Estaba al fin en la última clase del día y una parte de mí estaba deseando que acabar ya la hora. La otra, tenía miedo de que fuera algo malo.
¿Y si todo había sido un sueño?
Toda ápice de duda se disipó en el momento en el que al llegar a la puerta de salida me encontré con Stacy.
- ¡Hola!, ¿qué tal las clases? - me dijo felizmente.
- Un aburrimiento, como siempre - dije contagiándome un poco de su felicidad.
Caminamos en silencio durante unos minutos para salir del recinto.
- ¿Qué te apetece hacer?
Buena pregunta.
- No tengo ni idea la verdad.
- Yo conozco una gofrería bastante cerca de aquí que hace unos gofres buenísimos. Si quieres podemos ir - propuso.
- Me parece una muy buena idea - dije sonriendo.
Aquel sitio estaba bastante cerca así que fuimos echando un paseo y hablando de nuestras cosas. Al llegar me sorprendí. ¡Era un sitio hermoso!
La entrada no parecía nada del otro mundo pero el interior estaba todo decorado y con un olor intensamente delicioso. No había mucha gente así que no tardaron en atendernos.
Salimos con nuestros gofres bien contentas en dirección a un parque cercano.
Tomamos sitio en un banco cercano a la fuente y empezamos a degustar nuestros maravillosos manjares.
- ¿Qué hay de tu vida? - me dijo de pronto.
- ¿A qué te refieres? - respondí dándole el primer mordisco. Wow era maravilloso.
- No sé, planes futuros, aspiraciones, sueños…
Nunca me lo había planteado seriamente. Veía mi futuro tan complicado de alcanzar que no sabía si podría llegar.
- ¿Todo bien? - habló Stacy sacándome de mis ensoñaciones.
- Ehh, si si, tan solo me he hecho daño al tragar y no podía hablar - mentí rápidamente.
- Si quieres vamos a por algo de beber -
- Okey.
Nos levantamos y nos dirigimos a un sitio donde vendían bebidas de todo tipo. Después acabamos de comer en silencio y nos despedimos cuando vimos que ya se había hecho tarde. Menos mal que no me volvió a preguntar nada sobre ese tema…
Cuando llegué a casa lo primero que hice fue darme una ducha para intentar dormir ya que había estado muy cansada durante todo el día. Me puse el pijama y me tumbé en la cama.
¿Que va a ser de mi vida en el futuro?
Le di muchas vueltas a esa pregunta en mi cabeza hasta que cogí los auriculares, los conecté al móvil, puse música para tratar de desconectar del mundo. Tardé pero al final lo conseguí.