Cielo Navarro es una chica amable, soñadora y sobre todo seria con respecto a los temas del amor. A comparación de ella, sus tres mejores amigas han descubierto esa bonita etapa e intentan presionarla para que esta pueda experimentarla.
La presión de su círculo de amigas se vuelve tan agotadora, que Cielo decide hacer una apuesta con ellas, el cual se basa en salir y enamorar a cualquier persona que estas elijan. Sin pensarlo, las tres eligen a Santiago Valenzuela, el típico chico popular de todo el colegio, el cual no está interesado en tener una novia oficial por su primera mala experiencia y que, además tiene una pésima relación con Cielo.
A pesar de todo y al borde del colapso, Cielo acepta el reto y para su sorpresa, Santiago es el primero en proponerle un trato. Sintiéndose ventajosa y haciéndole creer que ella solo quiere realizar un experimento con él, ambos fingen tener una relación amorosa.
La “supuesta” relación va marchando bien hasta que la atracción es evidente. El que no desarrollen ninguna clase de sentimientos es inválido en su pequeño juego, en donde solo el que termine enamorado, será el perdedor.
«Dicen que el primer amor nunca se olvida, y que deja una huella lo suficientemente profunda para marcarte el resto de tu vida…»