El tiempo avanzaba, y aunque los miembros de la Orden hacían cuanto podían por entorpecer los planes de Voldemort, por otro lado sentían que no avanzaban lo suficiente en el asunto de convencer a la gente del regreso del mismo. Aunque a decir verdad, esa parte la tenían de veras difícil con toda la propaganda en contra desatada por Fudge y por El Profeta.
Aparte de eso, Sirius y Remus estaban muy preocupados por Harry porque lo estaba pasando realmente mal en la escuela. Como bien sabían, el odio infundado de la profesora de DCAO había llegado al límite, suspendiéndolo de por vida del equipo de Quidditch, ya solo por eso Harry había regresado a la escuela después de las navidades, con muy poco ánimo, y a ello se había sumado la orden de Dumbledore de que recibiese clases de Oclumancia con Snape, clases que a todas luces eran una tortura, según sus palabras.
Poco después de San Valentín, se llevaron una enorme sorpresa. En El Quisquilloso, una revista algo “particular” dirigida por Xenophilus Lovegood, apareció publicada una entrevista hecha a Harry, y lo más asombroso para los que conocían la historia, era que la entrevista había sido realizada nada más y nada menos, que por Rita Skeeter. Pero obviando eso, el contenido de la misma había causado conmoción. Algunos de los más recalcitrantes magos y brujas, habían cambiado drásticamente de opinión y se mostraban más dispuestos a dar una oportunidad a la versión “no oficial” de lo ocurrido el día de la última prueba del Torneo.
Una noche mientras cenaban, un fénix plateado se posó sobre la mesa.
Cuando la voz de Dumbledore se extinguió, ellos se levantaron rápidamente y Sirius ordenó a Kreacher retirar el servicio mientras se dirigían hacia el recibidor.
Ojo Loco, Bill, Tonks y Jason fueron los primeros en llegar, pero pocos minutos después estaban todos reunidos con excepción de Kingsley, McGonagall y Snape.
Pero al parecer nadie tenía ni la más mínima idea. Sin embargo, en ese momento Dumbledore hizo su aparición.
Un estupefacto silencio, los envolvió a todos, y a pesar de que entendían muy poco, nadie parecía en capacidad de hablar.
De forma detallada, les narró los hechos de la última hora. Les contó que Dolores Umbridge había descubierto las reuniones del ED a causa de la traición de una de sus miembros, y que había atrapado a Harry. De modo que él se había visto en la necesidad de asumir la responsabilidad del hecho, para salvaguardar la permanencia de los chicos en la escuela.
En este estado de cosas, llegaron al mes de abril, si bien no habían adelantado mucho más en la consecución de más adeptos a su versión de los hechos, al menos mantenían a raya a Voldemort, y habían frustrado sus planes de hacerse con la Profecía.
Una noche Lupin leía en la cocina, cuando la cabeza de Harry apareció en la chimenea. Remus se sobresaltó muchísimo, sin embargo, no perdió el tiempo en preguntas inútiles y fue a buscar a Sirius. Después de unos minutos de charla, Remus llegó a la conclusión, de que el chico solo necesitaba ser escuchado, aunque también estaba algo conmocionado por unos recuerdos de Snape a los que tuvo acceso y que no dejaban muy bien parados ni a James ni a Sirius, y a decir verdad tampoco a él, ya que nada había hecho para impedir que sus amigos se comportasen como un par de imbéciles. Pero lo que en realidad los preocupó mucho, fue el anuncio que hizo Harry sobre la decisión tomada por Snape de suspender las clases de Oclumancia. Ellos sabían que era de vital importancia que Harry aprendiese a cerrar su mente, o de lo contrario corría un gran peligro si Voldemort decidía utilizarlo para sus fines, Dumbledore había sido lo suficientemente claro al respecto. Sirius montó en cólera, y quería salir inmediatamente hacia Hogwarts, pero Remus lo detuvo, si había que hablar con Snape, él se encargaría, aun así urgió a Harry a que intentase hablar él mismo con Severus, y aunque Harry les dijo que lo haría, eso no los convenció mucho. No obstante tuvieron que suspender la conversación, porque al parecer alguien se acercaba del lado de Harry, y no podía ser encontrado en el Despacho de Umbridge, ya tenía suficientes problemas.