Akram: ¿un Príncipe árabe puede enamorarse?

CAPÍTULO 62

ADHARA

Comenzó como una leve punzada en mi nuca, un dolor sutil que poco a poco se tornó en un insoportable martilleo, al punto de traerme a la conciencia.

Mi rostro se sentía frío, estaba sobre una base fría y dura, podía descartar el desierto.

Abrí los ojos lentamente, y fui incapaz de enfocar por un momento, pero cuando lo conseguí pude distinguir que estaba en una especie de jaula, una celda completamente oscura, apenas podía distinguir los barrotes y difícilmente podía decir si seguía siendo de día o si era de noche.

Estaba desorientada, ¿Cómo había llegado aquí?

Tenía el cuerpo agarrotado y unas partes dolían más que otras, como si me hubiesen golpeado varias veces, sobre todo en los brazos.

Imágenes acudieron a mi memoria de aquella mañana, aunque no estaba segura si aún era el mismo día.

Recordé a los dos sujetos, la sensación de algo quemando mis fosas nasales y obstruyendo mi respiración, y luego todo se tornó negro.

Otra punzada de dolor en mi nuca.

Llevé mi mano a esa zona y al elevar el brazo no pude evitar chillar de dolor, con cuidado examiné mi extremidad y noté unas manchas oscuras, aunque no había suficiente claridad sabía que eran moratones y no sabía a ciencia cierta si había algún daño interno, aunque por el dolor no me sorprendería.

Akram.

Mi subconsciente lo buscó en una vana esperanza por comprender lo que sucedía.

¿Dónde estaba él?

Palpé con las manos mi entorno, conteniendo el dolor hasta que mis ojos lagrimearon, buscando algún objeto que me pudiese servir de defensa, pero solo había más de ese frío suelo, completamente liso, no había ni tan siquiera una pequeña roca.

No pude contener más mi frustración y dejé que mis lágrimas corriesen libremente por mis mejillas, tratando de hacer el mínimo ruido posible, puesto que no sabía qué tan lejos se encontraban mis captores.

Le rogué a Alá que esto no fuese más que una atroz pesadilla.

De repente escuché pasos acercándose y el reflejo de una antorcha acercándose a lo lejos.

Rápidamente limpié mi rostro y busqué en mi cuello mi velo, o lo que quedaba de él, para acomodarlo lo mejo posible dadas las circunstancias.

-No pudo salir mejor, -Dijo una voz grave y madura -Ni siquiera tuvo tiempo de oponer resistencia.

-Sigo sin comprender por qué es tan importante. -Dijo otra voz un tanto más joven y menos rasposa.

-Y por qué deberíamos saber nada, es irrelevante la razón, solo importa la paga.

El bello en mi nuca se erizó y otra punzada hizo que me estremeciese de dolor.

Eran criminales de pago, mercenarios, creí que ya habían sido eliminados, eso significaba que no pertenecían al bando de Malek y desde luego no pudieron ser enviados por él porque estaba muerto, o eso creía, pero es lo que Akram me había asegurado.

¿Entonces quién les estaba pagando?

-Creo que te sobrepasaste, no había razón para golpearla de aquella manera, ni siquiera estaba consciente.

La voz más joven parecía tener algo de culpa, aunque no me dejaría engañar porque de todos modos había participado en mi captura.

-Lo va a sentir cuando despierte.

Rápidamente me recosté en el suelo, intentando imitar mi posición inicial para que creyesen que aún permanecía inconsciente, tal vez si abrían la celda lograse derribar a uno y tuviese una mínima oportunidad de escape.

Los pasos se hicieron más fuertes y supe que ya casi habían llegado.

-¡Hey! -Gritó el de la voz grave -¡Despierta ya! Que no tenemos todo el día.

Hice oídos sordos, necesitaba que creyesen que seguía desmayada.

-Debe seguir bajo los efectos de la pócima que nos entregaron.

-No lo creo, dijeron que los efectos tan solo durarían un día. -Dijo la voz grave.

Eso significaba que ya había pasado un día, Akram ya debió notar mi ausencia, seguro ya estaba en mi búsqueda.

Una leve tranquilidad acudió a mi pecho pues confiaba ciegamente en Akram, sabía que podía encontrarme.

-Ya pasaron dos y aún no despierta.

No solo había pasado un día, sino dos, eso explicaba mi debilidad y la sed que tan devastadora que comenzaba a sentir.

-Debe estar fingiendo.

-No lo creo, su respiración es constante -Sentí el calor de la llama de su antorcha muy cerca de mi mejilla derecha, como si estuviesen estudiando mi rostro. -Sigo sin comprender por qué hay que retenerla de este modo, ¿no es suficiente con llevarla a otro pueblo? ¿Cuál es la necesidad de encerrarla?

-Deja de hacer tantas preguntas y practica más el arte de la obediencia. -Alguien empujó mi cuerpo con brusquedad hasta dejarme completamente boca arriba, cuidé de no hacer expresión alguna de dolor y de no oponer resistencia -Solo debemos cuidarla hasta que se lleve a cabo la boda de ese príncipe con la hija del Jeque Zoram.

¿Boda? ¿Qué boda era esa? ¿Acaso se referían a la boda de Akram?

En ese caso quien era responsable de mi presidio seguramente sería el Rey.

Todo arecía encajar perfectamente, ahora lo veía con mayor claridad.

-¿No es más simple matarla? -Sugirió el mas joven, y la mínima esperanza de que tuviese algo de bondad desapareció.

-Si la matamos y el príncipe se entera, no solo irá por nuestras cabezas, podría suspender la boda. -El mayor de los dos hizo una breve pausa -Además, es más útil viva, puesto que nuestro jefe puede manipularlo y conseguir que Akram hiciese lo que sea con tal de no tocar otro pelo de esta pecadora.

Sentí que me tomaban del cuello y me apretaban la mandíbula, no pude continuar disimulando debido a lo repentino que fue, así que grité lo más fuerte que pude aprovechando el dolor que me causaba, esto porque al abrir los ojos noté como parecían confusos y fuera de lugar.

Me deshice de su agarre y me puse de pie con una agilidad desconocida, mientras empujaba al más joven para salir por aquellos barrotes y comencé a correr lo más rápido posible, sin importar si mis pies se cortaban o lastimaban con algo debido a que estaban descalzos.



#3426 en Novela romántica
#201 en Joven Adulto

En el texto hay: romance, romancejuvenil, arabe

Editado: 20.03.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.