Cap. 35 Planes
Después de un minucioso examen y una comprobación que a Bill en particular le pareció inútil, ya que Sirius había demostrado tener sus reflejos en buen estado, Jason se dio por satisfecho.
- Todo en orden -- dijo volviéndose hacia ellos
- Si me lo hubieses preguntado, yo te lo habría podido decir y te habrías ahorrado el trabajo -- bromeó Sirius
- En principio, es difícil hablar con alguien que solo quiere hacerlo a golpes – dijo y Sirius rio -- Y segundo, debía asegurarme, porque los efectos del Arco hasta dónde he podido comprobar, son la pérdida de la sensibilidad y tal como sospechaba, de la memoria. Sin embargo -- y miró a Remus -- estoy casi seguro que la memoria ira regresando de forma gradual, así como lo han hecho sus reflejos y su consciencia. En cuanto a su cordura, no es mucho lo que puedo hacer, ya estaba así desde antes -- dijo en forma irónica, pero Remus sabía que era su forma de informarle que Sirius estaba en condiciones de recibir la información que restaba por dársele -- Ahora debo marcharme -- finalizó
- Gracias Jason -- dijo Remus -- por todo -- enfatizó sabiendo a dónde se dirigía él chico
Como de costumbre, él se limitó a un imperceptible gesto con la cabeza y dándoles la espalda se marchó.
- No es muy comunicativo el “niño” -- opinó Sirius
- Pues te llevabas bastante bien con él -- le informó Remus -- y te sugiero dejarlo en paz, primero, porque su comunicación suele ser desagradablemente ácida especialmente si se lo molesta demasiado, y segundo, porque su otra forma de comunicación normalmente termina en perjuicio físico para el que se arriesga.
- ¡Vaya! Estaba en la creencia de que los sanadores tenían por costumbre reparar y no destruir -- dijo con sorna
- Aparte de sanador, Jason es Auror -- intervino Bill -- y para tu desgracia, tu contribuiste a su formación, y déjame agregar, aunque eso golpee tu ego, que es uno de los pocos que ha logrado desarmarte.
- ¡Demonios! -- y luego miró a Remus -- Recuérdame que en el futuro no vaya por ahí entrenando muchachitos de mal carácter. Y ahora -- dijo con una mirada acusadora -- vas explicarme cómo es que llegaste a tener una hija, y quién es la infortunada criatura a la que dejaste embarazada.
Remus y Bill se miraron y se prepararon para una larga noche de explicaciones, pero especialmente, para enfrentarse al dolor que iban a causarle.
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Jason llegó a la casa de los Granger y fue recibido por la madre de Hermione. Sin bien era cierto que el chico no era especialmente comunicativo, como dijo Sirius, no era menos cierto que eso solo sucedía cuando estaba molesto, ya que en condiciones normales solía ser jovial y encantador. De otro modo, no habría sido posible que tuviese el éxito que tenía entre las chicas, y aunque como decía Bill, su humor era ácido, esto se compensaba con su atractivo físico.
Por todo lo anterior, la madre de Hermione, aunque había aprendido a apreciar y a respetar a Remus, no dejaba de pensar que Jason era mucho más conveniente para su hija. Sin embargo, y aunque ahora su cariño por el chico se había acrecentado por lo que había hecho por Hermione y la niña, tanto ella como su esposo respetaban las decisiones de su hija.
La señora Granger sonrió en cuanto lo vio, lo saludó y lo hizo pasar de inmediato, conduciéndolo hasta la habitación de su hija. En cuanto Hermione lo vio caminó hacia él mirándolo con ansiedad.
- ¿Qué sucedió?
- Nada -- dijo él con tranquilidad -- ¿Por qué habría de suceder algo?
Hermione lo miró con una mezcla de incredulidad y exasperación.
- ¿Nada? Jason, envías un patronus diciéndole a Remus que es urgente que se presente en no sé dónde, y luego él envía otro anunciando que la reunión ha sido suspendida, y pretendes que crea que no sucede nada -- todo esto lo dijo de corrido y casi sin respirar -- ¿Crees que soy estúpida?
- Porque sé que no lo eres, sé también que estás al tanto de que hay información que no puedo compartir -- y con esto dio por concluido el tema
Ella sabía que bajo ninguna circunstancia conseguiría que él le dijera nada. De modo que se tragó su malestar mientras lo veía caminar hacia la cuna de la niña.
La pequeña se había despertado unos segundos antes de que él entrase, de modo que Jason sonrió y procedió a examinarla de pies a cabeza cómo lo hacía siempre. Estaba próxima a cumplir su primer mes de vida, y él estaba muy satisfecho con su desarrollo. Ya había alcanzado el peso y la medida que debía, y lucía en perfecto estado. Después que concluyó su revisión, jugueteó un momento con ella y prestó atención a otros detalles que nada tenían que ver con su salud. Aparentemente Lyra sería una copia bastante fiel de su madre, con excepción del cabello que evidentemente era del tono claro del de su padre y tan abundante como el de éste, aunque no se sabía si sería tan alborotado como el de Hermione. Y los ojos, que si no cambiaban como solía suceder, tenían el mismo color de los de Lupin. Jason se sintió observado y levanto la cabeza.
- ¿Todo en orden? -- preguntó Hermione
- Sí, todo en orden. Aunque quería preguntarte algo desde hace días.
- ¿Qué?
- ¿Está durmiendo correctamente?
- Pues la verdad, yo diría que duerme en exceso -- dijo ella -- Pasa casi todo el día dormida, solo se despierta a las horas que debe comer y… -- hizo una ligera pausa y se quedó pensativa
- ¿Y…? -- preguntó él al ver que había dejado la frase inconclusa
- Nada, olvídalo, no tiene importancia.
- Hermione, primero, que duerma casi todo el día y despierte solo a las horas de comida, es lo normal en los bebés recién nacidos, pero “todo” es importante -- dijo enfatizando el “todo” -- Así que dime eso que no te parece relevante.
- Es solo que me parece curioso que aparte de despertar para comer, también lo hace cuando tú apareces, si no fuese tan absurdo, diría que es como si te sintiera.