Madame Pomfrey permitió que pasaran a ver a Hermione y a la niña, pero bajo su atenta observación, y como le había indicado Jason, nadie tocó a la bebita, y Harry y Ron de inmediato expresaron su sorpresa.
Era lógica su preocupación, aparte de que en el caso de los chicos era la primera vez que veían un bebe recién nacido, en realidad la niña era extraordinariamente pequeña debido a que había nacido muy prematuramente. Sin embargo, Madame Pomfrey les aseguró que la niña estaba tan bien como cabía esperar después de todo lo sucedido.
El señor Weasley también expresó su sorpresa, después de todo él sí había visto muchos bebes recién nacidos, pero era la primera vez que veía uno tan pequeño.
Los Weasley se sintieron muy orgullosos de su sobrino, y no tenían ninguna duda de que Jason había puesto al servicio de Hermione y su hija, todos sus conocimientos junto con su corazón.
Hermione pasó el resto del día sedada por orden de Jason. En su opinión había sufrido mucho y necesitaba descanso. Tal y como dijo, y luego de regresar de “nadie sabía dónde”, se encargó de la alimentación de la bebe y no volvió a moverse de allí.
En la escuela se preparaba el funeral de Dumbledore, ya que el Ministerio no había puesto objeciones a que fuese sepultado en Hogwarts como era su deseo. Varios alumnos fueron idos a buscar por sus padres, como en el caso de las gemelas Patil, pero la gran mayoría permaneció en la escuela.
A la mañana siguiente, cuando Hermione abrió los ojos, lo primero que vio fueron los de Remus que la miraba con ansiedad.
Jason cerró la cuna de la niña en el momento que escuchó la voz de Hermione y se dirigió hacia la cama de ésta.
Jason miró a Remus y elevó una ceja, sin embargo, guardó silencio permitiéndole de este modo ejercer su derecho de informarle a Hermione que había sido una nena.
Los ojos de Hermione se llenaron de lágrimas al tiempo que una sonrisa se dibujaba en sus labios.
Procedió entonces a pasar su varita por encima del cuerpo de Hermione sin dejar un solo rincón sin ser evaluado. Revisó sus ojos y le hizo varias preguntas orientadas a evaluar su grado de consciencia, y finalmente se dio por satisfecho.
Caminó hacia la cuna y sacó a la bebe. Remus se hizo a un lado mientras Jason colocaba con el mayor cuidado a la niña en brazos de su madre. Hermione ya suponía que sería pequeña por ser prematura, pero se asustó mucho al comprobar que lo era mucho más de lo que había esperado.
Hermione miró a la niña y luego a Remus. Él aún no había podido tener en brazos a su hija, y suponía que, si Jason se lo había permitido a Hermione, era porque siendo su madre habría sido inhumano negárselo. Pero Jason ya estaba extendiendo las manos para que la chica le devolviese a la bebe. Hermione le dio un suave beso en la diminuta frente antes de devolvérsela.