pude recordar algún testigo indeseado.

Dudaba que mis hombres hubiesen hablado dado que les había ordenado no comentar lo ocurrido y confiaba en su lealtad.

Por otro lado, el esclavista no tenía moral, y su palabra carecía de valor. Me recriminé el no haber acabado con su vida en ese momento, pero hubiese llamado demasiado la atención.

Si, seguramente se lo había dicho a alguien más, o había sido él mismo quien se lo había contado.

Inmediatamente controlé mis expresiones y movimientos, adoptando una pose indiferente, mientras trataba de ver con mucho cuidado y disimulo a cada una de las personas a nuestro alrededor, esperando reconocer el rostro del esclavista.

-Seguramente, cada semana hay la necesidad de nuevas incorporaciones, tengo un jefe de personal que es el responsable de los sirvientes y esclavos de palacio, -Tragué saliva para recuperarme. -podrías preguntarle personalmente ya que desconozco los nuevos reclutamientos. -Intenté burlarme, aunque pudo haber sonado más como una muestra de incomodidad.

-Me temo que si lo sabes… -Otra vez hizo una pausa, su voz era segura, solo estaba buscando señales que confirmasen sus sospechas- puesto que fuiste tú mismo quien compró a la esclava ¿No es cierto? -Se estaba divirtiendo.

Simulé hacer un esfuerzo para recordar mientras pensaba en mi respuesta.

Podía admitir lo que evidentemente él ya sabía, o tratar de desviar su atención. Intentaría ambas cosas.

-Es probable que lo hiciese, ya os dije que es algo común hacer nuevas incorporaciones, -Dije indiferente. -pero no comprendo la relevancia de ese hecho, se trataría de una esclava como cualquier otra.

-¿Cómo era ella? -Exigió saber de repente.

-No lo recuerdo, no presté atención. -Mentí

No quedó conforme con mi respuesta, pero era todo lo que conseguiría de mi, nada más que evasivas.

-¿Qué sucedió con la mujer?

-Debe de estar con el resto de la servidumbre y esclavos. Deberías preguntarle al jefe de personal, yo solo pago por ellas, después de ello no las vuelvo a ver. -Necesitaba encontrar una forma de tranquilizar su curiosidad, algo que derribase todas las teorías que seguramente se estaban formando en su cabeza. -Pero si es realmente vuestro interés, entonces autorizo que puedas ver a nuestras esclavas y sirvientas esta noche, aunque dudo que se trate de quien buscas, si llega a serlo puedes llevártela.

Era obvio que Adhara no estaría entre ellas, esa era la única razón por la que le había hecho tal propuesta, pero tendría que adelantarle a Rashid que Malek asistiría esta noche.

-En realidad, iba a pediros poder verla ahora mismo.

Estaba desesperado por descubrir si la esclava de la que le habían hablado era la que él buscaba, y así era, pero jamás dejaría que lo descubriese.

-Si ese es vuestro deseo…-Me giré una vez más para poder montar mi caballo. -Me adelantaré para reunir a todo el personal y que puedas verlo de una vez.

-No os ofendáis, pero no confío -Detuvo mi partida poniendo su mano en mi hombro. -Preferiría ir en vuestra compañía o que vinieses en la mía.

Aparté su agarre con un movimiento brusco, y me aproximé a mis escoltas.

-Lleven mi caballo a palacio, volveré a pie. -Ordené.

-Pero majestad, debemos escoltarlo. -Arguyeron.

-Volveré con Khaleb y sus escoltas, no habrá problema alguno. -Los tranquilicé. -Díganle a Rashid que prepare al personal -Susurré esto último para que no pudiese ser escuchado por Malek.

-Sí, señor.

Dentro mío esperaba que Rashid pudiese entender mi mensaje, y que cuando llegásemos fuera capaz de seguirme la corriente. Luego tendría que explicárselo, aunque estaba más seguro sin saber nada.

Me giré y aproximé a Malek para emprender el camino a palacio junto con Khaleb y el resto.

Si Malek quería ver a una esclava entonces se la mostraría, y una vez desechada la idea de su cabeza de que se trataba de Adhara, con suerte, abandonarían la ciudad en pocos días.

O al menos era lo que yo esperaba.

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Doble capítulo por tenerme tanta paciencia.



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En el texto hay: romance, romancejuvenil, arabe

Editado: 20.03.2023

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