Akram: ¿un Príncipe árabe puede enamorarse?

CAPÍTULO 49

AKRAM

Incluso para mí esas palabras resultaban demoledoras, sabía que la quería y que ella despertaba en mi una pasión indescriptible, empero, no me había permitido admitir que mis sentimientos por ella habían llegado al punto de amarla.

Siendo completamente honestos, la amé desde antes de pedirle que fuese mi mujer, esa fue la razón por la que quise compartir mi vida a su lado, no había ninguna otra, simplemente no le había dado el nombre adecuado al sentimiento en su momento.

-¿Hablas en serio? -Preguntó incrédulo Khaleb, aún sin creer que tales palabras habían salido de mis labios.

-Mírame Khaleb. -Me señalé de pies a cabeza. -Dime una sola ocasión en la cual me hayas visto preocupado por alguien que no fuese yo mismo. -Le di un momento para evaluarme. -Piensa ¿Qué podría obtener yo de esto?

-Hace poco te pregunté si había algo que quisieses confiarme, y dijiste que no ocultabas nada… -Dio un paso atrás. -Ahora dices estar enamorado y ¿esperas que crea tal cosa viniendo de ti? -Cruzó ambos brazos a la altura del pecho y alzó la voz-Cuál era tu plan, ¿aguardar su partida para poder desposarla?, -Se refirió a los mercenarios -en el supuesto caso de que ella diga la verdad, aún así nuestro padre no lo hubiese aceptado.

En mala hora había decidido Khaleb ser desconfiado y un ejemplo de virtud.

-Lo que nuestro padre opine vale lo mismo que un puñado de arena en el desierto para mí. -Busqué las palabras indicadas en mi mente para poder exponer mis razones -Decidí no develarme en aquella ocasión para no poneros en peligro, tienes una esposa y un reino al cual proteger, si te hacía mi cómplice podía estar poniendo en riesgo tu futuro. -Bajé la mirada. -Aunque claro, aquí estás de todos modos.

-¿Pretendes que ahora crea que también te preocupas por mi? -Soltó incrédulo.

-Puedes o no creerme, -esta vez fui yo quien avanzó hacia él. -Y puedes o no ayudarme, pero os aseguro que de cualquier forma haré todo por liberarla, así que apártate de mi camino.

Dicho ello di la vuelta y comencé a caminar en dirección a la salida de palacio, apartándome de él.

-¿Te enfrentarás tú solo a más de un centenar de mercenarios? -comenzó a seguirme -¿Qué pasará con ella si mueres? -Hice caso omiso y continué caminando, puesto que prefería mil veces morir si al final ella conseguía su libertad -Está bien. -Dijo en voz alta, casi gritó, deteniéndome una vez más. -Voy a ayudarte. ¿Cuál es el plan?

Agradecía su apoyo, pero no podía evitar el sentimiento de culpa en mi interior, estaba arrastrándolo conmigo a una batalla que no era suya, pero que estaba dispuesto a pelear.

-No hay un plan.

-¿Que no hay plan? -Cuestionó.

-No desperté esta mañana con la certeza de que sería el día en que la encontrarían, se supone que se mantendría a salvo en mis aposentos o en los pasadizos, -Cerré los ojos una vez más y fruncí el ceño sin poder creer que todo esto de verdad estuviese teniendo lugar. -de no haber sido revelados… -La rabia volvía a adueñarse de mi con solo recordarlo.

-Entonces este es el momento de idear uno.

Nos quedamos en silencio por unos cuantos segundos, mientras yo observaba las estrellas rogándoles que por alguna intervención divina Adhara se encontrase con bien, y con suerte, íntegra, aunque lo dudaba al ver cómo se habían atrevido a maltratarla en mi presencia.

-Ya deben de estar por abandonar la ciudad desde los campamentos.

-Lo primero entonces serán los caballos –Conjeturé a la vez que me dirigía hacia los establos.

Una vez provistos de nuestros caballos salimos sin demora de palacio.

-Voy a adelantarme, organiza a las tropas y alerta al ejército sobre un posible ataque, es posible que ahora que se van los líderes y que estarán a salvo decidan atacar la ciudad. -Encargué a Khaleb.

-Tú eres el General, deberías ser tú quien los guíe…

-Y tú eres su próximo Rey. -No podía permitirme perder más tiempo desviándome hacia las tropas para organizarlas, además, el ejército se encontraba al otro lado de la ciudad -Te obedecerán y serán tan leales como si de mi se tratase.

Simplemente dio un asentimiento firme, pero con eso bastó para que yo partiese a la cacería de Malek.

No podía estar tan lejos, pero ese no era el problema, la cuestión radicaba en la manera en que tendría que abordarlo sin poner en mayor peligro a Adhara.

Esta noche definitivamente correría sangre.

-Resiste Adhara, -susurré a la brisa nocturna que ahora golpeaba mi rostro -ya voy en camino a rescatarte.

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Hola!

Se que es un capítulo corto, pero tengamos en cuenta que esta semana publiqué cutro capítulos, así que no nos podemos quejar. :)

Gracias por cada una de sus bellas palabras que me mandan por mensajitos, y por sus comentarios. Me encanta vivir cada capítulo con ustedes y sufrirlos tanto o peor.

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Besos y Abrazos.



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En el texto hay: romance, romancejuvenil, arabe

Editado: 20.03.2023

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